Alberto Ferraro antes era parte y ahora, juez

De la mano del poggismo y de sus aliados, Alberto Ferraro fue designado por la asamblea legislativa celebrada el pasado martes como nuevo integrante del Tribunal de Cuentas de la Provincia.

Por su parte, en representación del justicialismo, que es la mayoría en Senadores y Diputados, continuará la contadora Cecilia Badaloni, exdirectora de Ingresos Públicos y exsecretaria de Finanzas de la Provincia.

Lo que llama poderosamente la atención es el caso de Ferraro, exintendente de La Carolina e hijastro de la diputada por Pringles, Ingrid Blumencweig.

Hasta este martes, venía de-sempeñándose como presidente de San Luis Constructora Sapem, que se encarga de contratar de manera directa servicios para el Estado. Es decir que estaba de un lado del mostrador.

Y, ahora, producto de este acuerdo que deja sin efecto lo que se acordó en la asamblea legislativa de agosto, cuando designaron a Badaloni y Daniel Marone, Ferraro llega al Tribunal de Cuentas de la Provincia convirtiéndose, de la noche a la mañana, en “juez”, ya que deberá analizar y aprobar todos los movimientos financieros de la Provincia.

Entonces, el gran interrogante es conocer qué conducta tendrá Ferraro en el Tribunal de Cuentas, como por ejemplo, cuando lleguen a sus manos los expedientes con contrataciones que él mismo hizo, producto de los millonarios convenios que firmó con los diferentes ministerios.

A través de este procedimiento que estableció el gobierno poggista, Ferraro directamente —sin llamar a licitación— acordó la realización de obras públicas con empresas constructoras de San Juan, Córdoba y Mendoza.

La pregunta del millón es qué hará en el Tribunal de Cuentas, si se dedicará a tapar los convenios “envenenados” que firmó en perjuicio de las empresas y comercios puntanos.

Alberto Ferraro, primo del ministro de Hacienda e Infraestructura Néstor Ordoñez, de la noche a la mañana, pasó de atender de un lado del mostrador a juez.