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Un acuerdo que mueve la aguja de la política

Por redacción
| 17 de marzo de 2015

Así como los autos o los aviones traen una cantidad de aparatos de medición que son unas agujas que se mueven, en la política se dice también que “se movió la aguja” o no. La política argentina lleva muchos años sin mover la aguja, es como demasiado previsible y sobre todo, desde que han ido los partidos políticos descartando sus ideologías, sus plataformas, sus líneas de pensamiento y aunque tienen matices distintos, piensan igual. Lo llamativo es que los partidos han dejado de ser tales y han pasado a ser personalismos: una persona los lidera y no hay una mesa de conducción, ni un grupo que piense, no hay reclutamiento de liderazgos.

 

¿Tiene chances Sanz de ganar la elección interna a Macri? Sí, lo que no se sabe es si habrá voluntad en el radicalismo de apoyarlo con fuerza porque para la militancia joven -lo que sería Franja Morada- es muy difícil reconstruirse de este terrible golpe, de renunciar a todas las banderas y de alguna manera ser socios del macrismo.


En Gualeguaychú se hizo la Convención de la Unión Cívica Radical para decidir si harían o no alianza con Macri y con la Coalición Cívica, de Elisa Carrió. Hubo 330 convencionales de todos los rincones del país, con dos posturas: una la alianza con el grupo Macri-Carrió y la otra que hubiera una interna con todos los sectores, incluyéndolo a Massa, como un gran frente opositor. La primera era liderada por Sanz y la segunda por Cobos y Alfonsín, entre otros conocidos. 
Se considera Gualeguay-chú tierra “macrista”, porque Macri se convirtió, desde Alfredo De Angeli, en uno de los principales opositores al gobernador, con aspiraciones a candidato a presidente. Todo fue bastante emblemático, con los colores del radicalismo.  
Tal como se había adelantado en la previa, la posición de Sanz se impuso con una mayoría de votos. Estaban Julio Cobos, Gerardo Morales y Ricardo Alfonsín, con otra posición que tuvieron que resignar. Arrancó la Convención con discusiones sobre impugnaciones, se sucedieron varios cuartos intermedios para dar lugar a las negociaciones y el debate cobró voltaje a partir del discurso de Sanz. Hasta que se llegó al acuerdo con Macri y Carrió.
El radicalismo tiene su propio folclore y para que nunca llegue el agua a rebalsar la copa y alcance el momento de fractura, hace una votación previa y vota. Cada uno sabe los votos que tiene, porque lo propone cada uno de los candidatos de los referentes de las distintas líneas que van a enfrentarse. Entran al recinto sabiendo quién ganó. Y esto de alguna manera aminora el impacto, porque los otros se quedan y hay una última negociación. Hacen un último acuerdo menor para que no haya tan fuertes vencedores y vencidos. Esto es ya común y propio de la lucha de las estudiantinas o las reuniones de estudiantes donde siempre se hace una primera votación para saber cómo está la cosa.
Las decisiones eran dos, porque o iban todos a las PASO en un marco más grande donde pudiera estar incluido Massa, o directamente el acuerdo era con Macri, porque Carrió es una socia menor. Cuando Carrió llega a la candidatura a presidente tiene muchísimos menos votos, sacó dos puntos la última vez, pero cuando es candidata a diputada nacional sí tiene más aceptación. Como que el pueblo de Buenos Aires la ve más como legisladora o denunciante, esa tarea que hace ella bien estrepitosa de fiscal de la República.
Vamos a poner las cosas en su lugar: el acuerdo es UCR-Macri. ¿Quién pierde en esto? Automáticamente queda afuera Cobos, porque la propia Convención Radical además decidió la candidatura de Sanz. Esto tiene gran implicancia porque tanto Sanz como Cobos son de Mendoza, allí se generó esta luz que tenía el radicalismo de Mendoza sobre el país. Se generaron dos liderazgos, muy fuerte el de Cobos por aquello de la Resolución 125 (la resolución del campo). Antes de eso Cobos venía con acciones caídas dentro del radicalismo porque era el vicepresidente de Kirchner. Esto del voto “no positivo” generó una nueva expectativa y lo convirtió en el candidato más fuerte de los radicales. Eso fue reconocido en la propia Convención y se dijo que en el radicalismo el mejor posicionado en las encuestas era Cobos. De todas maneras, el radicalismo eligió no sólo la alianza, sino la candidatura de Sanz.
