El camino hacia la COP29 comenzó en el contexto de un informe climático global que indica que 2023 no solo fue el año más cálido de un registro climático de 174 años, sino que lo fue por mucho.
Las temperaturas récord, combinadas con El Niño, empujaron a las naciones vulnerables y pobres del sur global a la primera línea de fenómenos climáticos extremos y severos.
El año pasado, hubo “una carnicería climática” en África, un continente que representa un paradigma de los impactos del recalentamiento planetario. Hubo inundaciones fatales en la República Democrática del Congo y Kenia, tormentas e inundaciones en Libia que arrasaron una cuarta parte de una ciudad, así como ciclones mortales en países como Malaui.
A esos fenómenos debe agregarse la grave sequía en Kenia y una ola de calor durante el invierno austral que duró meses en los países del sur de África.
Bakú, la capital de Azerbaiyán, será la anfitriona de la 29ª Conferencia de las Partes (COP29) sobre el clima, en noviembre de este año, y están sobre la mesa los asuntos claves y las acciones necesarias para aprovechar los avances logrados en la COP28 de Dubái 2023.
En la última cumbre, los líderes mundiales llegaron a un acuerdo histórico que ofrece un marco sólido para el logro de objetivos climáticos cruciales y la preservación del medio ambiente, las personas y toda la vida en la Tierra.
Existen avances para alcanzar esos objetivos establecidos, como el de reducir significativamente las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Sin embargo, las promesas y compromisos de los gobiernos no son lo suficientemente ambiciosos y no lograrán emisiones netas cero, es decir, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero lo más cerca posible de cero para 2050.
Las energías renovables lograrán que la energía sea accesible, asequible y predecible para todos. Eso significa evitar las crisis y desigualdades que han dado forma a las tendencias económicas y los conflictos en el pasado.
Por lo que los billones (millones de millones) que son gastados en subsidios a los combustibles fósiles estén disponibles para mejores propósitos: atención médica, educación y redes de seguridad para quienes quedan rezagados.
Las sociedades deben mutar de una relación extractiva con la naturaleza a una regenerativa, para que no sea médicamente peligroso salir a la calle en las principales ciudades debido a la contaminación del aire. Como consecuencia de eso, cada año podrán salvarse millones de vidas.
Limitar el calentamiento global a 1,5 °C requerirá una disminución del 43% en las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, según estimaciones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático. La quema de combustibles fósiles para electricidad, transporte y calefacción representa la gran mayoría de las emisiones nocivas, aproximadamente el 73,2%.
En este contexto, los líderes descarbonizadores son aquellos con mayores inversiones en energía renovable para abandonar los combustibles fósiles.
Incluyen a China, con una inversión global de 758.000 millones de dólares en capacidad de energía renovable de 2010 a 2019; Estados Unidos, con 356.000 millones; Japón, con 202.000 millones; Alemania, con 179.000 millones, y Reino Unido, con 122 mil millones.
Estados Unidos, China, Rusia, Brasil, Indonesia, Alemania, India, Reino Unido, Japón, Canadá, Francia, Australia, Argentina, México, Sudáfrica, Italia, Corea del Sur, Arabia Saudita, la Unión Europea y Turquía como el Grupo de los 20 (G20, responsable conjunto del 80% de las emisiones mundiales en 2025) ha rediseñado seriamente sus objetivos sobre esta base.
Es hora de continuar con la tarea de salvar el planeta, las personas y toda la vida en la Tierra. En la próxima COP y en las que sigan no habrá descanso para impulsar mayores ambiciones climáticas.
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