Un generoso llamado al diálogo que cayó en saco roto

La única verdad es la realidad. La frase, atribuida a Aristóteles, utilizada por el filósofo alemán Immanuel Kant y retomada por el general Juan Domingo Perón, es tan simple como contundente. En la política se habla mucho y el tiempo, o los hechos, son los que van separando la hojarasca de lo concreto. Y una de las palabras que se usan mucho en la política es el diálogo, pero parece que cuando llega el momento de intentar tender puentes, muchos prefieren hacerse los distraídos y seguir con la especulación y las mezquindades.

En la semana, el gobernador, Alberto Rodríguez Saá, convocó al diálogo político. Destacó que su intención era llamar al gobernador electo, Claudio Poggi, y a los referentes de los bloques opositores a conversar en su despacho, para así lograr la unión provincial y eliminar la grieta, que no solo afecta al país, sino que también ha arraigado en la provincia.

“Voy a invitar al gobernador electo. Lo voy a hacer llamar a él, al Adolfo, a Mario Raúl Merlo, a Cacace, a Álvarez, a todos ellos. Al rector de la Universidad Nacional de San Luis. De a uno o todos juntos, como quiera Claudio Poggi; y los voy a invitar a mi despacho a dialogar sobre lo que ellos consideren que debo hacer y lo que no debo hacer. Lo discutimos y quizás encontremos un punto en común”, señaló en una entrevista que le realizaron en Canal 13.

Uno de los primeros en rechazar la convocatoria fue Poggi, quien se autocalificó como un “hombre de la democracia” al conocer la propuesta del Gobernador, pero que inmediatamente dijo que, para que pudiera concretarse una reunión, era necesario que hubiera “gestos previos”, que en realidad representaban un listado nutrido de condiciones que iban en contra de decisiones del actual gobierno y que, en definitiva, distorsionaba la esencia del diálogo, que es el respeto mínimo por el interlocutor.

“Desde que yo pedí la reunión con el Gobernador saliente pasaron muchas cosas, conspiraron para alterar la paz social, hubo mucha provocación al pueblo, pero por supuesto si me invita formalmente iré, pero antes tiene que haber gestos de querer dialogar, no sacarse la foto”, dijo el diputado nacional.

El senador nacional Adolfo Rodríguez Saá mostró una gran apatía ante el llamado al diálogo del Gobernador y dijo que no tiene “nada que hablar” con su hermano. Justificó su posición diciendo que Alberto fue el “autor de la derrota del peronismo exitoso”, e insistió en que “no hay nada, absolutamente nada, que me una”.

Como era de esperar, el coro de ángeles siguió a los jefes. Uno de los argumentos que más reiteraron para no dialogar con el Gobernador es el lugar desde donde hizo la convocatoria, un estudio de televisión, lo que se adivina más como una excusa que como una razón cierta. “Creo que la invitación no puede darse por televisión”, dijo el diputado nacional Alejandro Cacace, también el titular de la UCR San Luis, Juan Álvarez Pinto, afirmó en tono socarrón: “Dice que nos va a hacer llamar, como si nosotros fuéramos meros televidentes”. Mientras que un veterano dirigente mercedino dejó en claro que "Mario Raúl Merlo se pasó la vida pendiente de lo que decidía Adolfo".

Los políticos se llenan la boca, entre otras cosas, hablando del diálogo. La convocatoria concreta está. Lo demás son habladurías. Como decían Aristóteles, Kant o Perón, la única verdad es la realidad.