SAN LUIS - Jueves 02 de Mayo de 2024

SAN LUIS - Jueves 02 de Mayo de 2024

EN VIVO

Constelaciones familiares, una terapia que gana adeptos

Aseguran que esta disciplina alternativa centra su atención en la historia de las generaciones pasadas y ayuda a lograr la sanación de diversas patologías

Por Leandro Toranzo
| 05 de marzo de 2023
Defensa. Las personas que se dedican a las constelaciones familiares aseguran que son prácticas que muestran una gran eficacia con los pacientes.

En San Luis cada vez son más los hombres y mujeres que acuden a terapias alternativas en busca de paliar los efectos de distintas dolencias. Algunos acuden al tarot, otros a disciplinas como el reiki, yoga y la biodescodificación. Muchos se inclinan por las constelaciones familiares.

 

Las constelaciones familiares son un método desarrollado por el filósofo, teólogo, pedagogo y autodenominado psicoterapeuta alemán Bert Hellinger. Su objetivo es liberar a las personas de sus “tensiones/conflictos” que suelen venir de las “generaciones pasadas y tienen sus raíces en acontecimientos de la historia familiar tales como conflictos bélicos, violencia familiar o doméstica, el fallecimiento prematuro de padres o de hijos, abortos, separaciones o violaciones.

 

Señalan que esto puede manifestarse en el presente en forma de problemas tales como depresiones, psicosis, miedos, migrañas, cansancio crónico o problemas en las relaciones. En resumen, acontecimientos emocionalmente intensos (conflictos no resueltos) de nuestros antepasados familiares son transmitidos generación tras generación.

 

Julieta Baraldini se dedica al campo de las constelaciones familiares y asegura que durante los meses de la pandemia sus consultas llegaron a cuadruplicarse, tendencia que se mantiene pero con consultas relativas a otros temas. Ángeles Pascual también se desempeña como consteladora y coincide en indicar que las consultas aumentaron considerablemente en el último tiempo.

 

Pilar Suárez es consteladora y define las constelaciones familiares como "una filosofía y una práctica al servicio de la vida, complementaria de los tratamientos médicos y psicológicos convencionales, y también de las llamadas terapias alternativas”, y agregó: “Ayudan a sanar y aliviar aquellas situaciones que se viven, sea en las relaciones, en el trabajo, en la salud o en cualquier otro aspecto de nuestra vida”.

 

Suárez, en consonancia con Pascual y Baraldini, aseguró que es una “práctica complementaria que ha demostrado y sigue demostrando una gran eficacia para ayudarnos a estar mejor en muchos casos, cuando los tratamientos convencionales encuentran limitaciones para lograr ese resultado”.

 

Según detallaron las fuentes consultadas, las constelaciones familiares reúnen conocimientos provenientes de la Teoría de Sistemas y de la Cibernética; de la Terapia Familiar Sistémica, Terapia Gestalt, Terapia Primal, Análisis Transaccional y Programación Lingüística. Hellinger, su creador, mantuvo mucho diálogo con Rupert Sheldrake, biólogo británico dedicado a la investigación de la resonancia mórfica.

 

En algo que también coinciden es en que no es necesaria una formación especializada para practicarla. Cualquiera puede convertirse en un facilitador y no se requiere que estas personas tengan una amplia formación o sean psicólogos. “Durante mi vida estudié muchas carreras y tuve muchas profesiones. Actualmente, yo quiero ser reconocida como consteladora; todos mis otros conocimientos fueron para formar mi terapia actual”, aseguró Pascual.

 

No todas las opiniones de las consteladoras consultadas resultan coincidentes sobre sus actividades. La divergencia aparece cuando se les pregunta sobre si es beneficioso o no que el campo de las constelaciones familiares adopte un marco jurídico, que los equipare a la reglamentación que está vigente en otros campos profesionales.

 

En Argentina actualmente no existe una ley que determine taxativamente los alcances de la profesión, como sí lo hace en otros campos del conocimiento como la psicología o la medicina. “En 2019 se presentó en el Senado de la Nación un proyecto de ley para regular el ejercicio de esta práctica, pero el expediente (N° 724/19) caducó en 2021”, mencionó Suárez, sobre una de las iniciativas. Baraldini explicó que en Brasil sí existe un marco legal e incluso “las constelaciones se usan en ámbitos educativos”.

 

Coincidieron en que sería auspicioso lograr que la práctica se institucionalice.

 

Pascual opina en sentido contrario y a título personal, agrega que no tiene ningún interés en ser reconocida. “Nos interesa muy poco el reconocimiento del sector público. No me molesta trabajar por fuera, yo me salí totalmente del sistema. La ciencia nos avala. Tengo pacientes que se han curado de esquizofrenia y trabajo con gente de todo el mundo. Nos interesa muy poco la opinión de un sector que manipula todo; queremos la sanación de las personas”, aseguró y agregó: “En mi caso personal tengo pacientes derivados por psicólogos y oncólogos”.

