El turismo gaucho desensilla con el ministro Juan Manuel Rigau

El 10 de diciembre será una fecha difícil de olvidar en el imaginario puntano. Y es que las asunciones de los funcionarios del gobernador, Claudio Poggi, dejaron algunas comidillas. Uno de los datos más llamativos, indudablemente, fue la simbólica vestimenta del ahora ministro de Turismo y Cultura, Juan Manuel Rigau.

“El Gaucho del Turismo” irrumpió en el Salón Blanco de Terrazas del Portezuelo con todo un mensaje. Su estampa y sus atuendos sentaron las bases de lo que será su gestión. Chúcaro, hombre de raíces y tradiciones, no dejó lugar a dudas de que enarbolará, desde el arranque de sus acciones, el orgullo nacional.

Ese día, mientras Rigau —uno de los referentes del radicalismo— posó su mano con notable respeto sobre los textos sagrados, resaltaba el pañuelo al cuello, ordenado prolijamente con un pasapañuelos de cuero crudo que lucía la inicial de su apellido. Sus botas, su bombacha de gaucho, todo conjugó de una manera única. Seguramente, envainado en la espalda habrá tenido su facón.

Y aunque ya se lo ha visto en otras ocasiones de esta manera, como cuando asumió como diputado provincial, cuando accedió a la Intendencia de El Trapiche en diciembre de 2019 o cuando le sucedió el cargo de esa Comuna hace unos días a Ricardo Olivera Aguirre, no es menor que haya asistido al espacio más representativo del Gobierno luciendo la ropa argentina.

A tono de este estilo, todo indica que tendrá un despliegue importante con diversas acciones que tenderán a potenciar la actividad turística a lo largo y ancho de la provincia. Buscará reforzar justamente lo que se podría denominar un turismo gaucho, también conocido como turismo rural o de estancias, es decir, aprovechará las bellezas naturales del territorio puntano y motivará las excursiones, las cabalgatas, y la referencia cultural de los pueblos y ciudades, entre otras costumbres.

No sería alejado pensar que con esta política de fomento hacia el acervo sanluiseño, de igual modo patrocinará la presencia de su ministerio a instancias del turismo religioso y las tradicionales cabalgatas animadas por tantos referentes y agrupaciones. En este escenario, no se descuenta que la mano del Estado patrocine al Festival Nacional del Caldén, que revoluciona Nueva Galia y gran parte de la región.

Esta nueva fase de la política turística abrió expectativa entre los gauchos, jinetes y organizaciones que custodian nuestras tradiciones y la puntanidad. No pocos lo relacionan con un complemento que necesitaba el turismo de San Luis.

Del mismo modo, se espera que ese enfoque se traslade a la cultura, con reminiscencias que denotarán legados populares del terruño, miradas sanmartinianas, con una apertura a todas las expresiones artísticas.

Rigau conoce el Departamento Pringles a pie y a caballo, recorre distintos puntos del territorio llevando su mensaje, desde siempre. No será ahora, su paso por el gabinete, una excepción.

Por lo pronto, como dice el refrán, “al gaucho se lo conoce por el rastro”. Y Rigau ya marcó huellas en su inicio.

Redacción/MGE