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María Teresa "Cholita" Carreras, la señora de las letras

Es pianista, folcloróloga y autora de doce libros. Uno de sus trabajos fue declarado de interés cultural por el Senado de la Nación. Su pasión por el estudio y la investigación de nuestras raíces y del folclore es un apostolado.

Por Johnny Díaz
| 15 de agosto de 2021
Con sus creaciones. "Cholita" Carreras luce su docena de libros, todos dedidicados al folclore, su gran pasión. Fotos: Marianela Sánchez/GENTILEZA.

María Teresa Carreras de Migliozzi, más conocida como “Cholita” Carreras, es pianista, escritora y folcloróloga, autora de doce libros (dos de poesía) en los que siempre destaca las tradiciones y la música de Cuyo, en especial de la provincia de San Luis, siendo la tonada su pasión y mayor objeto de estudio.

 

Motivada por su padre Emérito Carreras, militar y excelente cantor y guitarrista, desde muy pequeña escuchó la música de esta tierra.

 

“Cuando tenía seis años —dice—, mis padres me compraron un pianito de juguete, esos que tienen las teclas negras pintadas. Y mi padre se emocionó un día al escuchar que de oído estaba tocando el arrorró. Entonces decidieron llevarme a un conservatorio pero no me recibieron, pues aún no sabía leer ni escribir. Comencé al año siguiente”.

 

"Cholita" manifiesta que tuvo la bendición de haber nacido en un hogar donde se hacía un culto de la familia, la buena lectura, las tradiciones, la amistad y la música.

 

Desde muy pequeña, en su casa paterna de calle Belgrano al 600 de San Luis, casa que ella recuerda como una caja musical, tuvo oportunidad de escuchar a los mejores folcloristas de la época, a los que su padre recibía entusiastamente. Así es como la antigua casona se pobló de voces y guitarras con la presencia de Hilario Cuadros, Félix Máximo María, Alfonso y Zavala, y los hermanos Arce, entre otros.

 

Recuerda con nostalgia las sobremesas familiares de los domingos: “Mi padre cantaba a dúo con mi hermano Jorge Eduardo ("Coco"), mientras acompañaba a mi piano con su guitarra. Y mi madre, María Teresa Cangiano, nos contemplaba feliz al vernos unidos por la música”.

 

En el prólogo de su libro “La tonada en la provincia de San Luis” dice la autora: “Llegué a este mundo el séptimo día del cálido febrero de 1943. Por aquel tiempo era común que los niños nacieran en la casa, bajo el mismo techo que albergaba a la familia. Así, pues, nací en mi propio hogar. Siempre me contó mi madre que aquel día, luego de cesar el ajetreo del parto, cuando ya todo había vuelto a la calma y me hallaba dormida, mi padre entró a la habitación, tomó la guitarra y nos cantó una tonada. Ese relato quedó grabado en mi alma como un sello indeleble".

 

En 1947 su padre fundó el Centro Tradicionalista Sauces del Chorrillo, primera agrupación nativista de San Luis que nucleó a los folcloristas de la ciudad y que llegó a tener cincuenta y ocho socios. Por varios años este centro desplegó una labor muy importante en la cultura, contando con el valioso apoyo de los gobiernos de Víctor Endeiza y de Ricardo Zavala Ortiz.

 

“Por aquellos años —agrega— la guitarra era mal vista en la sociedad puntana. Yo diría que era casi despreciada, como sucedió en los primeros tiempos con el tango en Buenos Aires. Entonces, nuestro noble instrumento buscó refugio en los alrededores y se albergó en los 'boliches de las orillas'. Por eso, a esos antiguos 'boliches' de nuestra ciudad yo los considero verdaderos altares de la tradición".

 

"Con el trabajo realizado por el Centro Sauces del Chorrillo la guitarra cobró prestigio y ganó simpatías en el centro de la ciudad, y así fue llegando a la desaparecida LV13 Radio San Luis, al Club Social y a los cineteatros de la época, como el Ópera y el San Luis", puntualiza.

 

Más tarde, Emérito Carreras dirigió el conjunto Los Maruchos del Chorrillo, que integró junto a Jorge Arancibia Laborda, Julio César Agúndez y Tito Puglisi. "Los Maruchos fue el primer conjunto folclórico que representó a la provincia. Lo hizo en la Fiesta Nacional de la Tradición, realizada en la Capital Federal en 1952".

