"Nadie tiene derecho a violentar tu desnudez, tu vida privada"

G.F.A. hizo una pausa en su trabajo en un gimnasio de la capital puntana para comentarle a El Diario qué sensaciones tuvo al recibir la noticia de que las dos personas a las que denunció por haber difundido indebidamente imágenes íntimas suyas —son su expareja, Diego Oliveri y la mujer con quien él tenía una relación, Tatiana Yaccarini— fueron llamados a declaración indagatoria, el próximo jueves 19 agosto. Es decir, deberán presentarse a declarar como imputados y tendrán su oportunidad de defenderse de la acusación. “Esto es abuso, esto es violencia. Nadie tiene derecho a violentar tu intimidad, tu desnudez, tu vida privada, con una excusa de celos, de enojo”, dijo la damnificada, quien aseguró que irá hasta el final. “Atacaron lo más valioso, la niñez de mis hijos, mis viejos, que son dos personas de bien. Me atacaron por todos lados, más daño que el que me hicieron no me pueden hacer. Voy a luchar hasta el final, pero no por odio, sino por justicia y porque sigo viva, porque creo que el fin de todo esto era que yo me pegara un tiro. Tenemos que parar con la violencia, con mujeres que se matan en manos de gente loca”, expresó.

Oliveri está imputado por “Amenaza, distribución indebida de correspondencia, lesiones leves calificadas por el vínculo y por mediar violencia de género, todo en concurso real”. En tanto que a Yaccarini se la investiga por  “Amenaza, distribución indebida de correspondencia, lesiones leves e incumplimiento de una orden judicial, todo en concurso real”. El último delito indicado se concretó ya que, a pesar de haber una restricción vigente, siguió molestando a la denunciante, aunque este tipo de medidas refieren expresamente que la prohibición de acercamiento incluye los medios electrónicos, como mensajería, llamados telefónicos, WhatsApp y comunicaciones por las redes sociales.

Hay una circunstancia que, según comentaron G.F.A. y su abogado, Santiago Olivera Aguirre, también quieren que se incluya en la imputación, y es que el hijo de la denunciante, que en ese entonces tenía 9 años, recibió el video íntimo de ella. El pequeño no llegó a verlo, pero entienden que la intención de que eso sucediera estuvo. Por ello, a través de testimoniales y de la realización de una Cámara Gesell intentarán que se profundice en este punto, para que se incorpore entre los delitos que se averiguan.

G.F.A. hizo la denuncia en abril de 2020. “(La investigación) se demoró mucho por la pandemia, fue muy duro. He pasado por una situación muy difícil. Aunque esto no termina, (más bien) recién está empezando, esto me da un aliento, es como un abrazo de justicia, me da esperanza para que esto no quede en la nada, que se escuche mi voz, de pedido de justicia. Estoy muy esperanzada de que los llamen a indagatoria, que vayan a dar la cara, ya que dicen, alardean que son inocentes”, refirió.

Cuando habla de lo difícil que fue el proceso que enfrentó tras el hecho, G.F.A. se refería a haber atravesado en estos meses el miedo y un malestar anímico muy profundo que exigió que debiera iniciar terapia psicológica y psiquiátrica y que le quitó hasta la energía para trabajar. El daño fue muy grande, y también repercutió en sus padres y sus dos hijos, a quienes define como su bien más preciado. Pero con la ayuda de profesionales, la contención de su familia y amistades, y el apoyo inclusive de personas desconocidas, pudo empezar a salir de la oscuridad.

No tener vergüenza

“Mi abogado me dijo ‘no hay que aflojar’. Cuando hizo un año (del inicio) de la causa estuve muy mal, me quebré, volví a caer en la cama. Pero estos pasitos me dan la esperanza de que no quede en la nada, que no quede como un hecho impune de los miles que hay. Hay muchos casos, lo sé porque me llaman, me escriben, me preguntan ‘qué hago’, ‘cómo hago’”, comentó.

Cree que su caso sienta un importante precedente en San Luis. “Le sucede a las mujeres, pero también a los hombres, y no hay que tener vergüenza, porque la vergüenza pasa por otro lado. Creo que todo se soluciona hablando de frente. Hay que decir ‘me pasó esto’, y aclararlo con tus valores. Si lo estás sufriendo, tenés que hablarlo con las personas que te importan, que te van a entender y no te van a juzgar. Y de ahí tomar las medidas, apoyarte en la Justicia, hacer las cosas por la vía legal. Hacer la denuncia correspondiente, para que defiendan tus derechos. Los juicios y las opiniones personales son todas válidas, pero eso no da derecho a nadie a violentarte de ninguna manera”, afirmó.

Y recomendó buscar una pronta contención psicológica. “Lo digo desde mi experiencia, te afecta mucho. Te sentís violado y vulnerable, sentís que perdiste el derecho al respeto, y eso es algo muy grave y muy triste y hay que luchar para reconstruirse”, aconsejó.

En su mente, cuando salía a la calle, pensaba que todos se burlaban, y aunque estuviera vestida, se sentía desnuda. “Todo pasaba por mi cabeza. A medida que me fui curando sentí el apoyo de las mujeres, los hombres, de familiares, amigos”, enumeró.

Para G.F.A. hay que normalizar el tener una vida sexual activa, ya sea con una pareja estable o en una relación casual. "Lo que pasa es parte de la intimidad de dos personas, y punto. Y se supone que hay un pacto implícito entre esas dos personas, de respeto y de límites que no se pueden pasar. Y si alguna de esas dos personas se pasa o no cumple con ese acuerdo, es un abuso”, refirió.