Cobos al salir dijo que resignaba su candidatura, como otros aspirantes que no han hablado todavía, como Alfonsín y Morales que han sido candidatos y precandidatos en diversas oportunidades a presidente o vice.
¿Qué va a pasar? ¿Por qué mueve el amperímetro? Porque esto lo desequilibra muy fuertemente a Massa y muy fuertemente al kirchnerismo, que soñaba con ver separados los candidatos y ahora se le han juntado tres candidatos importantes, como Carrió, Macri y Sanz, con la UCR. El problema principal que tenía Macri es que era un candidato de la ciudad de Buenos Aires, que no prende en el interior, nunca un porteño prende en el interior. Es muy difícil. Igual que Carrió, que era una candidata de la ciudad de Buenos Aires que no tenía nada en el resto del país, salvo que encontrara algún candidato importante, pero en general en el resto del país no movía las agujas. Ahora el radicalismo le presta a Macri un gran andamiaje que es todo el interior del país.
¿Qué piensan en el fondo? ¿Por qué el enojo? ¿Por qué el radicalismo terminará aceptando estas reglas de juego? Por supuesto es revulsivo para la historia del radicalismo, que se siente o se ha sentido revolucionario en su momento -al punto que se llama un partido radical-, que de golpe se haga este acuerdo donde supuestamente hay una alianza con el conservadurismo tan criticado en la historia del radicalismo. Si el radicalismo ha tenido como contrincante han sido los conservadores y después el peronismo.
Los militantes al final se expresaron con mucha bronca, algunos de los más jóvenes. Pero los más sensatos ven también una ventaja, si bien le prestan el andamiaje a Macri y le pueden dar al posibilidad que triunfe en la interna y se convierta en casi uno de los referentes más importantes frente al kirchnerismo. Los radicales piensan que como no tiene nada en el interior podrán poner diputados nacionales y varias gobernaciones. Éste es el juego del poder radical: “Dejamos de costado los principios y tratamos de ganar espacios políticos. Y después vemos”.
La gente de Sanz especula que a último momento pueda bajar su candidatura, ser el vice de Macri e imponerle todos los liderazgos territoriales en el resto del país, que no sea Capital Federal. Creo que acá está el gran tironeo de Macri, si llega a tener una posibilidad de triunfo vendrá con cero poder. Esto no está mal visto en el mundo de la política, porque un presidente con poco poder es más flexible o tiene que negociar todas las medidas con los lobby y los grupos de presión, que a veces quieren un presidente débil.
¿Tiene chances Sanz de ganar la elección interna a Macri? Sí, lo que no se sabe es si habrá voluntad en el radicalismo de apoyarlo con fuerza porque para la militancia joven -lo que sería Franja Morada- es muy difícil reconstruirse de este terrible golpe, de renunciar a todas las banderas y de alguna manera ser socios del macrismo.
El macrismo no es un partido político, es un personaje, atrás de Macri no hay nada, no hay estructura, pensamiento, nada. Son sólo intereses que siguen a una persona que tiene mucha plata, que quiere ser presidente y tiene una gestión en la Ciudad de Buenos Aires muy apoyada por la prensa, pero deja mucho que desear. Ésa es la pura verdad y la militancia lo sabe. Entonces adscribir a esto, a un personalismo así, que si llega a ser presidente no tendrán ningún canal de diálogo o discusión… es muy difícil.
Puede ser que el radicalismo a último momento haga la gran De la Rúa, que se pensaba que iba de punto frente a Chacho Álvarez y le terminó ganando la interna. Fue la misma situación, el radicalismo dijo que no entregaba las banderas y fueron detrás De la Rúa y lo llevaron al poder. Puede pasar lo mismo acá. Si los distritos radicales desde el interior del país se unifican e imponen a Sanz frente a Macri, es probable que le ganen.
Para Macri los datos tienen que ser sorpresivos porque si ve que le va mal, buscará la forma de patear el acuerdo y no aceptarlo. Esto ténganlo en claro, lo de Macri es una cuestión personal y lo decide todo él. Si él no es, lo va a patear. Él ya quemó las naves, quiere ser presidente y va a hacer todo para serlo.
