Un legado imborrable: la huella solidaria y los sabores inolvidables de "Coco Patrone"
Eduardo Ramón González, reconocido comerciante y exconcejal, falleció este miércoles. La comunidad sintió profundamente su partida, pero su memoria se mantendrá indefectiblemente viva, por todo lo que significó su entrega. Un buen hombre y excelente vecino.
¿Cómo se hace para definir en algunas líneas todo un legado de vida de una persona que entregó de sí para los demás? Es, indudablemente, una tarea utópica. Pero el esfuerzo vale la pena, porque honrar la memoria de quienes han aportado con buenas acciones la existencia, es la mejor enseñanza que se puede brindar a la comunidad. De alguna manera, la muerte de Eduardo Ramón González, más conocido como "Coco Patrone", es el fiel reflejo de que hacer el bien, tratar de superarse, siendo cada día la mejor versión de uno mismo, es el ejemplo más latente para cambiar al mundo. Porque cambiar al mundo es una tarea que arranca desde lo sencillo.
Los vecinos y vecinas de Villa de Merlo saben muy bien de qué se habla al retratar el recuerdo de "Coco Patrone". Prácticamente no hay mesa que no haya degustado las pastas de su reconocida fábrica "Don Patrone". Los merlinos, cada domingo, mantenían bajo una arraigada tradición el ritual de preparar ravioles, fideos, ñoquis, para comer en familia. El domingo como fecha icónica, pero el resto de la semana también se compraban sus exquisiteces. Siempre había una buena excusa para comer sus pastas.
Ojalá se pudiera describir fielmente lo que se intenta explicar en este texto. Pero hay que pensar en lo siguiente: el cariño, el calor de una familia unida en la mesa, lo más sagrado, compartiendo las pastas. Ninguna publicidad, ninguna campaña de marketing podría igualar esa característica. No pocos tienen el recuerdo de sus abuelas dejando todo listo para la comida o yendo a comprar al local, en una indecisión casi "buscada" frente a la múltiple gama de opciones para llevar. No es exageración, así se vivió siempre esa costumbre. Y lo mismo pasa con la gente que es de zonas aledañas, como Santa Rosa del Conlara. Si había que ir a Merlo por algún trámite, era infaltable pasar por el local para comprar pastas. ¿Quien puede generar algo así? Indudablemente "Coco Patrone" tenía una luz especial.
Un camino digno
"Coco Patrone" falleció este miércoles. De acuerdo a la información del Centro de Historia de Villa de Merlo, nació el 7 de septiembre de 1953, en Río IV, Córdoba. El 29 de diciembre de 1981 arrancó su carrera comercial con "Don Patrone", la fábrica de pastas.
Tuvo un desempeño muy comprometido con la sociedad. Entre 2003 y 2007 fue concejal. Fue colaborador de las revistas Trapalanda del Centro de Historia de Villa de Merlo y seguidor de sus emprendimientos.
Pero también tuvo un rol clave en la solidaridad. Fue un colaborador incansable con las instituciones intermedias que recurrían a su ayuda, fundamentalmente con comedores escolares. "Excelente y buen vecino", lo definen en la villa turística. Qué bueno que alguien pueda decir de una persona que es "excelente".
Aún así, más allá de su impronta con la gente, su mayor entrega fue con su familia. Compartió 45 años con su esposa, Susana Rodríguez y fruto de ese amor nacieron Mariano y los mellizos Julián y Ramiro.
La muerte, aunque dolorosa, no es el final absoluto. Es transformación, transición, proceso, cambio. Es difícil de entender, por ser un misterio en sí mismo. Pero la clave, al menos humana, está en la huella imborrable de quienes parten. Cuando se extraña a quien fallece, es la muestra más fiel de que su paso por este mundo no ha sido en vano. Y vaya si los merlinos ya extrañan a "Coco Patrone". Esa sensación de dolor, cada día pesará más. Los duelos simplemente se transitan. Pero el don inmemorial que él trajo a este mundo perdurará más allá del tiempo, en una luz infinita, con una brisa que sellará en lo profundo de la comunidad su nombre por siempre.
Que en paz descanses.
Con información del Centro de Historia de Villa de Merlo/Redacción.


Más Noticias