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La Buena Fe produce grandes volúmenes de almendras

Cien hectáreas en plena floración, potenciadas con diez colmenas por hectárea, prometen superar los rendimientos logrados en su sexto año de producción, que va al mercado local.

Por Roberto Vinuesa
| 17 de septiembre de 2023
En plena floración. Un enorme manto blanco impresiona al llegar al corazón de la finca. Fotos: Revista El Campo.

La almendra goza de prestigio como alimento sano y natural, y su consumo no para de crecer, especialmente en Argentina, en cuyo mercado la finca La Buena Fe vendió la totalidad de pepita limpia por hectárea que cosechó el año pasado. Para esta temporada, el rendimiento promete superar esa gran cifra, según lo promete la potente floración por la que atraviesa este monte frutal de cien hectáreas, ubicado en el acceso a Candelaria.

 

Un enorme manto blanco impresiona al llegar al corazón de la finca. Son nada menos que miles de plantas de almendras que en su sexto año de vida se anticiparon a una primavera que promete acercarse a los rendimientos ideales, planteados en el proyecto técnico.

 

Revista El Campo visitó la vistosa plantación, que se mantiene con la mejor tecnología y adecuados manejos, entre ellos, la distribución de diez colmenas por hectárea para asegurarse la polinización de la mayor cantidad de flores.

 

La unidad productiva pertenece a la firma Agrozira SA, propiedad del empresario español Juan Herrera Martínez Campos.

 

El promotor y director del proyecto es Mauro Maestri Etcheverry, quien explicó a esta revista cuándo surgió el vínculo con San Luis y por qué se decidió invertir en Candelaria.

 

"Juan, a través de su empresa Agrozira SA, compra el campo en 2007 para ponerlo en producción con cultivos extensivos bajo riego. Sin embargo, los altos costes logísticos hicieron inviable la producción de estos cultivos", recordó.

 

A partir de 2017, con base en su relación productiva y su historial en frutos secos en España, Juan lo contrata para promover, desarrollar y gestionar en su globalidad el proyecto almendros en su finca La Buena Fe, de Candelaria.

 

"Junto con una persona de mi equipo de España, Joan Fortuny, analizamos las variables climáticas, edafológicas e hídricas, y llegamos a la conclusión de que, aun habiendo algo de riesgo climático, es un sitio viable para la producción de almendros", detalló.

 

El motivo de elegir almendras para producción comercial: "Principalmente, la baja incidencia del coste logístico y en segundo plano, las condiciones climáticas".

 

La empresa tiene planes de tener una peladora propia de pepita y envasado en el mismo campo, aunque ese paso depende de otros factores.

 

"Hemos intentado que el gobierno provincial nos preste la partidora que tiene en Sol Puntano para instalarla en Candelaria para pelar nuestra almendra y ofrecer servicio a los pequeños productores, pero no tuvimos éxito", recordó Mauro.

 

Y para brindar mayor contexto, respondió: "Piensa que nuestro proyecto es el de mayor volumen de producción de almendras en la provincia y casi de los pocos que hay viables por ahora; si no logramos que el Gobierno nos preste la máquina, no nos quedará más remedio que invertir en una, pero necesitamos tener mayor volumen de producción; actualmente estamos partiendo en Mendoza".

 

Por otra parte, el profesional indicó que Argentina es un mercado netamente importador de almendras y recalcó que toda la producción nacional está vendida antes de la cosecha.

 

Sin embargo, eso no será siempre así, aseguró, y reveló que el objetivo es lograr exportar almendra con denominación de origen "Almendra de San Luis, Argentina".

 

 

El custodio de la plantación

 

Oscar Jara es el encargado de hacer cumplir las estrictas tareas técnicas de mantenimiento establecidas para todas las estaciones del año.

 

La plantación ya tiene seis años, con la variedad guara en 64 hectáreas, todo con riego por goteo con dos mangueras por hilera, por donde también se hacen las fertilizaciones, le contó a revista El Campo bajo un deslumbrante techo de flores blancas.

 

"Para potenciar el cuaje, en plena floración instalamos diez colmenas por hectárea para asegurarnos una óptima polinización, práctica que aplicamos desde el primer año, cuando aparecieron las primeras flores", relató.

 

En diez días ya se retirarán las colmenas para dar lugar a los trabajos de curación.

 

Las 650 colmenas dispersas en el vistoso monte frutal pertenecen a un joven productor de la provincia de Buenos Aires, que brinda este servicio y que en este caso cobra con una larga estadía de sus abejas en otro lote con monte natural y variada oferta floral.

 

El campo tiene 2.100 hectáreas, con diez círculos de 136 hectáreas cada uno con riego por pivote que aún no se trabajan. Ahora se pondrá uno en funcionamiento con 136 hectáreas con papa.

 

En el ingreso al establecimiento, 70 hectáreas con papa germinada y regadas por surco.

 

El agua de perforación tiene muy buena calidad y su caudal es de 280 mil litros por hora.

 

El equipo de riego de los almendros está todo automatizado, con cuatro válvulas que se abren por turnos y de manera autónoma.

 

Los dos primeros años las cosechas se hicieron en forma manual, con el empleo de 90 personas de la zona.

 

El año pasado se cosechó a máquina, con un repaso liviano a mano con 50 operarios.

 

“Cada vez más nos acercamos a los rendimientos esperados; también tenemos muy buena calidad de agua subterránea, con un caudal de 280 mil litros por hora", detalló Jara.

