Lo procesaron porque manejó aunque se lo habían prohibido

Poco más de un año le tomó a la familia de María José Real reunir las pruebas para demostrar que Diego Romero estaba otra vez detrás de un volante y que hasta había vuelto a chocar, cuando tenía prohibido conducir un vehículo. Los parientes de la joven embarazada, que murió cuando ese automovilista la llevó por delante con su auto a ella y un grupo de amigos en 2005, al menos ahora pueden sentir que sus esfuerzos no fueron en vano. Es que el juez Penal N° 2, Leandro Estrada, procesó a Romero por ese "Quebrantamiento de la inhabilitación".
El último accidente fue el 12 de mayo de 2013, recapituló Graciela Cabral, la presidente de la asociación "Sí a la vida". Ese día, alrededor de las 7, el hombre de 35 años circulaba por calle Chacabuco, al parecer, con una mujer.
Aunque no pudieron establecer de dónde venía y hacia dónde iba la pareja, el recorrido del Volkswagen Gol no terminó bien.
De un momento a otro, Romero perdió el control del coche. El automóvil se estrelló contra un árbol en la esquina de Sallorenzo, en inmediaciones a la Escuela Experimental N° 7, Eduardo Galeano.
Gracias a la ubicación, los accidentados sólo tuvieron que caminar unas pocas cuadras hasta llegar a un centro de salud de Dosep. "Un especialista que los asistió dijo que el hombre se golpeó el pecho con el volante, tenía un desplazamiento de la mandíbula, perdió algunas piezas dentarias y hasta sufrió infecciones en distintas partes del cuerpo", detalló.
Esos pormenores de la secuencia del siniestro surgieron del relato de un conocido de Romero. Es el hombre a quien  después el imputado le vendió el auto que había colisionado.
Según trascendió, el vendedor concretó la transacción con el intercambio del Gol, modelo '97, por otro de la misma marca y antigüedad. "Cuando se lo vendió tuvo que admitirle que tenía el volante desviado, pero no le dijo que el motor lo tenía partido. El comprador se dio cuenta cuando lo llevó a un taller", comentó la encargada de "Sí a la vida".
Para los miembros de la asociación y los Real, lo que le sucedió a Romero en mayo del año pasado no sólo confirmó su falta de límites, al violar una inhabilitación para conducir, sino que también dejó por sentado el peligro que representa al volante.
Cabral agregó que, mucho antes de este último episodio, Luisa, la mamá de María José Real, había visto al responsable de la muerte de su hija otra vez en su rol de automovilista. Fue en octubre de 2012. "Cuando la señora lo denunció en Tribunales, la fiscal Rosario Verdugo le dijo que lo que tenía que hacer era reunir pruebas, como sacarle fotos la próxima vez que lo viera", relató la responsable de la agrupación. Y eso fue lo que hizo la incansable madre.
Embestida fatal
El 20 de octubre de 2009, la Justicia condenó al, por ese entonces, hombre de 30 años a cumplir 2 años y ocho meses en prisión y le prohibió volver a conducir por los siguientes cinco años.
La pena es algo que el procesado, de todas formas, no iba a cumplir tras las rejas. "Como la condena no completa los tres años mínimos que requiere ir a la Penitenciaría,  quedó en suspenso. O sea, sólo le figura como antecedente en los papeles", explicó Cabral.
Pero la otra disposición de los jueces, la de no manejar, la tenía que acatar sí o sí. Esa inhabilitación se la ganó por el accidente ocurrido el 24 de abril de 2005.
Faltaba poco para que los primeros rayos del sol comenzaran a asomarse. María José Real, de 16 años, caminaba con tres amigos por la banquina de la ruta 55 Norte. Estaban a 300 metros de la entrada a la ciudad. Volvían del boliche "Iguana". "Seguro esperaban encontrar algún remis que los trajera hasta la ciudad", conjeturó la mujer. Majo, como le decían sus conocidos, iba hasta su casa del barrio Viva San Luis.
Al igual que la otra muchacha del grupo, María José transitaba el sexto mes de embarazo. El nacimiento de ambos nenes no se concretó.
"Ellos iban en fila India (uno detrás del otro) cuando los llevó por delante Romero. Los otros chicos cayeron para un costado de la ruta, para el lado de afuera, pero Majo voló por encima del capot y terminó sobre el asfalto", relató.
La adolescente fue trasladada al policlínico regional "Juan Domingo Perón". La criatura que esperaba nació, pero sólo resistió tres horas de vida. A los cuatro días la joven mamá también murió. El bebé de la amiga que integraba el grupo, víctima de la embestida, tampoco logró sobrevivir a los golpes que sufrió su madre.