Cárcel para el séptimo acusado por la muerte de Alexis Zabala

El juez de feria Juan Manuel Montiveros Chada envió a prisión al séptimo sospechoso por la feroz golpiza a Alexis Zabala, el joven que murió en la zona de la Tercera Rotonda la mañana de Navidad. Alexander Velázquez fue el último imputado y con ello se cierra, para la fiscalía, el círculo de sospechosos. Ahora resta producir el testimonio de T.P., el adolescente por el que habría comenzado el conflicto y cuyo testimonio, que se deberá obtener en Cámara Gesell, será clave para la causa.

Si bien familiares de Zabala y Ángel Lastra, que también fue víctima del ataque, pero solo resultó con heridas leves, mencionaron que los agresores son doce, los fiscales Francisco Assat y Juan Pablo Díaz Estopiñan consideraron como partícipes a Brandon Maicol Pizarro, los hermanos Brian Aitor y Rodrigo Martín Funes, Rodrigo Garro, Tania Macarena Ávila, Nicolás Marín y Velázquez y los acusaron a todos por el mismo delito: “Homicidio doblemente calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”, en perjuicio de Zabala; en concurso ideal con el delito de “Lesiones leves” en perjuicio de Lastra.

Si bien Velázquez declaró y se despegó de la acusación diciendo que salió de su casa cuando escuchó el tumulto, pero que un vecino lo “atajó y no lo dejó llegar a donde estaba la pelea”, el juez entendió que debía inclinarse por el pedido de la fiscalía. Su abogado defensor, Rodolfo Mercau, no se opuso a la resolución del juez, pero sí pidió que revean el tiempo de la preventiva y la calificación legal del hecho. “No hubo premeditación”, dijo.

Según la teoría que Assat, fiscal de Instrucción 1, dio el 28 de diciembre en la primera audiencia de formulación contra los primeros cuatro, todo comenzó cuando Lastra y Zabala bebían junto a sus novias en la vereda de la casa de una de ellas, en la manzana 304 del barrio 100 Viviendas, cuando, cerca de las 7 de la mañana del 25 de diciembre, T.P., de 17 años, se les acercó y les mencionó que Rodrigo Funes lo había atacado, pero los hermanos le pidieron que se retirara para evitar problemas.

Tras ello, un grupo de personas, que para la fiscalía estaba formado por los 7 acusados, arremetieron contra Zabala y Lastra. Durante la acusación, el fiscal explicó que Alexis recibió un golpe con una piedra y que cayó al suelo semiinconsciente. Su hermano intentó defenderlo, pero fue herido con un cuchillo a la altura del ojo derecho mientras Alexis perdía sangre por sus oídos, la boca y la nariz.

Aún así, los agresores siguieron arremetiendo contra él hasta que su novia se arrojó encima de él para que no le siguieran pegando.

El ataque recién cesó con la llegada de la Policía, no obstante, los agresores arrojaron piedras a la ambulancia con la intención de entorpecer la labor de los médicos, ocasionando la ruptura de uno de los cristales de la puerta derecha. Zabala fue trasladado al Hospital Central “Ramón Carrillo”, donde falleció el martes 26 de diciembre, en horas del mediodía.

Sobre la investigación

En los pasillos de Tribunales los colegas abogados comentan las complicaciones de la investigación que Francisco Assat lleva adelante. Individualizar a los participantes fue una ardua tarea, ya que tuvieron que analizar cuadro por cuadro los registros fílmicos de ese día. Gracias a ello pudieron identificar a los implicados y establecer su rol en la gresca.

Díaz Estopiñan mencionó que Ávila le pegó un botellazo en la cabeza a Zabala cuando estaba en el piso, y que Velázquez fue quien separó a Lastra del tumulto, dejando lugar para que los demás ataquen a Zabala, mientras él lo hería en el ojo. De todas maneras, para el funcionario judicial todos los imputados “contribuyeron al resultado de muerte”.

El riesgo procesal fue el principal argumento para solicitar las preventivas, por cuatro meses en todos los casos, y el juez de Garantías entendió que hay peligro, ya que en la causa aún resta agregar evidencias y los testimonios podrían ser alterados si los imputados quedan libres, debido a que  varias personas “viven en el lugar de los hechos y son conocidos por los imputados, por lo que podrían verse afectados”, puntualizó Montiveros Chada.

Además, aún resta que el menor involucrado declare para arrojar más luz sobre el móvil real del ataque, ya que todos los imputados, cuando declararon, lo mencionaron. En base a lo que pueda surgir de sus dichos, los fiscales incluso podrían solicitar más detenciones, desestimar alguna acusación o clausurar la investigación.

El desarrollo de las investigaciones será en dos instancias: primero, obtener la declaración de los testigos, 14 ya identificados y otros seis que restan individualizar y que surgieron del análisis de los llamados que varias personas hicieron al 911 pidiendo a la Policía y ambulancias para auxiliar a la víctima. Y segundo, analizar las pericias que hicieron Criminalística y Delitos Complejos y anexar el resto del material fílmico de las cámaras de seguridad de la zona.

Díaz Estopiñan sostiene que la responsabilidad de cada uno de los acusados es clara, pero, a su vez, mencionó que no se ha dado “la máxima cantidad de certezas en las formulaciones de cargo porque el Código permite esta modalidad de provisoriedad en lo que respecta al relato del hecho, el cual tiene que ser claro, circunstanciado, preciso. Pero siempre está este margen para guardarnos algún elemento, constatarlo en la investigación y robustecerlo al momento de una acusación más adelante”.

Por último, explicó que, en base al delito de lesiones leves por las agresiones al hermano de Zabala, podría ampliarse la imputación. Si bien una médica forense ya lo revisó, está pendiente la historia clínica de cuando estuvo internado para que la profesional elabore el parte definitivo.