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Ganarle al fuego

Por redacción
| 10 de agosto de 2014

Es una de las peores pesadillas entre los productores y el detonante puede ser casi cualquier cosa: un rayo, una falla eléctrica, una chispa fuera de control. Pero para que esto derive en un incendio de grandes proporciones tiene que existir un conjunto de condiciones. En San Luis, estas condiciones empiezan a darse todos los años en los primeros días de agosto, lo que marca el inicio de la temporada de incendios forestales.

 

Según la estadística de los últimos 20 años, la provincia se acerca a los valores promedio en cuanto a cantidad de pasto disponible.


Las temperaturas comienzan a elevarse gradualmente y el monte y los pastizales, que constituyen el combustible del fuego y que han sufrido las heladas del invierno, se encuentran secos y, en diferentes medidas, disponibles para quemarse.

 


Una de las causas es de origen natural,pero la otra depende, en gran medida, del comportamiento humano. "La severidad de los incendios dependerá de la cantidad de combustible seco disponible y del tiempo que tarden en llegar las primeras lluvias de primavera. Mientras tanto, la cantidad de incendios dependerá lamentablemente del nivel de negligencia de las personas en el uso del fuego, ya que existen quienes provocan incendios deliberadamente para hacer daño y quienes comienzan a quemar para renovar los pastizales, pero sin autorización", explicó el jefe del Subprograma Investigación Forestal, Franco Todone.

 


El ingeniero forestal señaló que, de acuerdo a las estadísticas de los últimos veinte años, actualmente la provincia se acerca a los valores promedio, en cuanto a cantidad de pasto disponible (Ver gráfico pág. 9).

 


"Desafortunadamente, existe gran cantidad de combustible para el fuego, producto de la lluvia abundante del otoño, sin embargo todavía no está totalmente seco porque las bajas temperaturas del invierno aún no han sido extremas y el suelo no ha perdido completamente su humedad", observó Todone.

Cifras calientes

 


En los últimos 15 años el promedio de superficie afectada por fuego fue de 108 mil hectáreas anuales, según las mediciones satelitales realizadas a partir de un convenio que el Ministerio de Medio Ambiente mantiene con la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales). Luego de los devastadores incendios forestales de 2009, ese promedio bajó a 37 mil hectáreas anuales.

 


Fueron diversas las variables que posibilitaron que en estos últimos 5 años se reduzca en un 65% la superficie anual incendiada.

 


Sin dudas, la implementación de múltiples líneas de acción impulsadas desde el Gobierno de la Provincia tuvo un impacto positivo. Las más efectivas fueron: el control satelital de picadas cortafuego, el sistema de regulación de quemas controladas o prescriptas, las campañas en medios de difusión y la elaboración de un índice de peligro de incendios (disponible en  www.medioambiente.sanluis.gov.ar).

 



La influencia del clima

 


Los índices climáticos de los últimos 10 años muestran una marcada tendencia estacional: veranos más lluviosos, inviernos y primaveras más secas. "Estas condiciones climáticas juegan un rol preponderante en el comportamiento y dimensión de los incendios, ya sea para favorecer el crecimiento de la vegetación, que luego será combustible, o por las condiciones climáticas para la propagación del fuego: viento, temperaturas extremas y baja humedad relativa", explicó el ingeniero forestal.

 


Ante este escenario, una de las opciones más efectivas para disminuir el combustible vegetal es fomentar el pastoreo en los campos, el control de especies invasoras no palatables y el manejo criterioso de la quema prescripta bajo estricta autorización y control.

 



Importancia de las quemas

 


Desde el punto de vista de los incendios forestales, las quemas autorizadas reducen la carga de combustibles, que de otra manera alimentarían tarde o temprano a los voraces incendios con mayor potencial de daño ambiental.

 


"Paulatinamente, estas áreas quemadas de forma programada se transforman en auténticas barreras contra incendio, tanto por una disminución del combustible seco, como por inducir rápidamente el rebrote verde", recordó Todone. 

 


Además, el funcionario del Ministerio de Medio Ambiente indicó que es fundamental tener sumo cuidado al momento de iniciar fuego, cualquiera sea su finalidad. "Cuando se pronostica una primavera muy seca no es recomendable realizar una quema programada ya que el pasto agota las últimas reservas de humedad en lograr el rebrote, generándole condiciones de estrés que afectan la productividad de este valioso recurso", advirtió.

