Las ventas se desplomaron en la capital puntana

Enero comenzó con pocas ventas en la mayoría de los rubros. Comerciantes del centro puntano afirman que se debe al gran índice inflacionario que vive el país, al aumento excesivo de los precios y al desdoblamiento de los salarios en la provincia.

Electrodomésticos e Indumentaria están entre los rubros más afectados. Para colmo, los pronósticos no son alentadores: creen que febrero será igual o peor.

El Diario de la República realizó un relevamiento para averiguar cómo fueron las operaciones en distintos sectores en este mes. No hay números oficiales, pero la mayoría advirtió una caída de entre el 30% y el 40% interanual.

“Con respecto al año pasado hay una merma del 40% más o menos en la venta. Muchísimo. Y con respecto a diciembre se notó también. Han pasado muchos factores, la inflación, la devaluación. El tema del cambio de gobierno fue muy duro acá en la provincia también. Hoy por hoy, la gente está cuidando la plata y lo que tiene es más para la comida que para comprar un electrodoméstico, salvo que sea de primera necesidad o de urgencia”, aseguró Víctor Castillo, subgerente de una reconocida cadena ubicada en calle Colón.

Indicó que lo que más se vende son artículos para camping. “Está marcando tendencia, la gente se va de vacaciones y trata de economizar con el tema de las reposeras, carpas, sombrillas y demás. Ahí te das cuenta de que se busca un camping y no un alquiler permanente para las vacaciones”, dijo. Además, señaló que los ventiladores y aires acondicionados también se mueven mucho y sobre todo por las olas de calor extremo.

Otro rubro muy castigado por la economía es el de Indumentaria. Florencia Herrera, empleada de una tienda de ropa situada en calle Chacabuco casi esquina Junín, aseveró: “Bastante bajo es el tema ventas, muy bajo. Es muy difícil comparar con diciembre que todos los años es un mes fuerte. Pero ahora está bajo. Diría que el 40% del nivel del año pasado. Hasta el punto de asustar. De vender buenos números, se pasó a hacer dos o tres ventas en todo un día y eso da miedo. Estimamos que es porque la gente está especulando para ver qué va a pasar, cómo va a arrancar el año, si las cosas van a bajar o subir”.

“Lo poco que tienen deciden guardarlo o gastarlo en otra necesidad. Siento que la parte del comercio de la ropa quedó en un segundo plano. No lo ven como importante y ahora priorizan alimentos para tener reservas por si después hay escasez o aumenta mucho su valor”, agregó.

El precio también es un factor que acrecentó la brecha en las ventas. “Los clientes dicen ‘esto antes lo pagaba a $10 mil y ahora a $15 mil’. Está caro. Pasa un poco por ahí, hasta que se acostumbren a que las cosas subieron”, lamentó.

Otro determinante en el desplome de las ventas en general fue el pago desdoblado de los salarios de los estatales. Carlos Gatica, empleado de una carnicería de la ciudad, comentó: “Lo que fue después del 15 bajó un montón. La gente se inclinó más por el cerdo o el pollo. Será como un 30% menos. Pegó un aumento firme de casi el 40%, pero después bajó un 20% y ahí se normalizaron los precios. Cuando subió, la gente dejó de comprar”.

“Los proveedores nos dijeron que los montos se van a mantener. Enero siempre es bravo con las ventas. Hay que entender que la mayoría de San Luis son empleados públicos y están cobrando en dos veces y pagan alquiler y todo eso, entonces se la rebuscan. Hoy en día, conviene más comprar carne y cocinar en la casa que pedir delivery”, mencionó.

En cuanto a los almacenes, afirmaron que las transacciones bajaron un 30% y que la mayoría elige comprar en supermercados. “Bajó mucho por el tema de la inflación, hay mucho aumento, igual la gente prefiere ir a comprar a negocios más grandes donde hay mejores ofertas. Disminuyeron demasiado las ventas. La gente viene a buscar lo básico para la comida porque ya los gustos no se los puede dar, un jugo te sale casi $2 mil pesos, una gaseosa de medio litro te sale $1.000 en un negocio, sabiendo que antes estaba a $500 o $600 pesos”, expresó Leonardo Cáseres, empleado de un almacén de calle Chacabuco, esquina 9 de Julio.

En la misma línea, José Sosa, propietario de un almacén céntrico, apuntó: “Este enero está siendo duro, sobre todo la primera quincena. Igual, al estar en una zona estudiantil, las ventas bajan, pero este mes fueron de entre un 30% o 40% menos”.

Los bazares y polirrubros también sufren las consecuencias. “Las personas vienen comprando útiles desde diciembre, van abasteciéndose de las cosas que saben que van a necesitar para el inicio de clases. Es lo que más se vende, lo cotidiano del consumo de inicio de clases. Las ventas en enero bajan, es normal porque la gente sale de vacaciones y tiene otros gastos prioritarios. Esperamos que en febrero reactive”, explicó Matías Failla, dueño de un local mayorista y uno minorista del rubro.

Noelia Collado, segunda encargada de un bazar, añadió: “Nosotros terminamos con los reyes y empezamos con los útiles. Tuvimos una pausa, pero se sigue moviendo. Bazar se vendió mucho. Para estas fechas, siempre aprovechamos a salir de vacaciones porque es donde bajan un montón las ventas. Después de Reyes tuvimos una semana movidita; ahora se mueve, pero no como todos los días, es un 30% menos”.

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