 

A mediados de 1955 su padre enfermó de leucemia, por lo que se trasladó a Buenos Aires para ser internado en el Hospital Militar Central. "Cholita" recuerda una anécdota: “Pese a la enfermedad, él conservaba un buen ánimo. Siempre tenía visitas de puntanos residentes en Buenos Aires. Una tarde llegó a visitarlo Hilario Cuadros junto al ‘Chocho’ Arancibia y ‘Changuito’ Arce. No sé de dónde apareció una guitarra y comenzaron a cantar bajito en la habitación. De pronto entró una monjita de las que tenían a cargo ciertas tareas en el hospital y les pidió que hicieran silencio. Entonces don Hilario, sin pensarlo dos veces, con toda delicadeza le dedicó su vals ‘La Monjita’ y la religiosa, después de escucharlo, se retiró visiblemente emocionada y agradecida”.

 

Luego de unos meses de tratamiento, falleció en enero de 1956, a los 44 años. En San Luis diez criollas guitarras, en su última morada, le dieron su adiós en una tonada.

 

“A partir de entonces mi madre tomó de la mano a sus dos hijos y juntos comenzamos a recorrer el nuevo camino. Con el tiempo mi hermano, con el nombre de Jorge Eduardo, comenzó a cantar en la confitería Tropicana que se hallaba en el Club Social (Belgrano y San Martín) mientras cursaba psicología. Una vez recibido se instaló en Neuquén. Y yo seguí aquí, unida al folclore y a las poesías que escribía y escondía para que nadie las leyera”, detalla.

 

"Cholita" manifiesta que en 1960 se recibió de maestra normal nacional en la centenaria Escuela “Paula Domínguez de Bazán” y de profesora de música en el conservatorio “Beethoven”, dirigido por el profesor Augusto Müller y su esposa, Celia Garro.

 

Más tarde realizó sus estudios en la Universidad Nacional de Cuyo, donde obtuvo el título de profesora de química, mineralogía y merceología. “Al estudiar química debíamos también estudiar matemáticas y física, materias muy distintas a las manifestaciones del alma como la música y las letras, que es lo que yo amo. Sin embargo, a veces los extremos se tocan; estas materias exactas y aparentemente frías me han servido a través del tiempo para ordenar el pensamiento. Estoy orgullosa de esa etapa de mi vida de estudiante”, admite.

 

Durante 39 años María Teresa ejerció la docencia, y por eso no duda en sentenciar que “si naciera de nuevo, haría lo mismo que hice: sería docente”.

 

"Cholita" se casó con Guillermo Migliozzi. Se conocieron en la facultad, siendo él estudiante de física. Tuvieron dos hijos: Guillermo, que es economista y un apasionado por la guitarra, y Horacio, que es abogado. La familia se extiende con dos nietos, Álvaro y Lourdes.

 

“Mi esposo —señala— me ayudó mucho en mi labor folclórica. Estuvo siempre presente, apoyándome, grabando mis actuaciones, ordenando mis trabajos en la computadora, realizando artesanalmente algunos de mis libros y llegando a plasmar el primer libro digital de San Luis, ciento veinte páginas enriquecidas con imágenes y sonidos", destacó sobre "La tonada en la provincia de San Luis", que fue presentado en el 2000 en el Antiguo Templo de Santo Domingo y más tarde en el Senado de la Nación.

 

La investigadora de música cuyana, escritora y docente va recordando su vida, y expresa que su primer libro, “El folclore que yo viví”, no lo escribió con una lapicera ni con la computadora, sino con sus venas. “Tal vez esté un poco desordenado, porque volqué en él todos mis recuerdos y mi pasión por la música sin borradores; me salió del alma. Es que la música folclórica está siempre presente en mi vida y no puedo concebir mi existencia sin ella", profundiza.

 

"Cholita" ha dedicado gran parte de su vida a la difusión del folclore cuyano a través de numerosas disertaciones acompañadas con piano realizadas en San Luis, en otras provincias y hasta en el exterior, en programas periodísticos y participando activamente en congresos provinciales y nacionales.

 

En la actualidad sigue activa en las redes sociales y en su taller de investigación folclórica “Luis Gerónimo Lucera Riera” dependiente de la Casa de las Culturas, que funciona desde hace quince años y en estos momentos virtualmente.

