SAN LUIS - Domingo 06 de Julio de 2025

SAN LUIS - Domingo 06 de Julio de 2025

EN VIVO

"Siento que desde el feminismo nunca se dio lugar al activismo gordo"

De mostrar su cuerpo y su forma de vivir en instagram a escribir un libro pionero en el activismo gordo. La joven —modelo, escritora e influencer— relata una vida llena de frases inconvenientes.

Por Astrid Moreno García
| 31 de enero de 2022

El activismo de Agustina Cabaleiro en redes sociales se trasladó al libro. Del ciberespacio al papel, la conducta y los comentarios que debió oír la joven a lo largo de su vida por ser gorda invitan a la reflexión y a pensar dos veces antes de hacer un comentario sobre el cuerpo del otro.

 

A fin de año, cuando se acercaban las Fiestas y el reencuentro con algunos familiares se hacía inevitable, una serie de posteos y memes advertía sobre frases y sentencias muy comunes en las reuniones de ese tipo que se deberían evitar. Una de ellas era: "Te lo digo por tu bien", justamente el título que, meses antes, Agustina había elegido para su libro.

 

En una charla con Cooltura, la influencer habló del traspaso de la información en redes al libro, de las experiencias que vivió cuando era una nena y de cómo hizo para quererse y aceptarse mientras el mundo miraba hacia otro lado.

 

—¿Cómo nació el nombre de tu cuenta?
—En realidad, es una estupidez. Me gusta mucho el rapero Drake y su Instagram es @Champagnepapi, porque le pintó esa, y yo quería ponerme "Champagne mami" y cuando lo quise cambiar, obviamente estaba tomado. Entonces pensé qué otra cosa podía ser y se me ocurrió algo referido a internet, y quedó @onlinemami.

 

—Iniciás tu libro diciendo que la primera vez que te llamaron gorda fue en el jardín de infantes...
—Fue algo que me contó mi mamá, es una anécdota medio recurrente y cuando me senté a escribir el libro le dije que necesitaba que me la cuente con lujo de detalles. Hay un montón de cosas del libro que me contó ella porque yo era chiquita o ella se acuerda cosas que yo no; también habló de la relación de ella con su mamá. Entonces necesitaba que me contara un montón de cosas y esa fue una de ellas. Yo obviamente no me acuerdo, pero me pareció que era muy relevante para arrancar el libro y para dejarlo asentado ahí.

 

—Es un libro muy personal. ¿Cómo fue el proceso de darle forma?
—Me llegó una propuesta de parte de la editorial porque sabían que yo tenía algo para decir; había que encontrar el formato y la manera. Su formato es muy distinto, obviamente, al de las redes, que es en dónde acostumbro moverme, entonces fue realmente un desafío. No soy escritora, incluso me cuesta. Lo primero fue encontrar un poco la manera de contarlo, armar una hoja de ruta sobre todo lo que queríamos hablar y nos dimos cuenta que eran un montón de cosas, porque hay muchas experiencias para contar sobre ser gorda. Después el planteo fue cómo dividíamos las anécdotas y experiencias, y después vimos los temas. Llené una pared de post-it de cosas que me pasaron, como por ejemplo, "cuando tal me dijo tal cosa" o "cuando fui a determinado lugar y pasó algo". Terminé escribiendo mirando los post-it de la pared.

 

—Hablás de experiencias... ¿El libro fue una especie de descargo?
—Creo que no, fue más bien una forma de revisitar un montón de cosas, también contándolas a personas que me dieron sus testimonios y me ayudaron a escribirlo. Fue volver a un montón de experiencias y ordenar un montón de información, no sé si fue como terapia. Fue bastante duro el proceso, no fue simple, me costó no solo por lo que implica escribir un libro en cuanto a tiempo y concentración, sino por las cosas que cuento. Desde ese lado sí me costó un montón, pero al final quedó algo bastante lindo.

 

—"Te lo digo por tu bien" es una frase que has escuchado mucho.
—Siempre, todos los comentarios, ya sea por la salud, por la ropa, por lo que sea, siempre vienen rematados con eso y el libro es una gran recolección de experiencias que las cuento yo y me pasaron a mí, pero que también nos pasaron un poco a todas. Siento que es una frase clave para resumir la experiencia de tener cuerpos así y de vivir lo que vivimos. Es algo que es iconográfico, a todo el mundo le iba a sonar como que se lo habían dicho alguna vez.

 

—En el libro te hacés un propio interrogante:  "¿Cómo se supone que vas a quererte si todo el mundo te está diciendo todo el tiempo que no valés nada?". ¿Lo pudiste responder?
—Es un proceso, es un ejercicio que te nés que hacer para toda tu vida de construir y reaprender. En esta nueva generación de feminismos y de conciencia social nos falta un paso más o hay ciertas áreas que quedan olvidadas. Como que es nuestra culpa si no nos queremos, como si fuera algo 100 por ciento de un proceso individual y no lo es. Claramente, aprendés que ser gorda está mal desde lo colectivo; entonces es algo que tenés que hacer con vos misma, pero no es tu culpa si no lo podés lograr. Es muy fácil decir "amate", pero no, hay todo un contexto que te recuerda que eso es imposible y que no lo deberías hacer.

