Ayer fue un mediodía distinto para la colectividad boliviana que finalmente consiguió que le entregaran el cuerpo de la beba Mayté para velarla y después llevarla a hombro hasta el cementerio de Merlo. Mientras, en el Multifuero de Santa Rosa, el juez Jorge Pinto esperaba a Pastor Avendaño Choquevillca para tomarle la indagatoria.
Muy lejos de defender a los padres, los más de cincuenta personas que se juntaron en un domicilio particular para despedir a la beba de ocho meses, repudiaron el caso y pidieron que los jóvenes tengan la pena que merecen.
En otro lugar el padre de la pequeña no respondió ninguna pregunta del juez. Aunque apuntó contra su pareja, Dionisia Panozzo.
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