Carlos Giosa: "El auto de Rosendo Hernández que tengo es una réplica"
El fundador de "Granero 66" aclaró que el coche que exhibe no es el original. Remarcó que hay detalles "a la vista" que evidencian diferencias respecto al vehículo del piloto puntano.
El auto de Rosendo Hernández que lo coronó con el Gran Premio Argentino de 1952, es un misterio. En los últimos días, El Diario publicó el pedido de familiares y conocidos del piloto puntano, que buscan sin descanso el coche. La nota provocó innumerables reacciones y muchos comentaron (no pocos comunicándose directamente con este medio) que el vehículo estaba en "Granero 66", un restaurante y museo ubicado en Tandil, ambientado en la temática de la Ruta 66 de Estados Unidos y fundado por Carlos Giosa. En ese sentido, se dialogó con gente que pasó por el lugar y tomó imágenes. Se publicó una nota bajo el concepto de que "una pista clave podría develar dónde está el auto". El texto mostró opiniones de lectores que estuvieron en el predio y dejó en claro que el enigma "no está resuelto".
La noticia se viralizó inmediatamente y causó su impacto en Tandil. Es así que Carlos Giosa se comunicó con El Diario para contar "la verdad de la situación". Notablemente enojado por todo lo que ha ocasionado la circunstancia, muy crítico de cómo de abordó el tema, pero bajo respeto y amabilidad, aseguró: "El auto de Rosendo Hernández que tengo es una réplica".
"La nota da a entender que tengo el original y no es así. El mío es una réplica. Tengo un montón de llamados de amigos, todos saben la historia de cómo lo conseguí", agregó.
Todos los detalles del Ford
Giosa explicó que tiene el auto desde hace unos 8 años, pero el vehículo en sí, a modo de réplica, "debe tener unos 12 años". Él mismo se lo compró a una persona de Mar del Plata. "No sé en qué momento lo terminaron de armar. Compré el auto, le hice algunos detalles pero ya estaba pintado como sale en la foto. Le hice arreglos de mecánica. Soy el titular, tengo todos los papeles. Este auto siempre estuvo acá, nunca en San Luis", subrayó.
Al mismo tiempo, explicó que si se observa con detenimiento, hay detalles que son claves para advertir que no es el original. Por un lado, la trompa es distinta, al igual que la masa de las ruedas. "Es una tontería decir que el mío es original cuando no tiene nada que ver la masa de las ruedas con la distribución de los agujeros. Me molestó mucho, parece que al auto lo robé", puntualizó.
En otro tramo del diálogo, opinó que a su parecer, el verdadero auto de Rosendo Herández "siempre estuvo en San Luis".
"En ese tiempo corrían con coupé. Este que tengo es un dos puertas, que no era tan caro como una coupé. La coupé siempre fue lo top de los autos. Se ve que Rosendo lo que pudo hacer es un Sedan 2 puertas, no corrían muchos de ese modelo. Para la réplica, una coupé es carísima", mencionó.
Una pasión inexplicable
Giosa, más allá del "mal rato" que pasó a raíz de la búsqueda del Ford de Rosendo Hernández, insistió en que lo que él tiene es una verdadera pasión por el automovilismo. Contó que posee una réplica de un camión de bomberos de época, un colectivo de época, entre otras joyas. Y destacó que los originales están en museos importantes. "Lo mío es mostrar la historia del automóvil, cómo se fue desarrollando, mostrarle a la gente joven cómo era un bombero, una ambulancia, un colectivo en épocas pasadas. Soy un coleccionista de los más baratos, no tengo autos de gente famosa", apuntó.
Por último, lamentó que "la gente habla sin saber" y fue tajante en su visión del hecho: "Soy un apasionado y que me hagan cargo de algo que no es, me enojó. El que lo hizo al auto, lo hizo con mucho cariño por Rosendo Herández y ese es el mismo cariño que yo tengo por él. Tener el auto exhibido es darle honor a esa persona", concluyó.


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