 

Una máquina que saca la primera cáscara de la almendra fue traída desde España e instalada en la finca. Luego se envía a Mendoza, donde envasa al vacío la pepita en cajas de diez kilos. "Hay tanta demanda que se vende muy rápido", reveló.

 

Hasta el momento, la finca tuvo un solo accidente climático, que fue una furiosa granizada que cayó cuando recién estaba implantado el monte frutal y que causó serios daños.

 

"El primer año tuvimos un pico de ataque de loros, pero actualmente es muy leve; tenemos un joven que los espanta con un rifle de aire comprimido", comentó, cuando se escuchaban los disparos monte adentro.

 

"Este año nos vamos a asombrar con la finca; como viene, estamos muy bien, pero debemos esperar hasta el 15 de septiembre, porque tenemos un clima que baja mucho la temperatura durante la madrugada y hay riesgo de heladas tardías", advirtió Jara.

 

De todos modos, la plantación está protegida contra las heladas, con aspersores que se activan para evitar que el frío no afecte tanto.

 

Jara hace once años que está a cargo de la finca: "Entré a trabajar apenas se desmontó y cuando salió el proyecto de las almendras, me sumé, porque vengo de Mendoza, donde se trabaja todo con frutales, y tengo experiencia en ese rubro".

 

Vive con su esposa en Quines, con una hija que vive en San Luis, donde ejerce su especialidad en Seguridad e Higiene Laboral.

 

 

Promoción frutícola

 

La plantación de almendra se hizo en dos tandas de 50 hectáreas cada una, le dijo a esta revista el ingeniero agrónomo Carlos Guinle, asesor en Frutihorticultura del Ministerio de Producción.

 

El funcionario fue el encargado del seguimiento de la inversión, que se hizo bajo los beneficios de la Ley Provincial Frutícola, que contempla la restitución de un porcentaje de lo invertido a los dos años de logrado el monte frutal.

 

"Al principio querían poner la variedad penta, que tiene una floración bien tardía, para escapar de las últimas heladas de cada temporada, pero no consiguieron y en su lugar pusieron guara, que era lo mejorcito que había en Argentina con esas características", recordó.

 

Para la segunda plantación pusieron 35 hectáreas de penta, que se sumaron a las 15 de guara, y con eso completaron las 50 hectáreas planificadas.

 

"El alma mater de todo esto es el ingeniero Mauro, que sin él no se podría haber hecho esa plantación, porque estuvo a full, a pesar de que vivía en Madrid", elogió Guinle.

 

La importante cantidad de gente que se necesitó tanto para poda como para cosechar se consiguió mediante convenios firmados con el Ministerio de Desarrollo Social.

 

Las plantas las compraron en San Martín y Tunuyán, Mendoza, aunque no consiguieron la cantidad que buscaban, ya que el proyecto inicial contemplaba la plantación de almendros en 700 hectáreas.

 

Sin embargo, Agrozira desarrolla en un laboratorio instalado en Santiago del Estero el cultivo in vitro de variedades de almendras para conseguir ejemplares que se adapten bien a Candelaria y que escapen a las heladas tardías.

 

"El problema que tuvo la variedad penta, que cubre 35 hectáreas en la finca, es que le faltó horas de frío que no acumuló en invierno, lo cual repercute en el bajo cuaje de las flores", indicó Guinle.

 

El funcionario agregó que actualmente las penta están siendo injertadas con guara, que dio mejores resultados y que demanda menos horas de frío.

 

 

Una variedad para San Luis

 

La guara es una variedad que se impone cada vez más en los emprendimientos con almendras en San Luis, por los resultados que acumula.

 

Con una producción de 1.200 a 1.500 toneladas, Argentina carece de relevancia en el contexto mundial.

 

Hasta principios de la década de 1990, había en el país unas 2.100 ha de almendros en producción ubicados principalmente en Mendoza (1.430 ha) y San Juan (550 ha). También contaban con plantaciones Córdoba, Río Negro y San Luis.

 

La principal variedad plantada es la Martinelli L, que se caracteriza por ser muy productiva pero con una gran proporción de pepita doble y coloraciones cobrizas del endocarpio, caracteres ambos considerados defectos comerciales. Otra variedad muy difundida es non pareil.

 

El sabor de la almendra guara es muy dulce, es una pepita de forma de corazón y color blanco, muy apreciada en repostería en España y otros países; además, es perfecta para la elaboración de turrón y helados, por su característico dulzor. El almendro guara es muy resistente a climas secos y temperaturas altas.

 

El almendro guara se encamina a convertirse en líder en superficie plantada y es que muestra un rendimiento de grano altísimo, mucha rusticidad y una rápida entrada en producción.

 

Este cultivo se destaca por su rusticidad, adaptabilidad en secano, a su alta productividad y a su buen comportamiento frente a heladas tardías.

 

El almendro es un árbol con flores completas y polinización entomófila (a través de insectos), existiendo variedades autocompatibles y autoincompatibles.

 

El almendro guara es autofértil y autocompatible, es decir, no necesita otra variedad para que la fecundación se pueda llevar a cabo.

 

Su productividad es alta, dando producciones medias de 1.000 -1.100 kg/ha. Guara entra rápidamente en producción durante los primeros años y su grado de vecería es medio, dando generalmente producciones homogéneas cada año.

 

El almendro es el más importante de los frutos secos a nivel mundial en cuanto a su producción, aunque en Argentina se sitúa en segundo lugar, después del nogal europeo.

 

Podría considerarse su cultivo en la provincia como una forma de diversificación o bien una actividad alternativa para aquellos productores agrícolas y ganaderos típicos de la región.

 

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