Acusan otra vez a una empresa por no respetar el pase por discapacidad

No voy a permitir que una empresa de transporte tire por la borda todo mi esfuerzo y sacrificio. Yo tuve que hacer mucho para llegar hasta donde estoy. Y, como un ciudadano con discapacidad, no voy a andar mostrándome o a pordiosear para que digan que tengo algún problema. Sigo siendo una persona y tengo derechos”. Así justificó Abel Javier Gonzales su denuncia a la empresa de transporte local Portal de Cuyo, que quiso cobrarle el boleto de su acompañante al sacar los pasajes para viajar de San Luis a La Toma, cuando el Gobierno le otorgó un pase libre que establece que el hombre y quien lo ayude a trasladarse deben subir al colectivo gratis. La negativa no fue una sorpresa para Gonzales, quien ya tuvo otros inconvenientes similares con la compañía, y logró un dictamen del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) que asegura que la empresa violó las normativas.
Todo comenzó el miércoles cuando el puntano, que sufre problemas motrices, auditivos y visuales, tuvo que trasladarse hasta la capital para participar de una reunión en el Edificio Administrativo de la calle Ayacucho. Y es que Gonzales pertenece a la Asociación Civil Integración La Toma, que defiende los derechos de personas que tienen alguna imposibilidad física y que si bien obtuvo la personería jurídica hace poco, lleva casi dos años trabajando en la localidad. En el encuentro, el ente fue elegido como uno de los Organismos No Gubernamentales (ONG) que iba a representar a los habitantes de San Luis en el Consejo Provincial de Discapacidad.
La alegría no pudo ser completa. El hombre logró que le consideraran el pase libre para él y su acompañante en la boletería de Portal de Cuyo en La Toma, pero cuando se bajó en la terminal de San Luis y fue a la sucursal de la empresa para pedir los pasajes de vuelta, no tuvo la misma respuesta. “El mío me lo dieron, que era en la butaca 3, pero el de al lado, que era para la persona que viajaba conmigo, me lo cobraron a $22. Eso es una violación a las leyes. Yo lo pagué, pero les dije que no estaba de acuerdo”, dijo Gonzales, quien decidió quedarse con el papel para tener un comprobante de la injusticia que había vivido y poder, con ese documento, iniciar una acción legal. Además, agregó que le contó lo que le había sucedido a un inspector de la estación sanluiseña, que ya lo había ayudado en otras oportunidades en las que no respetaron su pase libre.
 

El incidente se produjo cuando quiso pedir los pasajes gratis para ir de San Luis a La Toma.

Gonzales tuvo un accidente cerebro-vascular hace once años que le dejó secuelas. Desde entonces cuenta con un certificado que le extendió una junta médica habilitada por la Provincia, que legitima los inconvenientes que tiene y su necesidad de trasladarse acompañado, en general, por su esposa. “Además siempre tenemos la precaución de que el pase libre que me dio el Gobierno no esté vencido. Lo renovamos antes de la fecha límite. Y uno se pregunta para qué hacer tanto esfuerzo por tener todo al día si las empresas, como Portal de Cuyo, no cumplen. Lo mismo me han comentado de otras compañías nacionales, pero como no tengo documentación que lo pruebe no puedo mencionarlas”, dijo.
“No pretendo comprarme ni un vehículo ni hacer mi casa de dos o tres pisos con esto. Yo lo único que quiero es que la empresa respete mis derechos y el de todas las personas con discapacidad”, dijo el usuario. Y añadió: “No busco un resarcimiento económico y si hay un ente que dictamine que por estas acciones la compañía debe pagarlo, ese dinero será destinado a la asociación para repartirlo en personas que lo necesiten. Pero yo no voy a reclamar plata”.

Varios años con problemas

Según Gonzales, sus conflictos con Portal de Cuyo comenzaron en 2006 y tiene un expediente de más de cien hojas con documentos que prueban que en las boleterías de La Toma, San Luis y Villa Mercedes varias veces violaron sus derechos. Por lo que realizó actas de denuncia en las estaciones de las tres localidades. En algunas oportunidades no lo dejaban subir, en otras les cobraban los boletos y algunas veces los hicieron esperar hasta que pasara toda la gente que pagaba para ver si quedaba algún asiento libre.
“Hace un tiempo, tenía con otras personas un proyecto de trabajo para ciudadanos con discapacidad en la capital. Tengo los presupuestos, las fichas y papeles que habíamos sacado. Y tuvimos que abandonarlo porque cuando subimos al coche para hacer uno de los viajes, me hizo descender un inspector de la empresa de transporte, porque me dijo que primero ingresaban los que pagaban el boleto y después nosotros. Yo podría haber emprendido una empresa y lo perdí por culpa de esto”, aseguró.
Si bien Gonzales tuvo una reu-nión con el titular de la compañía y otros representantes, no logró que los beneficios se mantuvieran a lo largo de los meses. Y cuando volvieron a cobrarle un pasaje, fue al Inadi para pedir un dictamen de la sede nacional. El ente ya se expidió a favor del puntano, quien todavía espera que la empresa respete las normativas.