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Caso Camargo: penas de 17 a 4 años de prisión para 4 de los acusados

La fiscal de Cámara había pedido perpetua para todos. Solo Gastón Baudry fue absuelto por el beneficio de la duda. La víctima, un policía retirado de 77 años, fue golpeado hasta morir en un robo.

Por redacción
| 19 de abril de 2022
Al frente. De izquierda a derecha, los defensores Sala, Endeiza, Olariaga y Zabala Agüero; detrás, los imputados. Marianela Sánchez.

La familia de Carlos Jesús Camargo no se fue con las manos vacías; tampoco conforme. Esta noche, tras tres horas y media de deliberación, los jueces de la Cámara Penal 1 condenaron a cuatro de los cinco acusados por el crimen del policía retirado, ocurrido en su vivienda del barrio Kennedy, de la capital, en junio de 2019. Por las características del crimen, los imputados afrontaban un pedido de pena a cadena perpetua por "Homicidio doblemente calificado por ser cometido con ensañamiento y criminis causa (matar para ocultar otro delito)", en calidad de coautores, aunque la fiscal de Cámara dijo no tener pruebas contra uno de ellos. Finalmente, solo tres recibieron penas por el homicidio y una joven, por encubrimiento.

 

Yésica Villegas fue condenada a 17 años y seis meses de prisión por el delito de homicidio simple; Gonzalo Fenoglio, la misma pena, bajo la figura de partícipe necesario. Kevin Calderón fue sentenciado a 6 años de cárcel como partícipe necesario de homicidio simple y Aldana Baudry recibió la pena de cuatro años de reclusión por el delito de encubrimiento. Para su hermano Gastón Baudry decretaron la libertad inmediata, tras ser absuelto por el beneficio de la duda.

 

La fiscal de Cámara Virginia Palacios abrió la ronda de alegatos con la firme convicción de que Villegas; su hija, Aldana Baudry; su esposo (Fenoglio) y su exyerno (Calderón) participaron activamente del crimen. Y, a la vez, consideró que “no hubo un caudal de prueba suficiente contra Gastón Baudry”, el quinto acusado, a quien dijo que debía aplicarse el beneficio de la duda.

 

Se valió de testimonios y pericias para situar a los cuatro acusados juntos al momento del crimen, en la escena, en los movimientos posteriores para la venta de algunos bienes sustraídos a la víctima y resaltó que el motivo del hecho no fue otro que lograr la impunidad y ocultar un robo que había sido planeado.

 

Hizo una reconstrucción desde que el grupo salió de una casa en el barrio 500 Viviendas Norte de la capital, del vehículo que utilizaron y dónde lo dejaron estacionado, y se remitió a pericias de rastros para ubicar a los cuatro fuera y dentro de la escena del crimen.

 

Camargo, quien tenía 77 años y “un buen pasar económico”, mantenía una especie de relación sentimental con Aldana y ella se valió de esa confianza para ingresar, ya que no se hallaron rastros de violencia en las aberturas, sostuvo la fiscal.

 

Lo más fuerte fue quizás que casi todo su discurso estuvo atravesado por la saña con la que se cometió el asesinato y las lesiones que sufrió el hombre. “La forense lo expuso en este recinto: 55 lesiones en el rostro y en la zona craneoencefálica. Pérdida de masa encefálica y desprendimiento de dedos y piezas dentales”, enumeró. “Esta persona sufrió por un lapso de dos horas”.

 

Una de las hijas de Camargo no lo soportó. Rompió en llanto y un custodio policial debió acompañarla fuera del recinto.

 

“Es la escena más sangrienta que he visto”, sentenció Palacios y pidió a los jueces que no permitan que “un hecho tan salvaje quede en la nada”. Por eso pidió perpetua para los cuatro.

 

Héctor Zavala Agüero, quien representó a los hermanos Baudry, consideró que al no haber acusación fiscal contra Gastón no era necesario alegar por él. Sí lo hizo por la mujer, de quien sostuvo que nunca estuvo en la escena del crimen y para quien pidió absolución lisa y llana.

 

El letrado consideró que hubo una interpretación parcializada y descontextualizada de los testimonios en el debate, y citó los dichos de una joven de apellido Benítez y de un joven de apellido Correa, para asegurar que la mujer nunca se movió de su casa en el 500 Viviendas Norte. Respecto al robo y asesinato en sí, sostuvo que “una persona no puede estar en dos lugares al mismo tiempo”.

 

También criticó que los procesos judiciales aún no hayan incorporado la perspectiva de género en el análisis de los casos y pidió que se atendiera a la condición de su defendida al momento del crimen. “Ellas volvían a trabajar a la casa de él por una necesidad económica, a pesar de las constantes insinuaciones sexuales por parte del hombre, quien les ofrecía dinero a cambio de relaciones. Había tres mujeres y un hombre que ostentaba una situación de poder de base económica”, argumentó.

 

Juan Domingo Olariaga sostuvo que su defendido, Calderón, no golpeó a la víctima, que incluso se interpuso entre Yésica y Camargo para que ella no siguiera golpeándolo y que además intercedió para que no lo ataran.

 

También pidió la absolución del hombre.

 

(Leé la nota completa en la edición de papel)  

 

Redacción / NTV

 

 

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