SAN LUIS - Jueves 10 de Julio de 2025

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Una voz pulcra para rupturas engorrosas

El nuevo disco de la británica rompe récords a menos de un mes de su lanzamiento. una historia contada desde dos perspectivas, la propia y la de su hijo, Angelo. 

Por Astrid Moreno García
| 13 de diciembre de 2021

P ara un artista sus discos son como historias o series contadas en capítulos. Seleccionan el orden preciso en el que cada minuto cae, cada nota alcanza su máximo brillo y cada estrofa es pronunciada con el sentir específico. Como en una tira en Netflix a nadie se le ocurriría ver los episodios en forma aleatoria, incluso, cuando la trama es atrapante, es difícil resistirse al botón de “siguiente episodio”.

 

Es por eso que cuando Adele le pidió a la plataforma de música Spotify que quitara la opción de reproducir su último disco, “30”, en forma aleatoria, los artistas, los fans y la misma empresa acordaron sin chistar.

 

"No creamos álbumes con tanto cuidado y pensando en el orden de nuestra lista de canciones sin ningún motivo. Nuestras historias deben ser reproducidas como pretendemos. Gracias, Spotify, por escuchar", posteó en Twitter la cantante británica.

 

"Haríamos cualquier cosa por ti", confesaron desde Spotify sin intención de ofender a la estrella de pop que rompe récords con su último disco, lanzado el 19 de noviembre último, ni a sus fervientes fans que aguardaron cinco años, once meses y 29 días para volver a escuchar sus letras melancólicas y de canto doloroso. Su material discográfico previo, llamado “25”, vio la luz el 20 de noviembre de 2015.

 

Adele nombra sus discos con base en la edad en que los inició, este último le llevó tres años para cobrar su forma final. No solo fue largo el proceso por su exigencia en cuestiones de calidad sonora —la artista frena y vuelve a empezar canciones en vivo cuando siente que las notas no suenan tan limpias como le gustaría—, sino que el mayor motivo fue que este nuevo material es el más personal que escribió.

 

En un principio se pensaba que "30" hablaba de su separación, sin embargo, es una carta para su hijo, Angelo, de 9 años. En una entrevista a la revista Rolling Stone expresó que con él buscaba enseñarle quién es realmente su madre, una mujer multidimensional y complicada con una identidad fuera de la relación con su padre. Alguien que batalló, lloró y sufrió.

 

El primer tema de los 12 que lo integran es "Strangers By Nature". En él la artista reflexiona sobre su separación, pero sin prejuicios, sino más bien como una despedida. Musicalmente se inspiró en las melodías de Judy Garland, actriz y cantante estadounidense de los 50, luego de ver una película basada en su vida.

 

Con “Easy On Me" el oyente se inmiscuye formalmente en su divorcio. Es el primer tema que escribió de “30”. Y la trama continúa con "My Little Love" desde la perspectiva de los niños que presencian la separación de sus padres.

 

En ella Adele asume su debilidad y la dificultad de mantenerse entera para su hijo. Además, confesó que en muchas ocasiones no actuó de la mejor manera. Entre las perfectas notas de la cantante se escuchan grabaciones del pequeño Angelo.

 

Y en ese momento llega "Cry Your Heart Out", que narra los períodos depresivos que afrontó. Incluso, Adele confesó que no pudo reír durante un año.

 

El proceso de sanación comienza con "Oh My God" y "Can I Get It", esta última habla de la sensación de volver a salir con hombres, más allá del sexo casual.

 

“I Drink Wine” es la aceptación de esa parte de ella que es un caos y "Hold On" fue uno de los últimos temas que escribió, en febrero de 2020, donde empezó a sentir que por primera vez la terapia hacía efecto en ella.

 

En el medio están los temas “All Night Parking”, un dueto con Erroll Garner, y “Woman Like Me”. En esta última melodía se reconoce como una buena amante y se despide de su pareja anterior, lista para encontrar una nueva.

 

Con la balada “To Be Loved”, seis minutos de tristeza y melancolía azotan el corazón de quien la escuche. Es, ni más ni menos, que la recaída. La británica reconoció que nunca cantará esa canción en vivo, no por la dificultad vocal, sino por la trama que esconde.

 

Con un estilo similar al de Amy Winehouse, con “Love Is a Game” Adele cierra su disco burlándose de los “tontos” que aman. Entre líneas asume que no está lista para volver a amar; mientras tanto continuará regalando a los fans melodías para atravesar sus rupturas amorosas.

 

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