La familia de una víctima fatal duda y a la vez confía en la investigación

Lo más doloroso fue que nos enteramos por la radio, nadie de la Policía nos avisó antes. Nadie fue a la casa de mi hijo, nadie nos llamó”. Con esa frase Lila Calderón resume la desazón y el dolor por la muerte de su hijo, Pablo Ayala, quien la madrugada del 16 de diciembre cayó de su moto, impactó con una columna metálica y, finalmente, murió. Para la familia aún no se disipan las dudas sobre qué pasó y en qué estado estaba el conductor de un auto que habría chocado a la víctima, pero tras una reunión con el fiscal que investiga el hecho confían en que el responsable dé cuenta en la Justicia. El testimonio de Florencia Arrieta, quien acompañaba a Pablo en la moto y resultó lesionada, será clave para la reconstrucción del accidente fatal.

El único investigado es Felipe Martín Iglesias, quien tras el hecho huyó de la escena, en la esquina de calle Caseros y 25 de Mayo, y se presentó junto a un abogado en la sede de Accidentología Vial mientras efectivos de esa misma división aún trataban de identificar al motociclista fallecido. Allí, el hombre de 65 años admitió que había participado en el hecho.

La familia de Ayala tuvo conocimiento de que el hombre, ahora jubilado, trabajó en el Poder Judicial y en ese momento nacieron las suspicacias. “Temíamos que no se investigue. Siempre se hablan cosas, por ahí él tenía algún contacto. Nos pusimos mal, pero el fiscal nos atendió y nos explicó todo”.

Calderón se refiere a la reunión que mantuvieron junto a su esposo con el fiscal de Instrucción 3, Esteban Roche, el viernes, donde el funcionario de la Justicia les explicó que efectivamente Iglesias había sido empleado del Poder Judicial y que incluso él mismo había sido su jefe, motivo por el que se excusó en la causa, aunque finalmente las demás fiscalías entendieron que ese tipo de vínculo no afectaba a la investigación.

Tras el encuentro, los padres desistieron de contratar a un estudio de abogados de fuera de la provincia. “Nos dejó tranquilidad y paz de que va a trabajar para saber qué sucedió, pero pusimos nuestro abogado. Habíamos pensado en un estudio de afuera, pero después de la reunión vimos que la causa está encaminada”.

“El tipo los chocó, se bajó del auto, vio lo que había pasado, se agarró la cabeza y se tomó el palo como si hubiese agarrado un perro. Puede pasar, somos personas, pero no entendemos por qué se fue”, dice la mujer, y busca explicaciones de por qué el hombre recién se presentó 4 horas después del accidente en Accidentología. “Ahora, ¿cómo se puede saber si había bebido o no había bebido?”.

Para Florencia Ayala, hermana de Pablo, la causa avanza muy lento. “Dijeron que iban a hacer la reconstrucción la semana pasada, pero no tuvimos noticias”, dijo, y coincide con su madre en las críticas a la Policía: “A las 9 de la mañana fui al 'Ramón Carrillo' porque mi marido vio la moto en los medios. A las 4:30 falleció mi hermano y nos enteramos de esa forma”.

El fiscal Roche le mencionó a El Diario que el viernes pasado comenzó la pericia accidentológica, que será clave para el avance de la causa. También que resta realizar la entrevista a Arrieta, quien resultó con una herida que precisó 8 puntos de sutura. Además, agregó que lo último que se incorporó al expediente es un análisis de las imágenes de cámaras de seguridad públicas ubicadas en el cuadrante del accidente.

Florencia mencionó que desde la fiscalía le dijeron que Pablo se dirigía a su casa por calle Caseros y, en la esquina de 25 de Mayo, fue impactado por un Fiat Cronos rojo que le hizo perder el equilibrio. “Eso es todo lo que sabemos, vamos a pelear para que se haga justicia”, cerraron las mujeres.