 

Al mencionar los medios de comunicación surgió el tema de la televisión. Recordó que en la década del '60 se inauguró el primer canal de televisión en circuito cerrado y que esto había producido un gran cambio en la vida de los puntanos. Dijo que en sus comienzos el canal funcionó en calle Colón entre Pedernera y Junín, luego en Rivadavia al 600 y finalmente en San Martín al 500. “Siendo estudiante participé en un programa titulado 'Noches de Folclore' junto a María Teresa Olmos, cantante y locutora, José Dimas Leiva, Jorge Eduardo Carreras con su voz y su guitarra y yo al piano", cuenta una de sus participaciones.

 

"Un día los directivos decidieron formar una 'Galería de Artistas' con fotos de los integrantes de todos los programas. Nos encantaba vernos allí. Pasó el tiempo, nuestro ciclo finalizó y meses después el canal cerró sus puertas", dice con nostalgia.

 

"Una mañana —continúa—, pasando frente al último edificio que ocupó, vi un grupo de obreros que arrojaban escombros a la calle. Miré todo con cierta nostalgia y de pronto, entre los desechos pero con el vidrio intacto, vi mi retrato. Le dije a uno de ellos que esa era yo y le pregunté si me lo podía llevar. El obrero se encogió de hombros y yo me lo llevé. Desde entonces ese cuadro ocupa un lugar central en mi casa, sobre la pared en la que se apoya mi piano”.

 

La escritora tiene cientos de vivencias, una de ellas es cuando conoció a María Delia Gatica de Montiveros. "Cuando tenía unos 40 años di una conferencia sobre folclore musical de San Luis en compañía del piano. Fue en la Dirección de Cultura que funcionaba en una casona de calle Ayacucho al 800. Allí tuve mi primer contacto con la poeta, historiadora y folcloróloga sanluiseña. Al finalizar me invitó a integrar el Centro de Investigaciones 'Dalmiro S. Adaro' que ella presidía y así comencé a asistir a reuniones junto a grandes estudiosos y amantes de nuestro folclore, como Jesús Liberato Tobares, Edgar Atilio 'Cototo' Palacios y Carlos Herman Fernández".

 

"Cholita" se mostró muy agradecida por la generosa amistad que le ofreció María Delia. "Ella me introdujo en el maravilloso mundo de la investigación folclórica y me dio el impulso para escribir mi primer libro, que luego prologó. Ella fue quien me dio su respaldo y sus consejos, y me transmitió sus conocimientos y su experiencia”.

 

Carreras continuó con sus investigaciones y se convirtió en una asidua concurrente al Archivo Histórico de la provincia, buceando en antiguos periódicos como El Oasis y La Reforma, explorando en sus propias vivencias, consultando archivos y realizando entrevistas a personas añosas. Y así fueron naciendo otros hijos de papel: "Frontera adentro", "San Martín y nuestra música", "Tierra mía", "La guitarra en la provincia de San Luis", "Manantial de tradiciones", "Luis Gerónimo Lucero Riera", "Paula Domínguez de Bazán", "Folclore musical de San Luis" y el último "Mujeres en el pasado puntano", nacido en tiempos de pandemia y publicado por San Luis Libro.

 

Actualmente escribe el libro "Memorias y anécdotas", siempre referidas al folclore. "Quiera Dios que pueda lograr terminarlo”, se esperanza.

 

No duda en responder que la creación que más satisfacciones le dio es “La tonada en la provincia de San Luis”, declarado de interés cultural por el Senado de la Nación en 2005; la tonada que más le gusta es "Quien te amaba ya se va", y la más antigua cantada en San Luis es "La Pastora". "Pienso que ha nacido en San Luis porque habla de serranías", precisa.

 

"Cholita" se autodefine como autodidacta, ya que nunca estudió ciencias del folclore. “Mi amor por la investigación de nuestras raíces es pura pasión, estudiar y difundir nuestro folclore es para mí un apostolado”.

 

“Nuestras tradiciones y nuestra música nativa no deben morir. Conservarlas o rescatarlas del olvido deben ser un compromiso a la vez que un desafío para cada uno de nosotros. ¡Cómo me gustaría decirle a mi padre que su lucha no fue en vano, que la semilla cayó en tierra fértil, que no sé cómo ni cuándo tomé la antorcha que en sus manos vi encendida y que prometo seguir trabajando para que siempre, siempre siga encendida sin apagarse jamás!”, se compromete "Cholita".

 

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