Nadie sabe dónde está Beatriz o Susana, el nombre con el que se hacía llamar. La profesora de historia de 51 años, Beatriz Liliana Tobares, padecería algún trastorno psiquiátrico o psicológico y es intensamente buscada por la Policía y la colaboración de colegas docentes, ya que no posee familiares cercanos. La directora de un establecimiento educativo fue quien asentó la solicitud de paradero, luego de que no se presentara a la escuela donde cumplía tareas administrativas y nadie supiera de ella desde el 3 de marzo.
"Estamos haciendo rastrillajes en varias zonas, y cotejamos las líneas de transporte"
Hasta anoche efectivos de la Comisaría 8ª efectuaban distintas tareas para recabar datos e información sobre el paradero de la mujer. Incluso, en la madrugada de ayer, una comitiva policial por órdenes del Juzgado Nº 2 de la ciudad, ingresó al domicilio, pero no encontraron nada extraño, estaba todo muy ordenado. “La estamos buscando intensamente, se hicieron rastrillajes en varias zonas y descampados de la ciudad, entrevistamos a vecinos, y esperamos confirmar si viajó a alguna otra ciudad o provincia”, explicó Fabián Segura, oficial principal de la Comisaría 8ª.
La búsqueda se dificulta ya que la mujer vivía sola, no se conocen familiares cercanos, y en los últimos tiempos se había convertido en una persona muy introvertida y sumisa, “al punto de que hace varios meses había decidido no hablar”, dijeron algunas colegas de la escuela "Mariano Moreno", donde cumplía funciones en la biblioteca. La profesora de historia a la que todos describen como “muy católica, sumamente inteligente y apasionada de la lectura”, llegó a ese establecimiento en 2013 a raíz de un cambio de funciones que ordenaba que cumpliera tareas administrativas. Anteriormente fue docente de historia en tres establecimientos educativos: colegio 11 “Benito Juárez”, el Colegio Nº 14 “Dr. Luis Ángel Luco” (ex Escuela Agraria), y la Escuela Nº 431 “Angela Chenau de Vecino”. Fue justamente la directora de uno de los establecimientos la que asentó el lunes pasado la solicitud de paradero.
Según cuentan quienes la conocieron, la muerte de su madre fue un duro golpe para la profesora. Luego de ello, se ordenó su cambio de funciones y en los últimos tiempos se la pudo observar notablemente más delgada, sin emitir palabra, y con cierta desprolijidad en su imagen personal.
“Algunos vecinos nos dijeron que en su casa solía quemar cosas en cualquier horario, y que ella temía que le fueran a colocar veneno o alguna sustancia en su tanque de agua, por lo que a pesar de que vivía sola, compraba de a diez bidones de agua envasada, porque no quería usar el agua corriente”, indicó el principal Segura.
La policía provincial emitió ayer un alerta a todas las dependencias provinciales y solicitó la colaboración de los medios. La solicitud de paradero que emitió la policía provincial describe a la mujer buscada de cutis blanco, ojos color miel, cabellos color rubio oscuro ondulados, de 1,65 metro de altura y de contextura delgada.
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