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El girasol vuelve a pisar fuerte en la rotación estival

Tras una década de retroceso, sobre todo debido al ataque de las palomas y los loros, los buenos precios internacionales y la flexibilidad del cultivo lo pusieron de nuevo de relieve. La superficie sembrada en San Luis creció 4.000 hectáreas.

Por Marcelo Dettoni
| 06 de febrero de 2022
Naschel. Girasoles en pleno desarrollo estival en un campo sobre la autopista 55. Fotos: Martín Gómez / Archivo El Campo

Este cronista debe reconocer que empezó a prestar atención a los lotes sembrados a la vera de las rutas en el último lustro, cuando comenzó a escribir en la revista El Campo. Desde entonces, cada verano acostumbró su vista a ver el verde bajito de la soja, el rojo fuerte de los granos de sorgo y el alto de las plantas de maíz con sus hojas alargadas. Pero en un viaje reciente por la ruta 7 se hizo evidente, sobre todo en Córdoba y en el este de San Luis, que comenzó a tallar de nuevo tras unos años de ostracismo otro cultivo: el girasol.

 

Es inconfundible ese color amarillo fuerte que invade los sentidos y lleva a extender la vista hasta donde sea posible para observar esas plantas enhiestas, orgullosas, que siempre miran hacia la luz y fueron fuente de inspiración para tantos pintores, comenzando por el inmortal Vincent Van Gogh.

 

El girasol está de vuelta luego de muchas campañas de anonimato y es interesante bucear en las razones de este regreso con gloria de un cultivo que es del gusto de muchos y que tantos otros aborrecen por las consecuencias que trae, ya que viene "acompañado".

 

 

 

 En San Luis, la superficie con girasol creció 4.000 hectáreas. Y a nivel nacional fueron 200 mil más. Habría 3,5 millones de toneladas.

 

 Por eso la revista El Campo consultó a algunos ingenieros agrónomos de San Luis, primero para confirmar que el girasol está en crecimiento en los campos puntanos, y luego para conocer los por qué de esta vuelta al ruedo en pleno apogeo de la soja y el maíz, los indiscutibles reyes de cada campaña gruesa, en la que el sorgo trata de ganarse también su lugar con buenas prestaciones. 

 

“Es cierto, se ve bastante girasol, mucho más que el que podíamos divisar hasta hace un par de años, pasa en San Luis tanto como en el resto del país. No seguí las últimas estadísticas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, ni tampoco la de Córdoba, que suele dedicar algunos informes a la provincia. Allí debe haber una estadística de la superficie sembrada en los últimos años”, dice Nicolás Ríos Centeno, el responsable agrícola de Ser Beef, la empresa productora de granos que tiene el feedlot más grande de San Luis, que también esta campaña se sumó a la "moda" del girasol.

 

 

Cosecha. Esperan muy buenos resultados en la campaña, a pesar de la seca que seguramente va a recortar un poco los rindes.

 

 

Ante esta duda, el cronista fue a las estadísticas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y vio que el crecimiento, en superficie, fue de 200 mil hectáreas a nivel nacional. En la campaña actual fueron 1.650.000, con un rinde apenas superior (21,70 quintales por hectárea contra 21,60 de la 20/21). La producción, si todo va de acuerdo a las estimaciones, será de 3,5 millones de toneladas, 500 mil más que hace un año. En cuanto a San Luis, se sembraron 23 mil hectáreas, cuatro mil más que en la campaña pasada. No se informaron pérdidas hasta el momento y aún no comenzó la cosecha. El girasol se distribuye entre los departamentos Pedernera, Dupuy, Chacabuco y Pringles.

 

 

 El girasol tiene solo un 7% de derechos de exportación contra 33% de la soja. Además, esta campaña se consiguen muy buenos precios. Nicolás Ríos Centeno

 

Ríos Centeno argumenta por qué en los campos cercanos a Eleodoro Lobos y el dique Paso de las Carretas se ven también los manchones amarillos. “El crecimiento en nuestro caso se debe a que vemos que los precios, costos y márgenes brutos le hacen ganar competitividad al girasol, hay buenos valores locales e internacionales”. Como el girasol es un reemplazo de la soja, está haciendo "pata ancha" debido a que tiene un porcentaje bastante menor en cuanto a retenciones (7% contra 33%). “Hacemos nuestras cuentas por la zona donde estamos y vemos si el cultivo se pone competitivo. En este caso se dio así, y como en la rotación compite contra la soja, le hicimos ganar terreno por ese lado, mientras la superficie de maíz se mantiene igual”, destacó Ríos Centeno.

 

Claro, es muy linda la vista que brindan los campos con girasol, pero también hay algunas contras, y una muy importante es el daño que causa la paloma. “Siempre fue el gran tema, nos hizo desastres en el pasado, por eso en los últimos 8 años no hicimos girasol. En esta campaña, por fortuna todavía no vemos aves, estamos estudiando la evolución. Los vecinos que apostaron por el girasol el año pasado no tuvieron problemas, por eso nos animamos a imitarlos en Ser Beef”, reconoció el ingeniero agrónomo.

