Vecinos del barrio Padre Mujica reclaman por el estado de las casas

La desilusión vuelve a tocar las puertas de las viviendas del barrio Padre Mujica, entregadas por el Municipio en abril de este año, en un polémico acto donde se dejó al descubierto que más de un tercio de las casas aún no estaban terminadas. Ahora, los vecinos denuncian que sus hogares están “mal hechos, se junta agua, provoca humedad; y se caen las persianas, puertas y lavatorios”. Lo peor de todo es que la empresa constructora les dio un año de garantía, pero cuando hacen el pedido de refacciones en la Secretaría de Vivienda, nadie los asiste.

Fueron entregadas por el Municipio de San Luis en abril de este año, en un polémico acto donde se dejó al descubierto que más de un tercio de las casas aún no estaban terminadas.

El Diario entrevistó a dos vecinas, que pidieron resguardar su identidad, ya que las amenazaron con desadjudicarles las viviendas si continuaban con las denuncias públicas. “La humedad es terrible. Las planchuelas se oxidaron y cae todo el óxido. La mayoría de las casas tiene el techo trizado y en algunas se llueve adentro”, dijo una de las mujeres, quien vive en la manzana F. Las casas fueron construidas por la empresa Serins San Luis SRL, con un sistema de telgopor encastrado, que ya se utilizó para el barrio lindero Néstor Kirchner. Los muros poseen 14 centímetros de espesor, con un alma de polietileno expandido de alta densidad, recubierto por mallas metálicas y revestidos de concreto.

A ella le había tocado su vivienda en la manzana A, eje del conflicto, ya que en esa y en la B estaban ubicadas las cuarenta y ocho casas sin terminar. “Yo fui a la última reunión y me dijeron que las casas estaban listas para habitar, que tenían luz, agua, todo. Ese día me traje los niños y dejé el alquiler. Yo quería quedarme igual, porque no tenía a dónde ir. La casa no tenía portafocos, enchufes, inodoros, canillas, ni nada. Las puertas y ventanas era lo único que había”, recordó la adjudicataria, que según contó, finalmente fue cambiada de manzana por haber hecho pública la situación en un noticiero. Y asegura que desde el primer momento tuvieron problemas, “nunca las terminaron bien, la mitad del barrio tiene su casa destruida, porque están mal hechas. Las manzanas A y B, son terribles, están destrozadas. Esa gente a mí me da apuro, no pueden andar viviendo así, y menos con niños”.

“Ellos deberían haber entregado la casa en condiciones, no así. Cuando nos vinimos a vivir ellos seguían trabajando, no estaban listas. El sistema de construcción también es dudoso, no se ven estables, si viene un viento fuerte nos vuela”, agregó. Allí los vecinos abonan una cuota de $250 por mes para poder contar con su vivienda, por eso exigen las reparaciones. “A mí me quisieron destapar las cañerías, me rompieron el caño madre de cloaca y me salía el agua por los cerámicos de la pared. Faltan las terminaciones en las puertas y aberturas, no tengo persianas”, contó otra mujer, quien vive en la manzana A y es mamá de cuatro hijos, dos de ellos discapacitados. “Yo tengo mi hija que tiene un problema en el pulmón, ella no puede respirar polvo ni tener humedad, y acá es todo lo contrario. Mi otro nene tiene epilepsia, y también cualquier cosita le hace mal.  Me cansé de ir a reclamar, nunca me dieron una respuesta. Nunca vienen a ver, siempre prometen que vienen pero no parecen”, contó.

En su casa también hay desprolijidades desde el primer día. “Me colocaron pisos de distintos colores, porque no tenían piso y lo hicieron con lo que quedaba. Me dieron la pintura para que yo la pinte, pero no lo voy a hacer hasta que no lo arreglen. Y no tengo sillas ni camas, no me dieron nunca los muebles que prometieron. Estamos durmiendo en el piso”,  agregó la mujer, quien pidió no figurar con nombre y apellido ya que “vinieron a amenazarme diciendo que me iban a desalojar, pero yo no estoy haciendo política, estoy reclamando lo que es de todos. No quiero que me vengan con mentiras”.