SAN LUIS - Sabado 28 de Junio de 2025

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La abuela del nene muerto: "Cecilia miente, ella dijo que vio cuando Dilan tomaba fernet"

Por redacción
| 28 de febrero de 2015
La casa de Dilan. Rosa dijo que estuvo allí el día que el nene su puso mal, y que Cecilia no le comentó nada.

Rosa Escudero se resiste a hablar, y pide que respeten su dolor. Aun así, ayer le confió a El Diario de la República que todavía no se había sobrepuesto por la muerte de su marido cuando la tragedia volvió a sacudir a su familia el viernes 6 de febrero, el día que Dilan Sergio González, su nieto de 3 años, murió en el Hospital San Luis por una intoxicación alcohólica. Ella no cree en las explicaciones que su ex nuera, Cecilia Mercado, dio sobre cómo Dilan ingirió una cantidad tal de alcohol que le causó un cuadro de convulsiones incontrolables. Cecilia “miente al decir que hacía dormir a la hermanita menor de Dilan, que no vio cuando el niño tomó lo que tomó. Delante de mí y de un médico de San Luis dijo que vio cuando el niño bebió fernet de una botella que estaba al frente de su casa. Después, a mi hija le dijo otra cosa, que a la botella de fernet la tenía ella en el modular”, aseguró. 
Para Rosa no hay dudas de que la muerte de su nieto es consecuencia de un delito, o de la conducta negligente o irresponsable de su ex nuera. “El juez (Leandro Estrada)  dice que hay delito… No creo que esté pagado para decir una cosa así. Y creo que los médicos tampoco están pagados para decir que estaba intoxicado. Que el chico ha tomado alcohol, ha tomado.  También sospecho que quizás ha habido otra cosa. Además, dicen que fue abusado. Si es así, ¿dónde estaba Cecilia cuando eso pasó?”, se preguntó. 
La mujer refirió que está enteramente dispuesta a colaborar con los investigadores. “Esto ya está en manos de las autoridades de la Justicia. Quiero que esto se averigüe y que se castigue a quien sea responsable. La muerte de Dilan no va a quedar impune, y si tenemos que salir a cortar la calle, lo haremos”, prometió. 

 


"Ella se levantaba de dormir a las 13:30" 
Escudero es madre de Sergio González, el joven de 25 años con quien Cecilia tuvo a sus tres hijos: un varoncito de 7 años, Dilan y una beba de un año y dos meses. La señora conoce a Cecilia desde que ésta era adolescente, cuando comenzó a salir con su hijo. Cecilia vivía frente a la casa que Rosa supo habitar en el barrio La Ribera hace unos años. 
La separación de la joven pareja –según Cecilia, la relación terminó hace un año y medio– no la distanció de sus nietos, dijo Rosa. “La verdad es que he querido y tratado a Cecilia siempre como a una hija. Y la he ayudado mucho, en todo lo que he podido. Si bien en un tiempo mi hijo no le daba dinero para los chicos, yo sí lo hacía. La casa en la que ella vive –que está en la zona conocida como Kilómetro 4, en el sector norte de la ciudad– se la levanté yo para que tuviera un techo para ella y los chicos. Además, le llevaba mercadería de modo permanente. Si no estaba, le dejaba la carne o el yogur en la heladera del vecino. O le dejaba dinero para que tuviera para los alimentos del día siguiente. Los vecinos son testigos de esto, pueden decirlo”, aseguró.
“Inclusive le llevaba la comida lista para que le diera a los niños –agregó–. Ella no trabaja ni ha trabajado. Sólo tenía que cuidar a los niños. Si alguna vez le faltó de comer fue por vagancia. Muchas veces, cuando yo iba a las 13:30, ella recién estaba lavándose la cara”. 
Dijo que la gente del barrio también sabe que la casa de Cecilia era habitual punto de reunión de personas que se juntaban a beber alcohol. “Pasa que ahora no quieren hablar”, dijo. 
Rosa contó que a la par de darle la plata para cubrir las necesidades de sus nietos, solía ayudarle con algunas tareas. “Yo iba de mi casa al Kilómetro 4, buscaba al nene más grande, lo llevaba a la escuela y me iba al trabajo. Y después, salía de mi trabajo, lo iba a buscar al colegio y se lo dejaba” en su domicilio, resumió. Y algunas semanas ese nene se quedaba en su casa, en la calle General Iwanowsky, dijo.
El lunes 2 de febrero, cuando Dilan comenzó con las convulsiones y lo internaron, Rosa estuvo en lo de Cecilia. “Fui como a las 17. No entré, me atendió en la puerta de la casa, donde tomamos unos mates. Ella me dijo que no metiera bulla, que Dilan dormía la siesta, por eso no lo vi. No me resultó extraño que estuviera durmiendo. Ella no me comentó que el niño estuviera mal o enfermo. No dijo nada”, recordó. “Ahora creo que ya había tomado la cosa, y que por eso el chico dormía”, razonó. 

 


"Se dejó de macanas un tiempo, y después volvió a lo mismo"
Luego de que el chiquito fue hospitalizado, la abuela tuvo contacto con Cecilia, y hablaron sobre lo que había sucedido antes de que Dilan comenzara a tener el malestar. Pero a ella le dio una versión distinta que a otros. “A nosotros nos dijo que vio cuando el chico tomó de una botella de fernet. Lo dijo frente a mí y un médico de San Luis cuando le pregunté. Indicó que esa botella de fernet estaba frente a su casa, es decir, que el recipiente no estaba adentro, sino que el niño lo había tomado de afuera de la vivienda. Después le dijo a mi hija que a la botella de fernet la tenía ella en el modular de su casa. Así que uno no sabe cuál es la verdad”, manifestó.  
Esas diferencias en los dichos de Cecilia son los que han despertado la incredulidad, la sospecha y el malestar de Rosa. “Yo sé bien, porque he visto a la ‘pendejada’, que en la casa de ella había ‘juntadero’ –en referencia a que se reunía gente a beber–. El año pasado le comenté esto a una asistente social de la sala (del barrio) El Pimpollo, para que la asustara, cambiara la actitud y  no le quitaran a los niños. Ella fue, se ve que algo le dijo, y un tiempo (Cecilia) se dejó de macanas. Pero volvió a lo mismo. E inclusive yo misma le hablé. Le dije un montón de veces ‘no hagas eso, esta casa es para que vivas con tus hijos, no para que hagas juntadero, mirá que te pueden quitar a los chicos, como le pasó a tu hermano’. Ella me contestaba ‘sí, sí, está bien’. Nada más. ¿Qué clase de madre sos si hacés juntadero y están tomando y tenés a los niños ahí?”, interrogó. 
Supone que antes de que el niño empezara con las convulsiones, Cecilia estuvo en su domicilio con amigos, fumando y consumiendo alcohol “y quizás alguna otra cosa”. Y recordó un detalle que, para ella, puede ser un indicio de que en la casa hubo una reunión: en la puerta de la casa había tiradas "como 50 colillas de cigarrillos". 

 


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