La Mono tocó en San Luis
Con el guitarrista del "Indio" Solari a la cabeza, la banda dio la dosis justa de temas propios y clásicos casi ajenos.
Sorprendió el equilibrio con que Gaspar Benegas y La Mono compensaron la intención de mostrar sus canciones propias con las ansias del público de escuchar al menos algunos temas de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, la banda que acompaña a Carlos "Indio” Solari en sus escasos recitales en vivo y de la que Gaspar forma parte.
Pese a que desde la ausencia del excantante de Los Redondos Benegas —guitarrista de poderoso magnetismo— se convirtió en el virtual líder de Los Fundamentalistas…, La Mono sigue siendo su proyecto más personal, el que le permite explayarse como compositor y por el que toma las decisiones artísticas más profundas. Para completar su actividad musical, hay que contar las también esporádicas participaciones de Gaspar en Las Manos de Filippi.
Por tercera vez en la provincia, el trío conformado por el baterista Ramiro Naguil —quien desde la partida de Martín Carrizo también engrosó las filas fundamentalistas— y el bajista Lucas Argomedo sopesó los temas de sus dos discos de estudio con algunos con la firma de Solari. “Supuestamente venimos a presentar nuestros temas, pero si se deprimen nos piden alguno de Los Redondos”, dijo, jocoso, Benegas.
Al final, solo “Luzbelito y las sirenas” y “El templo de Momo” fueron parte del listado ricotero de La Mono, aunque, más cómodos, sus integrantes se despacharon con una batería de canciones acondicionadas como “Y mientras tanto el sol se muere”, “Pabellón séptimo” y “Tsunami”, que enfervorizaron al público, tan fiel como escaso.
Con mucha interacción con la gente, Benegas demostró su pasta de líder al tomar las riendas del show con autoridad. En ese intercambio, se atrevió a darles un consejo a sus seguidores: “Ustedes son la resistencia de la música en vivo, no pierdan este templo del rock que es un lugar buenísimo para venir a tocar”, dijo respecto de All Right, el bar de la avenida Illia que los cobijó nuevamente en su escenario.
Corre a favor del grupo (cuyos integrantes se conocen desde la infancia) la intención de brindar un show completo, con la iluminación y el sonido que llevan a todos lados en una suerte de familia rodante que incluye chofer, stage manager y un asistente de escenario dueño de un espectáculo aparte al costado, en una especie de laboratorio con luz propia en la que limpia y afina constantemente las guitarras de Gaspar.
Como muestra de su buen humor, Benegas le sacó misterio al asunto y dijo que en realidad los cambios de guitarra no tienen más intenciones que mostrar que lleva más de una a los recitales.
Con el público sumamente agradecido por recibir algunas de las canciones que tenían la esperanza (aunque no la certeza) de escuchar, La Mono conectó un momento sublime en los recitales redondos con su humilde historia. La canción final del recital fue “Autodestrucción”, de “Experimento”, el primer disco del grupo. “Es nuestro ‘Jijiji’ —dijo el guitarrista— pero nomás porque la tocamos al final de los recitales”.


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