SAN LUIS - Sabado 04 de Mayo de 2024

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Intercambio beneficioso para saber un poco más

Hacen encuentros una vez al mes para ayudarse entre todos los dueños de los campos a mejorar sus sistemas productivos. Además, convocan a otros colegas a participar.

Por Magdalena Strongoli
| 29 de julio de 2018
Fotos: Gentileza.

Apertura al cambio, solidaridad y trabajo son las herramientas que priorizan nueve productores y el asesor técnico, Alejandro Vergés, quienes componen el equipo "Los Algarrobos", creado dentro del programa Cambio Rural en 2015. Una vez al mes se reúnen en los distintos establecimientos, que en general están ubicados de la ruta provincial Nº 3 o sobre la Autopista de las Serranías Puntanas, para poner en consideración los problemas que han tenido en la campaña agrícola o en el año ganadero. Ya hicieron el encuentro de julio, del que participó la revista el Campo, y tendrán uno nuevo, cerca del 20 de agosto. Pretenden sumar más gente interesada en crecer a un costo relativamente bajo: pertenecer sale 1.000 pesos por mes.

 

Hay momentos en los que es necesario convocar a especialistas para tratar las inquietudes de los productores, que pueden estar basadas en el control de enfermedades o en aspectos de la producción de cultivos o hacienda. Como grupo, también participan de diferentes actividades que se hacen con el fin de dar a conocer cuáles son las novedades vigentes que ayudan a tener producciones con mayor sustentabilidad y buenos rendimientos. Por eso asisten a remates o a charlas que se organizan en todo San Luis.

 

La última reunión fue en Granville, a unos pocos kilómetros de Eleodoro Lobos, en el campo de Silvia Panini, que abarca toda la cadena de producción de carne. En la campaña agrícola anterior, debido a las condiciones del clima, que fueron bastante adversas y particulares, tuvieron problemas con los cultivos de invierno, ya que no crecían. "Tenemos un calendario ganadero que va de finales de junio hasta julio del año siguiente. De allí obtenemos datos técnicos, precipitaciones, ventas, engordes y porcentaje de mortandad, entre otros aspectos de la producción. En ese encuentro expusimos los números, que nos arrojaron bajas de hacienda en la salida durante la época más fría del año. Pusieron el ojo en la cadena forrajera, que es el programa en el que año a año se determina qué va a comer el animal. El problema fue en octubre, cuando escaseó el verdeo, un alimento fundamental para mejorar la condición corporal de la vaca antes de la parición. Lamentablemente no se desarrollaron como era esperado", contó el ingeniero agrónomo, quien indicó que pusieron el tema a consideración de los colegas para darle a Panini diferentes alternativas para mejorar las pasturas. "Llegamos a la conclusión de que debían consumir lo poco que había y reemplazar la alimentación con picado de sorgo que tienen en el campo de reserva y suplementos. Entre las sugerencias estuvo que si dentro del esquema de alimentación siguen con verdeos, deberán realizar tareas de fertilización. Otra alternativa es hacer la siembra antes de tiempo o plantar una leguminosa como la vicia en conjunto con la pastura, para que la oferta sea acorde a la demanda forrajera. Además, juntar agua en los perfiles es fundamental para el buen crecimiento de los cultivos de invierno", detalló Vergés, quien recordó que se trata de sugerencias y que cada dueño decidirá lo que le conviene.

 

Entre las fallas, Vergés encontró que  la semilla de avena implantada no fue la adecuada para un año demasiado frío. "Hubo cerca de 85 días seguidos de heladas, lo que retrasó el crecimiento de los cultivos. Además, faltaron lluvias en verano y otoño, a lo que hay que sumar una mala distribución del agua", dijo, y aseguró que así como en esta campaña hubo malos rendimientos en verano, la época fría no fue la excepción.

 

"En ese campo no hubo buena respuesta, pero no es porque haya un problema de base. Al contrario, creo que tiene tierras con un enorme potencial para hacer verdeos de buena calidad. Allí se pueden alcanzar rendimientos de hasta 6.000 kilos de materia seca y hemos logrado apenas 3.500. Se hace hincapié en la producción de verdeo porque es una muy buena alternativa en la alimentación, más que la pastura diferida, los granos o los suplementos", explicó el técnico que asesora a todo el grupo no solo en cuanto a los datos físicos, sino también sobre cuáles pueden ser las mejoras en materia económica.

 

El ingeniero agrónomo contó que Panini ocupa un lugar preponderante dentro del grupo. Es una de las fundadoras y además realiza trabajos administrativos para ayudar a Vergés en la organización de las reuniones mensuales. Ella es odontóloga y se hizo cargo del campo de su padre sin tener mayores conocimientos, por lo que la iniciativa de ser parte de ese equipo fue de gran ayuda para mejorar las condiciones productivas. "Allí hacen el ciclo completo de cría, recría y engorde, todo a corral. Trabajan sólo con la raza Hereford y en cuanto a las vaquillonas, cortaron el servicio para descartar la vaca que no quedaba preñada, ya que es un indicio de mala genética", explicó Vergés sobre la actividad que realizan en el campo.

