"Yo soy Furiosa"
La saga posapocalíptica se tomó casi diez años en sacar un nuevo filme; esta vez, una precuela que cuenta la génesis de la mujer que dejó en segundo plano al protagonista original.
Con un nombre que invita a pensar que la protagonista será explosiva en una película posapocalíptica rodeada de motores y gasolina, la “Furiosa” de Anya Taylor-Joy quedó a media mecha y no llegó a dinamitar en el retorno de una de las mejores sagas de acción, “Mad Max”, que en sus inicios, hace 45 años, fue prohibida en Argentina por su nivel de violencia.
La primera película de “Mad Max”, protagonizada por un desconocido Mel Gibson, fue vetada en 1979 por el entonces llamado Ente de Calificación. No fue hasta febrero de 1982 que llegó a los cines argentinos como un éxito total de acción, a pesar de su bajo presupuesto. Casi medio siglo después, se estrena la precuela “Furiosa: de Mad Max Saga”, que en el fin de semana de estreno no logró el primer puesto de vistas en el fin de semana con la taquilla más baja de mayo.
Orquestada por el director original de la saga, George Miller, el nuevo filme ocurre 15 años antes del reboot estrenado en 2015, “Mad Max: Furia en el Camino”, en el que presentan a un personaje femenino poderoso, “Furiosa”, interpretada por la gran Charlize Theron, quien se revela del poder de “Inmortal Joe”, el líder de este nuevo mundo desértico donde el agua es escasa, liberando a sus cuatro esposas.
Con esta premisa, el primer desafío de la película de 2024 es estar al nivel de la interpretación de Theron, algo para lo que Anya solo tiene la segunda mitad de la película para desarrollar al personaje. La primera parte explica los orígenes de “Furiosa” desde que es una niña secuestrada por un grupo de carroñeros, interpretada por la pequeña australiana Alyla Browne. Una vez que llega Joy es entendible que esta versión joven de la protagonista no tenga el poder y la seguridad de la original, porque, justamente, se está explicando cómo llegó a ser la mujer conductora y guardiana del camión de guerra más potente de la ciudadela. Sin embargo, se la pasa más escapando que otra cosa, con una innegable habilidad de evadir a la muerte. Luego de una serie de muertes cercanas y de que cobrara esa dureza lógica de todo protagonista que pierde injustamente seres queridos, es el momento ideal para que “Furiosa” encienda sus motores. Algo que no sucede.
Para el momento de la batalla final, que es imperdonable que en una película de acción no muestren el épico choque entre las fuerzas del “Inmortal Joe” y su némesis “Dementus”, la protagonista se la pasa escondida en una cueva armando un brazo robótico. Aunque esto no es culpa de Anya, sino más bien del guion, sí es notorio que el género acción no es el fuerte de una de las actrices más cotizadas, y un poco sobrevaloradas, actualmente en Hollywood.
El segundo desafío de “Furiosa…” es, como se dejó entrever, el guion en sí. Que tengan que separar la película en cuatro capítulos es ya de por sí un indicio de la falta de continuidad e hilo argumental. Una serie de estadíos que deberían ser marcados únicamente por los matices de la interpretación de la actriz y la historia, y no a través de indicadores con títulos en cada fase. Anticiparle al público “ahora Furiosa se va a vengar” en una precuela donde ya se sabe el futuro de la protagonista es matar el poco misticismo que le quedaba a la protagonista.
Una historia aparte es la del antagonista “Dementus”, un gran personaje con una más grandiosa interpretación de Chris Hemsworth. Aunque el intérprete de “Thor” tuvo la ventaja de no tener una comparación, como fue el caso de Anya y Theron, sí competía en pantalla con el otro villano, “Inmortal Joe”, quien ya había sido presentado en 2015. Sus intervenciones son las mejores partes: acción, maldad, ironía y un trasfondo.
“Dementus” no es malo por el simple hecho de serlo, como sí pareciera ser el caso con el otro villano del que no se sabe su historia; tiene un motivo, algo lo llevó a ser duro y sanguinario. Que cargue como un accesorio con un peluche de su hija en su vestuario punk es uno de los tantos matices que hacen tan rico al personaje y que dejan entrever, algo que irá desarrollando, que antes no fue así, sino que lo llevaron a serlo. Un detalle que vale la pena mencionar es el gran guiño que hay a “Thor” con su capa hecha de un paracaídas que tiñe por error de rojo cuando le impacta una bengala.
En general, "Furiosa..." es una película entretenida, muy cinematográfica, con grandes efectos e incursión en la inteligencia artificial. Sus dos horas y media son más que transitables, y el corazón y espíritu de “Mad Max” sigue allí, aunque sin la certeza de si volverá a la pantalla, ya sea la versión de Tom Hardy o la original de Mel.
¿Se cumplirá la profecía que ocurrió con las primeras tres películas de “Mad Max” allá por los 80? Quizás la historia está destinada a repetirse y este nuevo reboot de la saga se irá deslavando, nuevamente, con el paso de los filmes para cerrar en una tercera entrega muy por debajo del nivel de la primera. Aunque no hay noción de una nueva película, ojalá Miller pueda, como “Furiosa”, torcer su destino.


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