 

Y concluyó: “Bert Hellinger propone y prueba que es una ciencia. Él descubre que son tres campos: el mental, el físico y el geogenético. El desorden de este último campo transmite la información. Cada patología es un desorden del árbol genético”.

 

 

La mirada de un psicólogo: "Es un ejercicio ilegal de la medicina y la psicología"

 

La psicología tiene una mirada atenta ante la proliferación de las terapias alternativas. Jorge Rodríguez, profesional que desarrolla   sus tareas en la ciudad de    San Luis, advierte sobre la legalidad de estas prácticas. “En San Juan está prohibido el tema de las constelaciones familiares. Hay mucha molestia entre los psicólogos, porque las personas que la ejercen no tienen ningún título oficial”, mencionó Rodríguez.

 

A su vez destacó que el marco legal que rige a su profesión es taxativo en cuanto a quiénes están habilitados para utilizar prácticas y técnicas propias del psicoanálisis. “Si usan prácticas o técnicas de la psicología están haciendo una práctica de la medicina ilegal.

 

Antes luchábamos con el tema de flores de Bach y la biodescodificación", dijo.

 

“Nosotros tenemos prohibida la aplicación de aguas o electricidad, por eso es importante asesorarse y saber qué titulación tienen las personas que se dedican a realizar estas terapias”, agregó.

 

También hizo alusión a otro tipo de terapias que utilizan    la hipnosis y que aseguran resultados cuasimágicos. “Solo los psicólogos, los médicos y los odontólogos pueden aplicar técnicas de hipnosis. Es algo muy peligroso que lo haga cualquiera”, afirmó.

 

“Todo lo que no sea científico no es avalado por los profesionales de la psicología. Desde la medicina está prohibido prescribir tratamientos que no están homologados”, aseguró Rodríguez.

 

El marco jurídico legal expone tópicos que justifican el porqué de la reticencia de los psicólogos ante este tipo de disciplinas. “Las terapias alternativas son ilegales, no  están dentro de un marco jurídico conocido. Incluso hay casos en que psiquiatras o psicopedagogos realizan tests psicológicos; eso también está fuera del marco legal”, dijo.

 

“Aún si se hace un análisis más profundo y frío, quienes realizan terapias por fuera del marco legal y lo cobran como un trabajo hasta incurren en defraudación al Estado ya   que no tributan, no realizan aportes patronales ni al sistema previsional”, agregó.

 

 

Afirman que el fenómeno refleja que la gente no encuentra respuestas en las instituciones

 

El aumento de consultas que aseguran haber tenido durante los últimos años personas que se dedican a llevar adelante  las terapias alternativas, sobre todo desde la pandemia, es observado también por la sociología. Aníbal Oliveras es profesor retirado de esta disciplina en la Universidad  Nacional de San Luis y advierte que el crecimiento de este fenómeno se debe a que las personas ya no encuentran respuestas a sus problemas, materiales y existenciales, en las instituciones clásicas como el Estado, la ciencia y las religiones. Por ello acuden a discursos novedosos y de orden espiritual para sentirse contenidos. “Cuando están cerradas las puertas de la Tierra, la gente clama al cielo”, parafraseó Oliveras a Monseñor Moure.

 

El docente continuó con su análisis. “No es algo que esté bien o mal, es más allá de la ética. Tiene mucho que ver con las problemáticas socioeconómicas que se viven en el mundo: guerras, hambre, falta de trabajo, epidemias. El capitalismo está en crisis y por eso sus instituciones. No es de extrañar que la gente se sienta atraída por este tipo de creencias o saberes, que en definitiva se muestran más cercanas a lo humano”, dijo.

 

Oliveras observa un fenómeno creciente que es el retorno a los conocimientos ancestrales, ya que el sistema capitalista tiene una mirada hacia la naturaleza en donde no la valora, sino que la explota. “Hay una especie de retorno a la espiritualidad y a la mirada del mundo que tenían los pueblos nativos y tiene mucho que ver con la falta de respuestas del sistema vigente”.

 

Además, observa que las religiones oficiales resultan funcionales al poder vigente, otro motivo por el que las personas buscan respuestas en otros sistemas de creencias. Las corrientes que vienen de los pueblos originarios americanos y del Indostán advierten que los cambios deben ser individuales y luego repercutir en la sociedad. “Hay que distinguir el individuo como sujeto social y el individuo apartado de la sociedad”, aseguró.

 

Oliveras entiende que la ciencia y la medicina tienen algún grado de responsabilidad en el hecho de que la gente prefiera terapias alternativas a las homologadas. “La mayoría de las enfermedades son psicosomáticas. A veces la medicina no entiende eso, creen que el cuerpo es como un motor al que se le pueden cambiar las partes o realizar ajustes y ya comenzará a funcionar como corresponde. Entonces estos discursos que hacen hincapié en la psiquis del sujeto resultan seductores, mientras que la medicina tradicional no atiende a eso, ya que no lo ve como negocio”, dijo.