 

 

"No existe en el mundo una mujer que no haya hecho dieta por lo menos una vez en su vida, independientemente de su cuerpo"

 

 

—¿El feminismo le da lugar al activismo gordo?
—Siento que desde el feminismo nunca se dio lugar al activismo gordo, al body positive, porque para el feminismo es un poco todo lo mismo lo que escape al canon de belleza y lo analiza desde ese lado, de la obediencia y la belleza; pero el gordo -odio es otra cosa. Es una cuestión de falta de derechos, no es todo lo mismo y nunca se abrió ese espacio. Pero obviamente el feminismo ayudó un montón a que estas comprensiones se estén dando hoy en día.

 

—¿Cuál es tu reflexión sobre los comentarios del estilo de "quiero tener tu autoestima" que te hacen cuando subís una foto en bikini?
—No me enojo porque siento que es algo que dicen desde el lado del amor y como que no entienden un par de cosas, pero no los voy a putear. Solo recordarles que no lo deberían estar haciendo, sobre todo porque se lo comentan a ciertos cuerpos y a otros les ponen otras cosas. Sobre los comentarios en las redes, hay días que me afectan más y otros menos, hay mucho "hate" ahí fuera y es como que trato de no darle bola porque si no te enroscás y vas a un lugar muy oscuro y feo muy rápido.

 

¿Debería haber más cuidados con los contenidos que se suben a las redes?
—En las redes te dan el contenido según lo que likeas, le diste me gusta a un video de una dieta y te va a mandar 84 videos más. Hasta que no les pongas "no me interesa" a esos videos, te los va a seguir mostrando. Sí pasa que las redes no cuidan el contenido, nosotros podemos hacerlo filtrando lo que no nos interesa, bloqueando gente si nos dice cosas feas o dejando de seguir cuentas que nos hacen sentir mal. Pero deberían tener algún tipo de mecanismo de chequeo de datos y que no cualquiera suba una rutina de ejercicios o una dieta, nunca se sabe quién lo está viendo del otro lado y lo puede llegar a hacer. Estamos en una cultura en la que, por ejemplo, a mí no se me ocurriría agarrar una pinza y sacarme una muela delante de un espejo, pero sí se me ocurre cambiar mi rutina de ejercicios y de comida drásticamente sin ningún tipo de chequeo médico. Es lo "normal", el decir, "dejé de consumir pan o empecé a tomar una pastilla que vi en la tele", no me parece que esté bien.

 

—¿Te ha pasado alguna vez?
—Sí, obvio. Incluso antes de las redes sociales. Cuando era adolescente existían otras formas en las que encontrabas tips, cosas para hacer o no hacer y evitar, ejercicios, dietas y demás. Me pasó toda la vida, en este mundo creo que no existe una mujer que no haya hecho dieta por lo menos una vez en su vida, independientemente de su cuerpo, y si es gorda, nutricionista y mil cosas, todo para bajar de peso.

 

—¿Cómo nació la idea de trabajar con marcas de ropa?
—Nunca hice @onlinemami con el objetivo de trabajar de esto o hacer contenido, de hecho cuando me bajé Instagram nadie lo hacía. Había youtubers nada más, pero de repente empecé a subir las cosas que hacía en mi día a día y a la gente le empezó a gustar y me empezaron a seguir personas que no me conocían, algo que era raro en ese momento. No había un mensaje, sino que les gustaba lo que subía, que era yo existiendo. Era un poco raro poder ver que hay una gorda existiendo ahí afuera y que no pasa nada, y no la está pasando como el orto, un nuevo paradigma que mucha gente no se había imaginado. Después me empezaron a contactar algunas marcas y yo les escribí a otras para hacer fotos como modelo y contenido. A medida que fue creciendo la cuenta hice diferentes cosas y pensándolo más como que quería darle algo a la gente y no yo sola con Instagram.

 

—¿Cómo es la respuesta de los usuarios en redes?
—Por lo general me llegan mensajes muy lindos y después, cuando me encuentro con la gente en la calle o en eventos, también. Dicen cosas relindas, que las ayudé a sentirse mejor y encontrar ropa. Mucho de mi contenido es eso, ayudarlos a encontrar ciertas prendas que normalmente no se ven, porque hay poco y todos los talles no están, por ejemplo, en un shopping. Los comentarios vienen por ese lado, que los ayudé a ponerse una prenda por primera vez porque no sabían dónde encontrarla o no se animaban a usarla, hacer determinada actividad o sentirse mejor con ellas mismas.

 

 

 

 

LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Temas de nota:

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo