El hambre agobia a 733 millones de personas, una de cada cinco en África y una de cada 11 en el planeta, de acuerdo al “Informe sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo”, realizado por cinco organismos especializados de las Naciones Unidas.
Si las tendencias actuales continúan, alrededor de 582 millones de personas estarán crónicamente desnutridas en 2030, la mitad de ellas en África.
El estudio advierte que el mundo está muy lejos de alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 2, Hambre cero, para 2030 y demuestra un retroceso 15 años, con niveles de subalimentación comparables a los de 2008-09.
A pesar de algunos avances en ámbitos específicos como el retraso en el crecimiento y la lactancia materna exclusiva, un número alarmante de personas sigue enfrentándose a la inseguridad alimentaria y la malnutrición.
Esto ocurre porque los niveles mundiales de hambre permanecen estancados desde hace tres años, con entre 713 y 757 millones de personas subalimentadas en 2023, unos 152 millones más que en 2019 de considerar el rango medio (733 millones).
Las tendencias regionales varían notablemente: el porcentaje de la población que padece hambre sigue aumentando en África (20,4%), y permanece estable en Asia (8,1%), aunque sigue representando un reto importante, ya que la región alberga a más de la mitad de las personas que padecen hambre en el mundo.
De 2022 a 2023, el hambre aumentó en Asia occidental, el Caribe y la mayoría de las subregiones africanas y muestra en cambio progresos en América Latina (6,2%).
Comparando África con América del Sur una diferencia clave es que Sudamérica invierte una cantidad significativa de sus recursos en programas de protección social, que permiten intervenciones focalizadas que alivian el hambre.
Más allá del hambre, el informe destaca que el acceso a los alimentos adecuados sigue siendo un objetivo inalcanzable para miles de millones de personas.
En 2023, alrededor de 2.330 millones de personas en el mundo -con una población total estimada en 8.100 millones- enfrentaban inseguridad alimentaria moderada o grave, cifra que no cambió en forma notable desde el brusco repunte de 2020, en medio de la pandemia de Covid-19.
Entre ellas, más de 864 millones experimentaron inseguridad alimentaria grave, debiendo pasar a veces sin alimentos un día entero o más tiempo.
Esta cifra ha permanecido obstinadamente alta desde 2020 y, aunque América Latina muestra mejoras, persisten retos más amplios, en especial en África, donde el 58% de la población sufre inseguridad alimentaria moderada o grave.
La falta de acceso económico a dietas saludables continúa siendo también un problema crucial, que afecta a más de un tercio de la población mundial.
Con nuevos datos sobre los precios de los alimentos y mejoras metodológicas, la publicación revela que más de 2.800 millones de personas no pudieron permitirse una dieta saludable.
Las tendencias ponen de relieve los complejos retos de la malnutrición en todas sus formas y la urgente necesidad de intervenciones específicas, ya que el mundo no está en vías de alcanzar ninguna de las siete metas mundiales de nutrición para 2030, según advierte la (ONU).


Más Noticias