La noticia de que la ciudad de Nueva York interpuso una demanda contra las compañías propietarias de varias redes sociales, entre ellas TikTok, Instagram, Facebook, Snapchat y YouTube, apareció y desapareció pronto de los medios de comunicación.
Puede parecer una acción destinada al fracaso. Sin embargo, no es así. La demanda reclama daños compensatorios y punitivos en una cantidad a fijar en un procedimiento ante un jurado.
Es un escrito extenso y riguroso que incluye una descripción precisa de los hechos que le dan base al reclamo. Casi 300 páginas de la demanda describen los hechos dañosos.
Conforme con la demanda, las empresas demandadas habrían diseñado y desarrollado algoritmos para atraer y obtener, como resultado, jóvenes adictos a sus productos. Todo eso con la ayuda de las aplicaciones implementadas para dificultar el control parental.
Estos hechos generales comprenden a cada una de las compañías atendiendo a las especificidades técnicas y empresariales de cada una de ellas.
La demanda destaca la ocultación por parte de Meta de los efectos perjudiciales de sus plataformas al público, a la administración de la ciudad de Nueva York y a la Comisión del Senado de los Estados Unidos en la audiencia celebrada en Washington el 31 de enero de 2024.
En primer lugar, se habría producido una continua actualización de los algoritmos para maximizar su capacidad adictiva e impedir el abandono de los usuarios.
El diseño de los algoritmos estaría enfocado a desarrollar un uso compulsivo de las aplicaciones. Por ejemplo, respecto a TikTok, señala que los algoritmos estarían diseñados para maximizar el uso con una provisión infinita de contenidos y, al mismo tiempo, con contenidos de oferta limitada o efímera. Todo eso con recompensas virtuales como el número de suscriptores o de likes de aceptación de los contenidos ofrecidos.
La modificación de los algoritmos habría ocurrido deliberada y progresivamente en orden a mantener los ingresos de las compañías.
Las plataformas no habrían creado efectivos controles de verificación de la edad de los usuarios, permitiendo el acceso a menores de edad. Tampoco habrían desarrollado controles efectivos de control parental.
La demanda alega daño mental a los jóvenes acreditado por los servicios de salud mental de Nueva York. Entre los efectos específicos destaca la promoción de imágenes negativas del cuerpo de los niños. Por ejemplo, mediante el uso de herramientas como lentes y filtros de modificación de la apariencia física que promoverían estándares físicos irreales, cuya comparación dañosa con la realidad afectaría a la autoestima y salud mental de los usuarios menores de edad.
Todo eso, añaden, habría conducido a una crisis de salud mental juvenil.
La demanda contiene tres reclamaciones:
Por alteración del orden público (public nuisance), solicita millones de dólares que deberán fijarse en el juicio.
Por negligencia (negligence), dado que las compañías conocían —o deberían haber conocido— los efectos de sus productos en la salud mental de los usuarios menores de edad. En este punto, la demanda solicita una condena que incluya la provisión de recursos suficientes por las demandadas para proveer de servicios de salud mental a los afectados (en escuelas, hospitales públicos y programas de la ciudad de Nueva York). Pero también habla de dos tipos de daños: compensatorios y punitivos.
Por negligencia grave (gross negligence), fundamentada en todo lo expresado anteriormente, pero calificando la conducta de los demandados como imprudente e indiferente a los derechos de los usuarios y el público en general.
Es una severa demanda contra las redes sociales, cuyo papel en la manipulación de la opinión pública comienza a tener consecuencias judiciales.
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