 


Sin embargo, ninguno de estos resultados positivos podría lograrse sin un debido control de la práctica y con un sistema de autorizaciones de quema y presencia de bomberos en el momento de efectuarlas. Por el contrario, la situación de incendios forestales podría agravarse significativamente.

 



 Picadas cortafuego

 


Las picadas cortafuego perimetrales a los campos y de carácter obligatorio que promueve el Estado proporcionan una barrera física al paso del fuego y permiten que los bomberos puedan ingresar a sitios estratégicos donde hacer frente a las llamas y controlarlas en el menor tiempo posible, sin poner en riesgo sus vidas.

 


Al mismo tiempo, las picadas cortafuego en establecimientos frentistas a rutas y autopistas provinciales generan un efecto adicional, ya que se suman al camino, ampliando la barrera física contra los incendios.  

 


"La prevención de incendios reúne numerosas acciones, las que deben respetarse por igual, permitiéndonos generar un cambio de conciencia acerca del uso del fuego y el daño ambiental que los incendios producen a nuestros ecosistemas y en nuestra calidad de vida", reflexionó el ingeniero forestal.

 


Y agregó: "Teniendo en cuenta que, en promedio, el 80 por ciento de las causas de incendios se encuentran asociadas al negligente uso del fuego por parte del hombre, es sumamente importante centrar las acciones sobre una estrategia preventiva que integre las acciones antes mencionadas, independientemente de la capacidad o eficiencia de combate que posean los sistemas de control".

 


Últimos incendios en la provincia

 


Al momento, el Ministerio de Medio Ambiente registró unas 650 hectáreas quemadas en seis puntos de la provincia. La cifra es menos de la mitad de lo esperado para esta época del año, según el promedio que estableció el área a partir de la cantidad de territorio afectado por las llamas en los últimos 15 años.

 


Franco Todone, jefe del Subprograma Investigación Forestal, comentó que las localidades donde se desataron incendios el mes pasado fueron Juan Llerena y El Morro, Pampa del Tamboreo y Fortín El Patria. Entre los últimos municipios afectados por las llamas se encuentran Estancia Grande y Naschel.

 


En el primero, el fuego se propagó el fin de semana en unos pastizales que estaban al norte de las sierras del municipio. Además de la colaboración de los bomberos de la localidad y de Potrero de los Funes, necesitaron que un avión hidrante recorriera la zona del incendio, la misma en la que en 2009 ardieron unas 80 mil hectáreas. El otro se desató al norte de la ruta provincial 22, que une Naschel con Villa del Carmen. Se generó por una quema de pastizales que se salió de control en un campo cerca de las 14 del lunes y los bomberos lograron controlarlo recién a las 23.

 


El titular de San Luis Solidario declaró que todos los que inician fuego y perjudican el suelo tienen una multa y deben someterse a una investigación policial.

 


Omar Terc, titular de San Luis Solidario, comentó que la semana pasada declararon el alerta amarilla porque se habían reunido varios factores que podían ocasionar un incendio: la temperatura era alta, el viento superaba los 30 o 40 kilómetros por hora en algunas localidades y los índices de biomasa era altos de acuerdo a las escalas nacionales.

 


“Cuando las llamas queman pastizales lo hacen con una intensidad y una velocidad ligeras. Entonces, el efecto en el suelo y en el banco de semillas es mínimo y tiene mucha capacidad de recuperación. Es más, la zona que ardió ahora, estará totalmente verde con las primeras lluvias”, dijo el jefe de subprograma, quien explicó que la posibilidad de que la tierra se regenere disminuye cuando el fuego ataca el monte, porque demora más en consumir los troncos, permanece más tiempo en el sector afectado y eso provoca un daño mayor a la superficie.

 


Para pedir autorizaciones, inspecciones o realizar denuncias, hay que contactarse con el Programa San Luis Solidario al 0800–333–1174 o al 103. Para obtener las autorizaciones y el asesoramiento correspondiente hay que comunicarse con el Ministerio de Medio Ambiente al 0800 – 222- 4173.

 


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