Analia Carrara
Periodista
Murió un tabú rojo
Hablar de menstruar debería ser tan natural como hablar de maternidad. Pero no lo es. Por eso, la aprobación del Programa de Sensibilización y Concientización en Gestión Menstrual Sostenible —una ley que acerca, acompaña e informa sobre la menstruación, además de impulsar el uso de productos que generen menor impacto en el medioambiente (entre otras iniciativas)— es un paso siempre adelante. Es la muerte de un tabú rojo, en un mundo en el que más del cincuenta por ciento de las personas tienen su ciclo cada mes.
En mi casa siempre fuimos “raros”. Mi madre nos impulsó a llamar las cosas por su nombre: vagina, pene, menstruación y así con todo. Ya pasé cuatro décadas de mi vida y puedo decir que esa mujer es, fue y será una revolucionaria. Aunque se muestre casi por momentos vulnerable, tal vez los años volvieron más lenta su acción, pero nunca su fuego.
También sé que lo que en mi familia era natural, en la mayoría de las otras no lo era. La sociedad callaba mi lenguaje “inadecuado” por diminutivos comparativos que fui incorporando durante la niñez y adolescencia.
Por eso celebro que a partir de ahora San Luis empieza a llamar menstruación a la menstruación, como define fertilidad, embarazo o lactancia a otros ciclos naturales.
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