 

 

Ventajas. En San Luis, el girasol le comió 4.000 hectáreas a la soja porque tiene mejor precio y mercados en las cercanías.

 

 

 

Tolerancia al estrés hídrico

 

La empresa se largó con 1.500 hectáreas entre girasol comercial común y para semillas. “El girasol, si bien es una especie muy interesante por la tolerancia al estrés hídrico, este enero fue bastante intenso en calor y sequía, por lo que también se vio muy afectado, no pudo zafar, tiene un gran estrés. Ahora el calor extremo ya pasó, pero la sequía continúa a pesar de las últimas lluvias. Seguramente va a perder rendimiento, no hay dudas, lo veremos en las próximas semanas y a cosecha para ver cuál fue el impacto final del clima”, se explayó, para finalizar con que todavía no decidieron el destino comercial: “Lo más probable es que vaya a AGD, a la planta que la aceitera tiene en General Deheza, en la provincia de Córdoba”.

 

 En el Valle del Conlara, una zona distinta a la que surca la ruta 7, el girasol es menos común, aunque también el amarillo intenso tiñe algunos campos este verano, sobre todo en cercanías de Naschel. Allí produce Marcelo Bongiovanni, quien conoce bien esas tierras en las que nació y aprendió los secretos de la agricultura de la mano de su padre.

 

 

 21,70 quintales por hectárea es la estimación de rinde que maneja la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Este año se sembraron 500 mil hectáreas más que en la campaña pasada.

 

“Yo estoy en Tilisarao, donde no se suele hacer girasol porque está el problema de las palomas. Solamente hay sembrado algo de confitero por contrato, nada más”, asegura este ingeniero agrónomo y profesor de la FICA, quien agrega que “es posible que haya algo, pero no vi nada en la zona. Algunos productores suelen sembrarlo entre La Toma y Naschel, aunque no en grandes extensiones. Capaz que están metidos muy adentro y no te das cuenta hasta que no florece. Puede haber algo más sobre la ruta 20, entre La Toma y La Punilla, pero en general la superficie es muy chica”.

 

En Naschel justamente tiene su campo Hernán Fontana. Él no tiene girasol, porque se dedica más a la ganadería y a la producción de forraje para la cría y recría bovina. Pero puede dar fe de la vuelta del girasol porque su vecino tiene varios lotes en muy buen estado. Conoce el cultivo porque su padre lo sembró años atrás. “Es muy delicado, sobre todo por los ataques de palomas y, en esta zona cercana al río Conlara, de los loros barranqueros que tienen sus guaridas en las orillas”, cuenta el productor.

 

Por la experiencia familiar, Fontana cree que más allá de lo que la paloma puede comer, el problema es el daño estructural: “Llega y se lleva un grano, pero caen tres al suelo, así la planta se va destruyendo”, explicó.

 

 

 El girasol es muy delicado, sobre todo por el ataque de las palomas. Ellas se llevan un grano, pero en el piso quedan muchos más. Hernán Fontana

 

Un corte en 2010

 

Otro asesor, Ramiro Goncálvez, no tiene campos con girasol en su órbita de trabajo, pero conoce a fondo el cultivo y el mercado. “Hay varios puntos a destacar. El precio estaba cerca de los 40 mil pesos la tonelada y lo primero que busca el productor es la rentabilidad, que hoy existe con este cultivo. Hasta el año 2005 se hizo bastante girasol en San Luis, un período que se extendió hasta 2010, pero la presión de las palomas lo hizo desaparecer. Pero en los últimos años hubo algunos movimientos en el sector aceitero, aumentó el consumo de aceite y eso hizo aumentar el precio del grano”, analizó.

 

Y siguió: “Hoy con la soja en 28 mil pesos y el girasol a 40 mil, no resiste análisis, porque además uno suplanta al otro. Otro tema a tener en cuenta es que el girasol es bastante más rústico que la soja, sobre todo en cuanto a consumo de agua, con un verano caliente como el actual, va a aguantar más los embates del calor”.

 

Goncalvez confirma que no tiene productores que hagan girasol y lo lamenta: “Es una lástima que eso pase en esta campaña, porque es más elástico que la soja, que florece y tira hojas. Cuando hay más fertilidad tiene una hoja más grande, o más chica con menos fertilidad, se regula solo. Es un cultivo noble”. Y, al igual que Ríos Centeno, dice que “el principal comprador es AGD, que lo lleva para producir aceite comestible. Es un gran consumidor, pero también compra Cargill y lo lleva al puerto o a un acopio en La Pampa”.

 

 

 

Redacción / NTV

 

 

 

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