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Micaela Sconfienza, la árbitra que se hace camino al andar

Tiene 21 años, cursa el último año de Psicología y sueña con llegar bien lejos en el arbitraje.

Por redacción
| 22 de marzo de 2022
Mica hizo y hace un gran sacrificio. Es por eso que quiere defender este gran momento. Foto: Gentileza.

Micaela Sconfienza está teniendo un 2022 de novela. Cursa el último año de Psicología en la Universidad Nacional de San Luis y el fin de semana debutó como árbitra de básquet en la Liga Nacional Femenina (dirigió dos partidos: Obras-Riachuelo y Ferro-Unión Florida).

 

La temporada empezó de la mejor manera. La sanluiseña de 21 años, que abrazó esta disciplina cuando estaba en el último año del secundario, sueña con seguir progresando y llegar a ser árbitra FIBA.

 

 

—¿Cómo y por qué te iniciaste en el arbitraje?

 

—Me inicié en esto cuando jugaba al básquet en Sociedad Española. Estaba en quinto año de la secundaria y me acuerdo que unos amigos del club empezaron el curso de arbitraje, y dije: '¿Por qué no?'. Me venía genial la plata porque justo estaba con todo lo de la promoción. Así que arranqué con el curso y a dirigir mini y premini para juntar unos pesos. De ahí me fue interesando más el querer ir dirigiendo categorías más altas, y así me empecé capacitando y metiéndole, porque me di cuenta de que ya no era solo por la plata, sino que me gustaba hacerlo y lo disfrutaba.

 

 

—¿Qué significa el arbitraje para vos?

 

—La verdad es que hace bastante que puedo decir que significa mucho. Le dedico mucho de mí para poder mejorar y crecer constantemente y eso lo sé por lo que uno sacrifica para hacer lo que le gusta. Todo conlleva un sacrificio en un punto.

 

 

—¿Cómo te definís cómo árbitra?

 

—No sabría cómo definirme, pero puedo decir que siempre busco la mayor objetividad y seriedad en cuanto a esto que hago, porque aparte de que me gusta hacerlo, lo tomo como un trabajo, porque el arbitraje es un trabajo para mí, y en cada partido trato de poner lo mejor.

 

 

—¿Sos exigente?

 

—Sí, soy muy exigente conmigo misma y muy autocrítica también. Antes lo era mucho más, pero con el paso del tiempo empecé a entender que en cada partido siempre, o la mayoría de las veces, vamos a tener algunos errores (por más mínimos que sean) porque somos personas que también nos equivocamos, y los errores son los que nos impulsan a seguir creciendo y aprendiendo. El arbitraje es un contante aprendizaje. Antes, capaz que si tenía unos errores en un partido me ponía muy mal y desvalorizaba todo lo otro que hacía bien. Hoy eso cambió. Obviamente que sigo percibiendo los errores y trabajando en ellos, pero sin desmerecer las cosas correctas que realizo en un partido.

 

 

—¿Un sueño?

 

—Poder llegar a ser árbitra FIBA. Y otro sueño que no está relacionado al arbitraje es poder recibirme de psicóloga.

 

 

—¿Tu mejor partido?

 

—No puedo seleccionar uno como “el mejor partido”. Tuve partidos muy buenos, como otros en los que he cometido errores.

 

 

—¿Qué disciplina deportiva hiciste o hacés?

 

—Hice handball, fútbol, hockey y desde los 12 años empecé con básquet. Hoy en día sigo entrenando básquet, pero por razones obvias ya no juego. Aparte hace unos 4 años que voy al gimnasio.

 

 

—¿Una referente?

 

—Romina Morales, árbitra FIBA. Dirigió mucho tiempo en Villa Mercedes y ahora dirige en Santa Fe. Y también Micaela Prado, otra árbitra FIBA de Mendoza, para mí es una de las mejores de Argentina.

 

 

—¿Cómo es un día tuyo?

 

—Mi día en la semana se basa en cursar o estudiar, ir al gimnasio y dirigir.

 

 

—¿Fue más difícil llegar por ser mujer o no sentiste eso?

 

—No, nunca sentí eso. Es más, creo que al ser mujer es un poco más fácil el poder llegar porque no hay tantas árbitras mujeres en la Argentina como árbitros varones. Capaz que antes se sentía mucho eso, pero hoy en día tanto desde el Colegio de Árbitros como desde la Asociación Nacional y de la Confederación Argentina de Básquetbol se le está dando mucho lugar a las mujeres.

 

 

—¿Qué mensaje les das a las mujeres que quieren iniciarse y no se animan?

 

—Que se animen, que prueben si les gusta. Es un desafío, no es fácil poder pararse en una cancha y realizar la tarea que uno realiza. Pero si a uno le gusta, le tiene que

 

meter para adelante.

 

 

Esta pasión que comenzó como una ayuda económica para juntar dinero para la fiesta de la promoción, hoy es una pasión. Y si bien es cierto que no descuida su carrera universitaria, también es verdad que el arbitraje se metió de lleno en su piel. Su trabajo y su predisposición la llevaron a contar con el apoyo del Colegio de Árbitros de San Luis, que posó sus ojos en ella al ver las ganas y la impronta que le ponía. Por otra parte, el 31 de marzo y el 1º de abril se desarrollará un Campamento FIBA, del que la puntana formará parte. La invitación la tomó por sorpresa, pero es un premio a su gran presente. Invitaron a 18 jueces y ella tendrá la chance de seguir aprendiendo y buscando llaves que le permitan abrir más puertas.

 

A los 21 años, Micaela Sconfienza sueña a lo grande y por partida doble: quiere recibirse de psicóloga y llegar bien lejos en el arbitraje.

 

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