 

Además detalló los avances que han tenido en tres años de trabajo. Silvia no conocía el paño y en este tiempo, gracias a los resultados positivos, se aferró al grupo en el que trabaja firme para darle continuidad al proyecto. "Hemos mejorado los números del establecimiento de manera considerable. El picado de sorgo en tres años pudimos estabilizarlo. Pasamos de tener aproximadamente 10 mil kilos a 40 mil de materia verde. También aumentó el rendimiento agrícola en maíz, con un piso de 4.500 kilos de rinde por hectárea. En soja pasó lo mismo. Lograron un mínimo de rendimiento de 1.800 kilos", explicó, y agregó que tuvieron buenos años en los que cuadriplicaron la producción de ambos granos.

 

En la ganadería también hubo cambios considerables. "Mejoramos los índices de reproducción. Estamos en el 75 por ciento de destete y una preñez de 97 por ciento en vaquillonas y vacas, mientras que hace tres años  no llegábamos al 90 por ciento. También el rodeo está más ordenado, con un aumento en el número de madres. De 170 subimos a 260 reproductoras. En aquellos primeros años el objetivo proyectado fue de 350,  una meta que consideramos que en el próximo año podremos alcanzar. Este campo para nosotros es una muestra de cómo con trabajo y constancia el grupo aporta mejoras y nuevas experiencias para todos", detalló Vergés, que aseguró que Panini dejó su profesión para dedicarle tiempo completo a la producción.

 

En cuanto a cómo trabajan y la manera en la que se conforma el grupo, el ingeniero contó que tiene un cupo de productores que "Los Algarrobos" no ha podido alcanzar. "Generalmente en Cambio Rural cada sector está compuesto por alrededor de 12 personas, que nos permiten una vez al mes visitar cada uno de sus establecimientos para analizar cómo trabajan en un año agrícola. También hay un técnico que hace los aportes que corresponden, ante situaciones de conflicto. Nosotros somos nueve y estamos interesados en completar la cantidad de productores. El costo es muy bajo. Cada participante paga 1.000 pesos al mes que son para cubrir los gastos del asesoramiento técnico", dijo Vergés sobre la modalidad de trabajo a la que quieren invitar a otros interesados para que sean parte de una experiencia que puede ser muy rentable para las labores diarias, como bien lo demostraron los números en el campo de la familia Panini.  

 

"Para las personas que no saben cómo administrar esta clase de negocios, los grupos de Cambio Rural resultan fundamentales para tomar buenas decisiones. También se da que en cada encuentro y a medida que pasan los años, el equipo encuentra un sentido de pertenencia que inevitablemente genera una contención a nivel humano", contó el asesor agrícola, como una forma de dar cuenta que no solo se hace un asesoramiento técnico, sino que como en todo vínculo se entrecruzan aspectos emocionales que deben ser armoniosos y productivos. Nadie se une a un grupo de Campo Rural para hacerse mala sangre o crear conflictos con los demás participantes. Hay buena onda y se nota.

 

"La idea de ser parte de un equipo de trabajo con esas características es que ayuda a tomar decisiones", analizó sobre una práctica en la que es sabido que hay dinamismo y pocas recetas sobre lo que está bien y mal. "En las reuniones mensuales seguimos un protocolo de trabajo. Se trata de largas jornadas de trabajo en las que al comienzo se plantean las inquietudes del establecimiento que visitamos. Al final hacemos las devoluciones sobre lo que creemos que se hace mal o sobre aquello que necesita mejorar. Siempre son sugerencias, la última palabra es del productor".

 

Hay también una ronda de novedades sobre lo que pasa en el resto de los productores del grupo. Al término, se hace una recorrida por el campo en el que se muestra con qué clase de sistema se produce. Primero hacemos evaluaciones sin el dueño al que transmiten las respuestas una vez que abrocharon las conclusiones. "La modalidad es antigua y tiene una base de pedagogía que evidentemente ha sido útil para los productores que pudieron experimentar un muy buen crecimiento. Como grupo, siempre son más fuertes para cualquier actividad: comprar materia prima, contratar un técnico o un especialista o transformarse en una asociación. Eso es lo que yo llamo la utopía de un grupo, que se da cuando alcanzan una identidad", dijo Vergés, que gusta del trabajo mancomunado en el que existe un ida y vuelta permanente.

 

"El único objetivo es que cada uno de los miembros crezca. Los datos que relevamos no tienen la finalidad de ser expuestos, sino recabar información concreta que nos ayude a saber dónde estamos parados. La idea es poder contrastar casos productivos únicamente para mejorar", dijo refiriéndose a los hombres de campo que a veces se muestran reticentes a abrir sus tranqueras para que otros opinen sobre lo que hacen.

 

"Contamos con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente, Campo y Producción, la Universidad Nacional de San Luis, algunos comercios y técnicos vinculados al sector y el INTA, que fue con quien dimos los primeros pasos antes de transformarnos en un grupo independiente", enumeró.

 

La responsabilidad y el compromiso son fundamentales para poder trabajar por los otros. Por eso juntarse para pensar las mejores soluciones es el primer requisito para ser parte de "Los Algarrobos", el grupo Cambio Rural de San Luis que siempre va por más. 

 

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