Villa Mercedes: provocaron destrozos en la escuela "Maestra Sarden"

Con un tono de preocupación y congoja, Elena Pastor, la directora del Centro Educativo Nº 69 “Maestra Olga Sarden”, en el corazón del barrio Obras Sanitarias, enumeró los destrozos y daños que produjeron manos anónimas y malintencionadas en el playón deportivo que está al fondo del predio y en parte del edificio. Los vándalos, aparentemente gente de la zona, arrancaron chapas, removieron los caños respiradores de los baños, rompieron los radiadores de los equipos de aire acondicionado y desprendieron parasoles. Además, arrojaron piedras a las puertas que dan al patio por lo que quedaron los vidrios desparramados en el piso.

A pesar que un vecino llamó a la Policía para avisar que algo ocurría en el colegio, la directora no se enteró hasta que llegó al lugar.

Cuando Pastor emprendió el camino hacia la apreciada escuela, en donde desempeña su cargo directivo desde hace ya catorce años, no creyó que iba a encontrarla convertida en un desastre. A pesar que un vecino llamó a la Policía para avisar que algo ocurría en el colegio, la mujer no se enteró hasta que llegó al lugar. “La mañana del lunes, cuando fui a trabajar, me encontré con los daños en el patio, en lo que es el playón de la escuela. Ya me habían amenazado de que lo harían porque entra gente a jugar al fútbol, han cortado paneles completos del cerco perimetral y como les dije que se fueran, me contestaron que me iban a romper la escuela”, relató preocupada.

La docente graficó que los malvivientes ingresaron por el frente y por la parte trasera. “Por adelante rompieron una canilla con la que regamos las plantas y, por detrás, cortaron el cable del mástil, rompieron parasoles, los vidrios de unas puertas de acceso al patio y, porque desclavaron las chapas del techo, ahora se va a llover”, se lamentó.

La lista de daños incluye el corte del cable del mástil de la Bandera, con el que envolvieron uno de los equipos de aire (como para llevárselo), con una de las rejas hicieron palanca en las chapas que cubren las lucarnas (los ventiluces) de los baños, desensamblaron los caños respiradores, rompieron el radiador de los acondicionadores que están en el sector del jardín de infantes, desprendieron parasoles y loneras.

“Es una pena porque la escuela está en el corazón del barrio y todo deterioro en ella impacta directamente en el barrio. Pero pasa que no atienden mis reclamos: he pedido que la Seguridad Comunitaria esté en horario que no hay nadie y nunca me dieron el servicio. La gente que hay no la dejan mover de la puerta y el patio está detrás. He estado trabajando en mi escritorio y cuando salgo la escuela está invadida, tengo que sacarlos yo porque el personal dice que no les permiten hacerlo porque como son gente del barrio y las coordinadoras no quieren llevarse mal”, indicó Pastor.

La directora contó que no es la primera vez que ocurre, sino que ha realizado varias denuncias previas, pero por la inacción de las fuerzas de seguridad en esta oportunidad prefirió no hacerlo, y sólo lo difundió en los medios locales. Según estimó, serían ex alumnos que residen en los alrededores, y que el viernes 19 entraron al colegio y ella los obligó a retirarse de las instalaciones.

Pastor no pudo precisar los costos que implicarán los arreglos pero contó que César Ponce, del programa Infraestructura del Ministerio de Educación le comunicó que irían hasta el edificio educativo para evaluar los destrozos y que la repararían antes del inicio de clases del próximo año que está previsto para el lunes 2 de marzo.

“Creo que la situación cambiaría si pusieran gente cuando no hay nadie para cuidar la escuela, si hicieran un playón en el barrio, con iluminación, para que puedan ir a jugar, si la policía pasara en rondas, si las empresas pusieran cosas de calidad en cada reparación”, opinó.

La preocupación y el dolor de la directora ante los hechos también lo compartían el resto de los docentes. Si bien las clases concluyeron el pasado 19, la escuela seguirá con personal durante el verano.