"Servilletas manuscritas": la nueva poesía de María Celeste Domínguez

Aunque 2024 la encontró detenida desde lo artístico, María Celeste Domínguez siempre está vigente. Es imposible catalogarla en una sola disciplina, porque ella es una mujer que viene de un útero que la anidó en un líquido tibio artístico general. Todas las artes pasan por ella: lo escénico, lo visual y lo literario conviven en su cuerpo y en su espíritu.

En su veta como escritora, presentó "Servilletas manuscritas", un compilado de poesías de su autoría que escribió hace más de diez años, específicamente para presentar a diversos concursos literarios.

A Celeste nunca le gustó la idea de recopilar poemas sueltos escritos en diferentes tiempos y momentos de la vida, en un solo libro, ya que la autora considera que los tonos poéticos, los temas que tocan, las energías con las que se comparte la visión poética son muy diferentes en un mismo autor.

Por eso mismo, en su momento, decidió escribir este libro y tomó poemas de un mismo tiempo y con un solo sentido: "Armar una obra acabada y que no se trate de poemas disgregados e inconexos entre sí. Todos tienen un mismo ADN", explicó.

La autora explicó que, sin embargo, “los poemas en este libro están separados por capítulos y estos apartados tienen, a su vez, un sentido individual, una característica particular”. El único poema escrito en otro tiempo es "Poema del adiós", que Celeste lo asoció a que "tiene que ver con un cierre a tanto vuelo lírico con los pies en la tierra del aquí y ahora mío. Es el poema más personal y autorreferencial de la publicación".

Desde pequeña, Domínguez tiene inquietudes literarias. Siempre le apasionó leer y el dinero que llegaba a sus manos era invertido en libros de diversos autores de su interés. Además, la escritura nunca le costó. "Cuando en la escuela nos pedían una redacción yo me extendía por cuatro o cinco carillas. Sentía facilidad tanto para arrancar un texto como para continuarlo y que mi imaginación vuele", expresó.

Para Celeste, lo más destacable de "Servilletas..." es su delgadez, "la sobriedad de su exoesqueleto".

"Además, me interesa la sorpresa que se llevará el lector al abrirlo y zambullirse por sus páginas, donde no encontrará precisamente un libro livianito como pareciera por su exterior, sino un libro con peso propio y profundo. Mi pluma está presente desde lo visual. Hay palabras tachadas, corregidas, ampliadas, remarcadas, disminuidas, porque quiero que el lector vea también esa espontaneidad", adelantó.

Redacción/MGE