Chicos de la "Newbery" se ponen "en los zapatos" de los atletas adaptados

Los Juegos Paralímpicos que se disputaron en Tokio hasta hace unos días fueron el incentivo para los docentes de Educación Física de la escuela generativa "Jorge Newbery". Con el objetivo de que los estudiantes aprendan sobre las dificultades a las que se enfrenta alguien que tiene un sentido menos, incorporaron la práctica de deportes adaptados en la institución.

Así, desde hace algunas semanas las clases se volvieron diferentes. Un grupo de alumnos debió vendarse los ojos, mientras sus compañeros les guiaron hacia dónde dirigirse y así poder jugar. Otros simularon tener una amputación, y practicaron fútbol y vóley.

Empezaron con el secundario, seguirán con la primaria y evalúan sumarlo a nivel inicial.

 

"La respuesta de los chicos realmente fue asombrosa. Manifestaban que estaban totalmente de-sorientados, entonces no podían creer que una persona pase por eso. Tuvieron que agudizar más el oído o el sentido de ubicación", explicó Jessica Pereyra, una de las docentes organizadoras.

La primera etapa del desafío fue con el nivel secundario, con todos los agrupamientos, pero el proyecto es repetirlo con el primario en las próximas semanas. "Si bien la competencia mundial ya finalizó, el objetivo es que los estudiantes puedan realizar estas actividades de igual manera. Estamos evaluando con mi colega, Fabricio Cuello, cómo hacer algunas cositas con el jardincito, ya que nuestra escuela tiene todos los niveles completos", remarcó.

También adelantó que las capacitaciones sobre empatía y discapacidad pueden aplicarse no solo desde el deporte, sino de una manera transversal que incluya otras currículas. "Les enseñamos, por ejemplo, qué representantes tuvo el país, quiénes fueron los deportistas y qué modificaciones debieron hacerse en cada una de las disciplinas", sostuvo. Además, recordó que una de las tareas para quienes tenían los ojos vendados fue que debían recorrer todo el espacio. "Ahí fueron hasta las gradas de la cancha y entendieron los peligros o la seguridad que debe tener un ciego para bajar una escalera, para estar en una tribuna en un partido, por ejemplo. Y también les enseñamos las diferencias con los colores de los bastones, quiénes tienen disminución visual parcial o total y quiénes además son hipoacúsicos", contó.

Otro de los objetivos de las actividades fue que los alumnos pudieran sugerir qué modificaciones pueden hacerse en una ciudad, en los semáforos y en las veredas. "Estaban muy sorprendidos por todo lo que sintieron al tener que depender de un compañero que les indicara que fueran la derecha, a la izquierda, que salten o tengan cuidado y demás, y cómo tenían que profundizar su audición para no tener un accidente", afirmó una de las autoras del proyecto.

Pereyra agregó que las actividades continuaron en los hogares, ya que los alumnos debieron investigar sobre un atleta o deportista argentino para luego seguir trabajándolo en la clase.