Los secretos de J.K. Rowling

Always (siempre), le respondió Aberforth Dumbledore a su recién descubierto hijo, Credence, cuando le preguntó si en todo ese tiempo había pensado en él. La escena duró unos pocos segundos y ocurrió al margen del gran enfrentamiento final. Lo mismo le diría años después Severus Snape a la pregunta de Albus sobre si todavía, después de todo ese tiempo, amaba a Lily Potter. Ese es el momento más emotivo de "Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore".

En las dos películas anteriores de la trilogía de "Animales fantásticos", el papel de Albus (Jude Law) es reducido; en la primera apenas si lo mencionan al pasar. Sin embargo, su injerencia es fundamental. Como en la saga de Harry

Potter, el rol del mago es clave y, si bien se mantiene casi siempre detrás de la línea de fuego, pareciera tener la mejor solución para todo; aunque no se la comunique en su totalidad a los involucrados.

Newt Scamander (Eddie Redmayne) es el nuevo, o viejo, teniendo en cuenta que es una precuela, Harry Potter. Por su buen corazón, falta de deseo de poder e instinto que lo lleva a hacer siempre lo correcto, es el elegido para ejecutar los planes del profesor de ojos celestes y sufridos. Al igual que el joven huérfano que enfrentó a Lord Voldemort, Newt caminará a oscuras y sin saber las intenciones de Albus para intentar derrotar al mago más temible de ese momento, Gellet Grindelwald.

En "Harry Potter y la Orden del Fénix", el director David Yates ingresó al Caldero Chorreante, tocó los ladrillos indicados y entró al mundo mágico; a partir de allí realizaría las siguientes tres películas de la saga y todas las de "Animales fantásticos". No es casual que con su incorporación las primeras cobraran un estilo más oscuro y maduro, algo que debía acompañar el crecimiento de los personajes y de los fanáticos, según asumió el propio David en el especial “Harry Potter 20º aniversario: regreso a Hogwarts”.

Los seguidores del mago con un rayo en la frente ya no son adolescentes, y eso lo entendieron muy bien David y

J.K. Rowling. La trilogía de Newt muestra un costado más político del mundo mágico, que termina de acentuarse en "Los secretos de Dumbledore".

El eje transcurre en la elección del nuevo líder del mundo mágico, y ahora se termina de entender, al menos para los que no leyeron los libros, por qué años después el Ministerio de Magia británico temía que Albus pudiera tomar el gobierno: en definitiva, es el más noble para dicha labor.

Otra de las puntas que explotó David fue el humor, algo que intentó hacer en "Harry Potter y el misterio del príncipe", y que regaló una escena icónica: la del joven mago cuando imita los colmillos de las arañas. Un paso cómico muy al estilo del que se ve con Newt y los manticores (animales similares a un cangrejo con cola de escorpión que imitan el extraño baile del magizoólogo). Pero el verdadero as bajo la manga fue el muggle Jacob.

El panadero que acompaña a Newt desde la primera entrega transita toda la película con una varita falsa que le dio Albus. Eso, sumado a sus comentarios sarcásticos y apariciones en los momentos indicados, de los que sale airoso más por suerte que inteligencia, aportaron la mayor cantidad de carcajadas.

No hubo guiño a Harry Potter, humorada o encantamiento Obliviate que pudiera desterrar de la mente del espectador la ausencia de Johnny Depp y su estrafalaria interpretación del villano, Grindelwald. Quizás ese sea uno de los motivos por los que el filme es la entrega que menos recaudó hasta el momento en la historia del mundo mágico de Rowling. Un dato que pone en peligro la realización de las, anteriormente confirmadas, dos entregas posteriores.

En noviembre de 2020 el actor publicó un comunicado en su Instagram: “Les quiero hacer saber que Warner Bros. me pidió que renunciara al papel de Grindelwald en 'Animales fantásticos', y respeté y acordé con ese pedido”. Esta decisión no cayó muy bien a los fanáticos, más aún ahora que el juicio entre Depp y Amber Heard comienza a inclinarse en la inocencia del actor.

El filme inicia con un encuentro entre Albus y el nuevo Grindelwald, del que solo quedaron unas ínfimas mechas blancas, que ahora son canas, mientras que los ojos bicolores fueron desterrados por los marrones comunes del nuevo actor, Mads Mikkelsen. Al principio no se entendía si el villano había tomado una poción multijugos o definitivamente ese sería el aspecto de Gellet. La escena pareciera tener la intención de presentar al personaje, pero quizás no fue una buena idea recurrir a una de las secuencias más íntimas que se vio hasta el momento de los antagonistas.

Villano carismático y con personalidad. Depp iniciaba una labor que caracteriza a sus interpretaciones: adueñarse de los personajes. Esa fue la diferencia más notoria con la interpretación de Mikkelsen, quizás por directivas del director. La pérdida de excentricidad y protagonismo: el Grindelwald actual es un “malo” más del montón. En defensa del mundo mágico, algunos muggles sostuvieron que un verdadero fanático no dejaría de ir a ver la película al cine por el reemplazo de uno de los actores, algo que, por el momento, no se ve reflejado en los números.

J. K. Rowling confirmó en 2007 que el director de Hogwarts era homosexual, algo que ya suponían los lectores pero que nunca mostró explícitamente (y tampoco lo hará). Hace unos años, Yates reveló que no mostrarán a Dumbledore “abiertamente gay”.

La creadora de la saga de libros más vendida de la historia fue cancelada en varias oportunidades por comentarios racistas, homofóbicos y discriminatorios. Sin embargo, tiene un argumento lógico por el que, hasta entonces, no había profundizado en la orientación sexual del director de Hog-warts: no hacía a la trama.

Desde la primera entrega, "Animales…" tuvo una gran dificultad por delante, que hasta ahora supo sortear satisfactoriamente: todo el Wizarding World conoce el final. La incógnita es cómo llegarán al conocido resultado. Y es por eso que sería un desperdicio dejar incompleta la saga. El verdadero secreto que anhelan descubrir los fanáticos es si a Warner Bros. y J. K. Rowling les pesarán más los números o el compromiso de dejar a un fandom, que les llena los bolsillos hace 25 años, satisfecho. Como última opción, está el juramento inquebrantable o un pacto de sangre.