Caso Vallejos: pericias telefónicas complican a una de las acusadas

El entrecruzamiento de datos que realizó el área de Análisis Criminal del Departamento de Delitos Complejos del Poder Judicial en los celulares de Gustavo Oviedo y de sus hijas Brisa y Valentina, acusados de matar a Carlos Vallejos en 2021, dieron cuenta que el dispositivo de la última tuvo los mismos movimientos que el teléfono de la víctima la noche del 12 de febrero, día en que desapareció. Este jueves se espera la declaración de los últimos testigos y probablemente haya alegatos y sentencia; los tres afrontan un pedido a perpetua.

El miércoles, en la tercera audiencia del juicio, la licenciada Carina Bernal, jefa de Delitos Complejos, expuso que desde las 20:42 del día en que se lo vio por última vez a Vallejos, el celular de Lourdes Valentina Oviedo fue captado en la misma zona en la que se detectó el dispositivo de él, incluso cuando ambos aparatos comenzaron un recorrido también fueron registrados por antenas de distintas zonas de la capital y zonas aledañas.

Cerca de las 22:30 los dispositivos fueron tomados en la zona de Juana Koslay, hasta las 23:50. Minutos más tardes, cerca de las 00:25, ya en la madrugada del 13 de febrero, habrían emprendido el regreso hasta la capital, presuntamente por la Aguada del Portezuelo, ya que fueron captados por una antena de Potrero de los Funes y, al entrar a la ciudad, por otra que está cerca del puente Favaloro.

Desde ese último registro los investigadores pudieron compatibilizar los movimientos a través de cámaras de seguridad de la zona, que según la especialista, "coinciden con el de las señales".

Los acusados. Este jueves tendrán la última posibilidad de contar su versión.

Ida y vuelta

Bernal comentó que el teléfono de Vallejos fue detectado por última vez en el sector de ruta 3 norte, cerca de puente Favaloro, y que tras ello “fue como que lo apagaron”. De todas maneras, los especialistas pudieron seguir la trazabilidad de la Fiat Fiorino de la víctima y el celular de la joven.

Las captaciones fílmicas mostraron que el vehículo rondó la zona durante algunos minutos y, gracias al mejoramiento de la calidad de imagen, se observaban dos personas dentro del utilitario: una en el asiento del conductor y otra de acompañante.

A la 1:49 la camioneta hizo un trayecto de ida por Centenario y Riobamba, siguió al norte por calle Centenario y San Francisco, giró al este por el bulevar Juan Pekol e hizo unos 600 metros. A la 1:59 pasó por ruta 147 y Riobamba, al oeste, luego tomó Franco Pastore y a las 2:08 fue detectada en la ciudad de La Punta, por bulevar Las Cañadas.

Aunque no hay registros del rodado por un lapso de tiempo, el preciso trabajo de Delitos Complejos hace entender al Ministerio Público Fiscal que momentos posteriores a ser vistos por última vez, Gustavo Oviedo y sus hijas se dirigieron hasta la Ruta Pescadores y al cabo de unos 800 metros arrojaron el cuerpo de la víctima en un descampado, atado de pies y manos y con dos bolsas atadas a su cabeza.

Las cámaras también captaron el regreso de la Fiorino: a las 2:24 circuló en sentido contrario al que se la había visto, en ruta 147 y Riobamba, y dos minutos más tarde pasó por ruta 147 y Esteban Adaro e ingresó al este hacia el barrio Puertas del Sol. Incluso un informe detalló que la última toma fue al frente de la escuela de esa barriada.

El caso podría tener su desenlace este jueves, aunque antes deberán pasar cuatro testigos por el estrado, entre ellos un hombre que le daba asilo a Oviedo cuando ocurrió el crimen. La Justicia ordenó llamar obligatoriamente a esa persona a dar su versión, ya que lo considera un testigo clave. 

En el transcurso del plenario, ninguna de las acusadas le dirigió la mirada a su padre, incluso no comparten la misma defensa, de lo que podría inferirse intereses contrapuestos. Considerando que ninguno declaró hasta el momento, ¿se romperá el pacto de silencio entre padre e hijas?.