 

Respecto de la legalidad de las prácticas, Oliveras mencionó que las faltas legales y éticas se dan hasta en los campos más rigurosamente científicos. “Todavía los organismos que plantean respuestas alternativas son estrictamente vigilados por la ciencia, incluso a los psicólogos aún les cuesta ser reconocidos como paramédicos. Hay jerarquías que ordenan lo válido y lo no válido. Y esa jerarquía está determinada por el poder, entonces resulta lógico que sean observadas con dureza”, concluyó.

 

 

El debate entre las creencias y lo científico                                                   

 

Existe un largo debate respecto de si las terapias alternativas son científicas o no. La filósofa Violeta Guyot a lo largo de su vida ha reflexionado sobre la espiritualidad, el conocimiento, las creencias y la ciencia. Guyot destaca que este tipo de debates son transversales en la filosofía desde el comienzo de la disciplina. “La espiritualidad son los conocimientos relativos al espíritu, a la condición del ser humano que tiene conciencia y es un ser pensante y a los modos en que habita el mundo”, distinguió.

 

Respecto de la diferenciación entre ciencia, conocimiento y creencia, y en qué categoría del pensamiento estarían incluidas las terapias alternativas, diferenció: “Desde la concepción de Wilhelm Dilthey de Ciencias del Espíritu sí se podrían considerar como una ciencia. Pero en estos tiempos el consenso es que este tipo de disciplinas, que plantean alternativas para la vida y para la salud, están ligadas a las creencias”.

 

Algunos afirman que las prácticas alternativas son científicas, mientras que investigadores, filósofos y médicos aseguran que son “pseudociencias que se legitiman utilizando lenguaje propio de la ciencia que hacen que en apariencia la disciplina tenga rigor científico”, según indica la investigadora del Conicet, Nadia Chiaramoni.

 

 Oráculo de Delfos. Base filosófica de las terapias de la Nueva Era.

 

Guyot menciona que este tipo de pensamiento podría considerarse dentro del esoterismo o las ciencias oscuras que están relacionadas la búsqueda del sentido de la vida y de las cosas, que forman parte de distintas culturas del mundo y que están dotadas de saberes tradicionales. Hasta el siglo XVIII y XIV había disciplinas que se basaban en saberes, pero estaban ligados a la creencia, como el caso de la astrología. Pero luego se diferenciaron las ramas de la astronomía (que responde al método científico) y la astrología (un saber tradicional que está en el orden de las creencias).

 

En el caso de las constelaciones familiares, Guyot indica que lo que plantean “es que la interpretación de las constelaciones determinará los modos de ser y la conducta". Y concluyó: “Eso es una creencia, que se van dotando de saberes, pero en realidad son procederes que no tienen las metodologías ni las validaciones que tiene la ciencia”.

 

Las constelaciones familiares plantean que el ser humano puede modificar sus conductas simplemente conociéndose. Guyot aludió a una de las explicaciones que actualmente tienen consenso filosófico. “Michel Foucault atribuye este fenómeno a las tecnologías con las que el ser humano se maneja. La tecnología del yo es aquella en la que el ser humano se toma a sí mismo como objeto de cambio que pondría en primer lugar el conocimiento de uno mismo. Esto retoma una tradición griega, que Sócrates leyó en el Oráculo de Delfos: “Conócete a ti mismo””, explicó.

 

En la medicina la postura es clara respecto a las terapias alternativas. Los profesionales matriculados no pueden, ya que legalmente está prohibido, prescribir ni aconsejar terapias o medicamentos que no estén debidamente homologados ante los organismos de contralor correspondientes.

 

De igual manera, algunos entienden que “no es el paciente el que se debe adaptar a la medicina, sino que la medicina debe ser adaptada al paciente”, según indicó el médico Sebastián Vicedo, quien destacó que “se debe tener en cuenta si al paciente le hace bien. Si en los laboratorios se observa que el tratamiento para la patología de base responde, y que un tratamiento alternativo no va en detrimento de ello, no está mal. Los pacientes son personas, entonces si se siente bien no habría ningún problema”.

 

Romina Brombín, directora del Centro Oncológico Integral, advirtió sobre algunos peligros que pueden existir con los tratamientos alternativos y aseguró que de ninguna manera derivan pacientes oncológicos a constelaciones familiares o a otro tipo de terapias. “Algunos tratamientos alternativos son peligrosos, no tienen una eficiencia probada de manera científica. Nosotros sí recomendamos algunas prácticas que estamos seguros de que no interfieren con el tratamiento oncológico, como yoga, aromaterapia, terapias conductuales, meditación y musicoterapia. Pero nunca derivamos pacientes a terapias alternativas. Sí utilizamos psicoterapia”, aseguró Brombín.

 

LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo