Desafectaron a un funcionario acomodado

Tras las primeras semanas de las nuevas autoridades de la Universidad Nacional de Villa Mercedes, salieron a la luz una serie de irregularidades que llevaron a cabo David Rivarola y compañía mientras estuvieron al frente de la institución.

Una de las más resonantes fue la designación arbitraria de funcionarios del antiguo gabinete en la planta permanente de empleados, solo un mes antes de dejar el mandato y sin cumplir con los procedimientos legales y habituales para las contrataciones. Uno de los beneficiados con la maniobra había sido Germán Aime, quien comandaba la Secretaría de Asuntos Estudiantiles y Bienestar Universitario (Saebu) desde 2019.

El exconcejal por el radicalismo había asumido en el cargo casi inmediatamente después de finalizar su trabajo en el cuerpo legislativo, donde fue parte del bloque que, por entonces, formaban junto a los miembros del PRO y del poggismo.

El actual rector Marcelo Sosa revocó la designación a través de una resolución que enumera las falencias que tenía el nombramiento, como que no hubo concurso ni criterio objetivo, “mostrando un sesgo político evidente”.

Sin embargo, Aime no era el primer favorecido con un puesto laboral en la universidad gracias a su relación con Rivarola y su entorno, lo que había convertido a la institución en una especie de fuerte para los amigos de “Cambiemos”.

La reciente gestión, que se estrenó el 30 de octubre, también tuvo que lidiar con irregularidades en la forma en que se realizaban los contratos con docentes y no docentes, quienes debían renovar sus acuerdos todos los meses y estaban desamparados ante una posible desafectación casi inmediata.

Sosa y el secretario general Santiago Tell los convocaron para firmar una nueva contratación por seis meses, para llevarles tranquilidad de que conservarán sus empleos durante las Fiestas, y luego comenzar con los diálogos y paritarias para encuadrarlos en los marcos legales.