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Brindan talleres para prevenir consumos problemáticos

Trabajaron en el barrio San Antonio y ahora lo hacen en el ATE II con niños, niñas, adolescentes y jóvenes.

Por redacción
| 15 de noviembre de 2022
Arte callejero. Hace unos años hicieron un mural en una plazoleta del barrio San Antonio y este jueves lo harán en el tanque de agua del barrio ATE II. Foto: Fer Miranda

Miembros del Programa de Prevención de Consumos Problemáticos (PPCP) de la Facultad de Ciencias Económicas, Jurídicas y Sociales (Fcejs) de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) brindan talleres en barrios para abordar la problemática desde diferentes aspectos y generar vínculos con las comunidades. Hace unos años trabajaron en el barrio San Antonio y en la actualidad lo hacen en el Virgen de Pompeya, más conocido como ATE II. Los orientan principalmente a niñas, niños, adolescentes y jóvenes.

 

"Lo hacemos en el merendero ‘Madre Teresa de Calcuta’, más conocido como La Casa de Normis, de la señora Norma Perinelli, quien nos presta su espacio para llevar a cabo las actividades. Allí abordamos la construcción de identidad y subjetividad de las juventudes vulnerabilizadas. Trabajamos articuladamente investigación, extensión y además docencia, porque los resultados del proyecto los trajimos para desarrollarlos en las aulas de la carrera de Trabajo Social", mencionó Adriana Morán, coordinadora del programa y profesora de la facultad.

 

La propuesta busca develar mitos y prejuicios que obstaculizan nuevas maneras de ver e interpretar los problemas sociales, y generar conciencia desde una perspectiva comunitaria en la que se unen la universidad, familias, vecinos, amigos y otras instituciones.

 

El viernes a las 10 presentarán un libro que reúne gran parte del trabajo del programa.

"Nosotros no partimos desde la problemática de los consumos, sino de las propias demandas de les sujetes con quienes trabajamos. Las chicas y chicos nos van diciendo qué quieren conocer, saber o interpelar. Y la verdad es que les preocupan muchos temas, como por ejemplo la violencia intrafamiliar, institucional y entre pares, y prácticas de cuidado de sí y de les otres", explicó Morán.

 

Las consignas para trabajar con las y los pequeños suelen girar en torno a diferentes juegos que sirven para que los profesionales detecten conflictos.

 

"El consumo es consecuencia de la falta de cuidado por parte de los mayores y de la violencia a la que son sometides les jóvenes por las instituciones que transitan. Obviamente no de todas las personas que las conforman, pero les chiques hablan de lo que les ocurre cuando tienen confianza con sus interlocutores y dicen las cosas por las que pasan. A menudo también sufren acoso policial", agregó.

 

La coordinadora destacó que con base en la experiencia y el trabajo realizado durante años es que para prevenir un posible consumo problemático lo que más se requiere desde temprana edad es reconocimiento y afecto.

 

"Muchas veces los tratan como delincuentes por tener una gorra, un tatuaje o usar aros. Los chicos son estigmatizados y discriminados por portación de rostro o por maneras de vestir y eso es algo muy grave, porque es lo que menos necesitan. Cuando son reconocidos y tienen afecto responden de la misma manera", señaló la profesional.

 

El viernes a las 10 presentarán un libro que recopila una gran parte del trabajo por el equipo del PPCP. El texto recorre los diferentes territorios transitados y presenta la descripción de las prácticas hechas en cada uno de ellos.

 

Redacción/MGE

 

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