Advierten dificultades para conseguir insumos para tatuar

La inestabilidad del dólar, la dificultad para importar y las variaciones de precios afectan por igual a los sectores más tradicionales de la economía como a los ámbitos que se han puesto en boga en los últimos años. Una de las actividades modernas que verifica esta situación es la del mundo del tatuaje. Además del incremento de los insumos para tatuar, que durante las últimas dos semanas ha acumulado hasta un 40%, también observan que los puntanos han comenzado a pensar en el tatuaje como un gasto que se puede ajustar. El Diario concretó un sondeo para conocer el escenario local.

“Este año he notado una merma en las consultas y en las reservas de turnos. Antes tenía espacios reservados en la agenda de hasta dos meses”, indicó la tatuadora Adriana Ponce. En su caso, optó por no actualizar las tarifas; sin embargo, aseguró que en las últimas semanas se reflejaron saltos en los montos.

“Averigüé para comprarme una máquina nueva para poder mejorar el servicio. Cuando la vi estaba a $39 mil en la ciudad de Córdoba”, relató. “Ese precio lo vi hace tres semanas. Ayer (por el lunes) cuando volví a averiguar el costo, ya había subido a $55 mil”, agregó.

Los valores finales para un tatuaje tienen un rango bastante amplio. El presupuesto depende del tamaño de la obra, la dificultad del diseño, la cantidad de colores que insume el dibujo y el tiempo que lleva plasmarlo en la piel del cliente.

En ese cálculo también están atravesados los costos fijos como el canon a pagar por el lugar de trabajo, los insumos estériles (agujas, descartables, protectores, etcétera) y los productos para plasmar las creaciones. “Es bastante relativo el tema del precio, pero la base (por un tatuaje de no más de 25 centímetros cuadrados y monocromático) es de unos $4 mil”, dijo Eve, quien se desempeña en un local de tatuajes de calle Maipú.

La especulación afecta a los trabajadores del rubro. Muchos distribuidores han suspendido las listas de precios durante las últimas dos semanas, momentos en que la presión devaluatoria aumentó y el dólar paralelo se disparó hasta casi los $350. “A pesar de que el blue ha comenzado a bajar, muchos distribuidores continúan especulando y guardando insumos”, comentó el propietario de un local de tatuajes de la galería Sananes, Daniel Aguilera.

Para un tatuador a veces resulta dificultoso alquilar un espacio de trabajo. Por ello, optan por conseguir lugares en negocios que se dedican a la venta de artículos relacionados, como los piercings o las roquerías.

“Tengo unos boxes que alquilo. En los últimos días tuvimos que renegociar con los chicos que tatúan y les tuve que aumentar 10% a cada uno”, dijo Aguilera.

Gonzalo Arroyuelo es propietario de un local de venta de ropa e insumos para tatuajes. En su comercio también ha verificado las dificultades que en general han sufrido los tatuadores. “Los proveedores más grandes comenzaron a retacear la venta al por mayor, por ende tuvimos que aumentar nuestros precios, algunos hasta un 20%”, dijo.

“El arreglo con los chicos que tatúan en el local es por un porcentaje. De esa manera no están atados a un canon fijo, pero eso también lleva sus riesgos, ya que si la gente decide no tatuarse el ingreso es menor”, apuntó.

Matías Leal es un tatuador que se dedica al rubro desde hace pocos años. Comenzó a atender en su departamento y ante el aumento de clientes decidió renovar su máquina para trabajar con mayor calidad.

“Además del equipo tuve que comprar agujas y tintas nuevas. De una semana a la otra aumentó todo un 20%. Las tintas pasaron de $3 mil a $3.600, lo mismo pasó con las agujas que subieron de $900 a casi $1.100, por eso tuve que comprar menos insumos de los que había pensado”, lamentó.

El comportamiento de los clientes también se vio modificado. “Venía haciéndome una sesión por mes ya que me estoy cubriendo la manga. Ahora, voy a tener que ajustarme un poco y hacerlo cada dos meses porque el costo de vida aumenta para todos”, manifestó Carlos Toloza.