Afirman que los virus respiratorios exhiben un patrón inusual este año

Cualquiera que sea atento puede advertir que en el último tiempo se registran más contagios de enfermedades respiratorias. En el trabajo, en la escuela, en las oficinas, prácticamente en todos los ámbitos hay personas con síntomas. De acuerdo a distintos especialistas, la suba de cuadros se extiende. Y dicen que este año los virus exhiben un patrón inusual en su manifestación.

“No es que hay más que en otros años, lo que pasa es que observamos un incremento prematuro de los casos de bronquiolitis. Esa curva, que va aumentando, va a chocar con los números esperados”, apuntó el jefe del Programa Epidemiología del Ministerio de Salud, Rodrigo Verdugo.

De acuerdo a lo que comentó, las estadísticas se hacen con un número de situaciones en los últimos 5 años. Eso da un mapa de lo esperable por semana epidemiológica. En la semana 17, arrancó un crecimiento en lo que se denomina “zona de alarma”. Para la semana 19, se pasó a un “brote”, porque las cifras estaban por sobre lo esperado para esa fecha en particular. La tendencia continuó hasta la semana 22.

Actualmente, se cursa la semana 24, pero siempre los datos tienen unos 15 días de retraso. Para dar una idea, cierra la semana 22, durante la semana 23 envían los datos y en la semana 24 se analizan los mismos. Para la semana 22, se ve que la línea ascendente dará con lo esperado.

“Hubo un adelanto de las enfermedades. Siempre comienza su ascenso en la semana 22, más o menos, y esta vez sucedió lo propio en la semana 17, es decir, cinco semanas antes de lo estimado. No es que haya más, pero sí se advierte que se adelantaron en el tiempo; estamos viendo que están llegando a chocar con lo que es normal para las semanas epidemiológicas”, precisó.

Por su parte, el médico epidemiólogo Cristian Cano referenció que hay un nivel, que puede variar en cada jurisdicción, que se refleja en el país, fundamentalmente orientado al aumento de la bronquiolitis, infección viral aguda que afecta sobre todo a los menores de dos años y que produce la obstrucción de las vías respiratorias. Este panorama genera un aumento en las consultas y una demanda de atención en los servicios de pediatría y hasta de internación, ya que hay casos que se internan (algunos pueden llegar incluso a necesitar terapia).

Para Cano, la bronquiolitis provoca una presión en las áreas de pediatría, pero destacó que en lo que refiere a los adultos, se ven situaciones gripales con cuadros de dolor de garganta, decaimiento y dolor de cabeza, entre otros.

“Afortunadamente, lo que es COVID está relegado, la circulación es muy baja. No quiere decir que no esté, sino que ha pasado a ser parte de los virus que tenemos todos los años; por ahora es bajo”, manifestó.

“Es muy llamativo el tema de los patrones, los epidemiólogos estamos como perdidos. Años anteriores a la pandemia, uno sabía que a determinada fecha venía la gripe, a determinada fecha la bronquiolitis y ahora se distorsionó, se adelantaron, circulan juntas. Hay un cambio de patrón de comportamiento de los virus estacionales. Algunos circulan fuera de la época, otros lo hacen varios al mismo tiempo”, remarcó.

En parte, tiene que ver con la incursión de la COVID como un nuevo virus, y en parte puede relacionarse al tiempo más crudo de la pandemia, cuando había que cumplir determinados protocolos; en el momento de la flexibilización se reflejaron indudablemente otros números. Cano subrayó que cerca del 20% de la población puede estar afectada en un plazo de 4 semanas.

Recomendaciones

Verdugo recordó que cuando se habla de influenza se habla de gripe A o B. Dentro de la A se encuentra la H1N1, que es la más conocida porque fue pandémica. También se ubica la H2N2, que es la que se presenta todos los años. La ventaja es que para la mayoría de las influenzas hay vacuna.

A todo este grupo se lo puede prevenir con la antigripal, pero no es universal ya que está orientada a grupos de riesgo que pueden generar formas moderadas y graves: mayores de 65 años, niños de entre 6 meses y dos años, personas de entre 2 y 65 años con alguna enfermedad crónica respiratoria, renal, cardíaca, también las embarazadas, puérperas y el personal de salud.

“Por lo que vemos, se han vacunado poco los chicos menores de 2 años. Entonces invitamos a que quienes tienen hijos entre los 6 meses y los 2 años los lleven a recibir la vacuna, con esto los van a proteger de este grupo de influenzas. La vacuna contra la COVID es universal para todos los mayores de 6 meses. Y está en todos los vacunatorios para que hagan el refuerzo si han pasado más de 4 meses. En la Comisión Nacional de Inmunizaciones se trazó que a partir de estas dosis, las personas de riesgo tendrán un refuerzo cada seis meses; mientras que lo que no tienen ninguna cuestión de riesgo podrán hacerlo de manera anual”, dijo Verdugo.

A su vez, quedan otros virus, entre los que se encuentra el sincicial respiratorio, para el que no hay vacuna en el país. Frente a ese tipo de circunstancias hay que reforzar la prevención, el lavado de manos, el uso del alcohol en gel, ventilar los ambientes, entre otras medidas. Si hay personas con síntomas , tienen que evitar exponer a las personas vulnerables.

“La lactancia materna protege a los más chiquitos. También hay que evitar que el humo del cigarrillo llegue a ellos, porque debilita las defensas del aparato respiratorio. Un factor clave es no retrasar la consulta. Si un pequeño está con tos, le cuesta tomar la teta o el biberón o hace un silbido al respirar, rápidamente hay que consultar. Es muy importante no retrasar eso”, sumó Cano.

“En CABA, el actual aumento de bronquitis ya superó a 2016, 2017. Acá en San Luis es mucho más calmo. El tema es ver qué pasa después de esta semana o la que viene. Pero la realidad es que en hospitales y clínicas se advierte un importante aumento de las consultas”, concluyó.

Redacción/MGE