Hay mucho olor a poder y esto racionaliza mucho las pasiones y hace que se aminoren y se encaucen. Pero lo cierto es que es uno de los pocos hechos políticos que mueve el amperímetro, se sacude la clase política con una decisión como la de Gualeguaychú. No es una decisión menor.
Massa queda preocupado, lo deshilacha mucho porque él había hecho un acuerdo con algunos líderes y resulta que ahora este acuerdo con el radicalismo lo coloca a Macri. Veremos las encuestas posiblemente en 10 días, el acuerdo Macri-UCR  va a dar más que Massa, lo sacan de juego. Empieza a caerse y aparecerá un “no sabe, no contesta” en ese espacio. Salvo que dé un golpe de efecto muy fuerte Massa, creo que va a tener dificultades.
¿Quién se favorece? Tal vez algo el Peronismo Federal, donde van a obligarse por ejemplo a que los líderes encuentren un espacio. Porque los líderes del Peronismo Federal con la UCR muy difícil, y con Macri es muy difícil. ¿Por qué? Porque no es peronista, no viene del palo, el peronismo es muy generoso y puede hacer una alianza con una persona de derecha, de izquierda sin ningún problema, en tanto y en cuanto esa persona no tenga cargos de conducción. El peronismo de raza, el de estirpe no lo acepta. Aceptaría un Macri senador, diputado, ministro de Economía, pero no conductor del peronismo.
El radicalismo está a punto de aceptarlo, lo cual es complicado para ellos. Puede ser una especulación de poder, de manejarle todos los resortes de poder en un frente que es como una cosa circunstancial, pero tiene que ratificar la plataforma, lo tienen que convencer a Macri de escribir una plataforma y acepte los principios del radicalismo. También a Carrió, que no sé si va a ser tan fácil. Pero si no dibujan una plataforma que conforme a los chicos de Franja Morada le va a resultar muy difícil digerir este paso. 
Como cosa positiva para la política argentina es que se movió el amperímetro, nadie puede estar ahora sonseando con el poder, porque han hecho un llamado de atención. A favor o en contra, a mí no me gusta, pero es así. Esto mueve el amperímetro. Es para pensar.
Los más jóvenes y los históricos deben digerir si lo van aceptar o no, y si lo aceptan van a tratar de tener más poder que Macri, dentro de la supuesta elección.
Hay que ver también en los grupos de poder de los medios de comunicación, cómo lo ven y a quién van apoyar y florear, porque tanto Macri como la UCR están muy entreverados con el poder de la prensa. También esto influye.
Si el radicalismo digiere rápido esto, se pone atrás de Sanz y hace una fuerte campaña interna para ganarle a Macri, le puede ganar perfectamente, pero ¿lo hará? Aparentemente no hay esa voluntad y como ha sido muy forzado el parto éste, es complicado.
El radicalismo de San Luis, si aceptara el pacto Pro, seguramente llevará candidato a todos y el Pro estará muy debilitado porque el Pro en San Luis prácticamente tiene muy poco. En una interna es probable que sean los candidatos del radicalismo prendidos a Macri. Y el Pro va a quedar como con nada, esto es lo que insinúan que será en todas las provincias.
Es un juego de poder evidente, esto es, cuánto digiere la militancia radical del acuerdo  Sanz–Macri. Si lo digieren rápido y se posicionan, creo que hasta tienen mucha chance de ganarle a Macri. Hasta diría que da la tentación que alguno le preste los votos a Sanz (es un chiste).
Vi la formación de Franja Morada y conocía a prácticamente todos sus líderes y conversábamos en los bares de la facultad, nosotros desde el peronismo y ellos desde el radicalismo. Compartíamos la mesa, discutíamos y en el fondo estábamos todos en contra de la dictadura, en ese caso Onganía–Lanusse. Las discusiones eran sobre quiénes eran más revolucionarios que el otro. A nunca nadie se le ocurrió hablar bien de Alsogaray, y hoy de alguna manera el seguidor de Alsogaray es Macri. 
Tenemos en Santa Fe el caso de la alianza con el “Lole” Reutemann y ya sentía que a la senaduría la tenía en el bolsillo. Reuteman es un caso especial en la política, viene de ser un corredor de auto, famosísimo, querible, conductor de la Fórmula 1. ¿Qué piensa un conductor de Fórmula 1? Que tiene un equipo, prepara el auto, otro pone la plata, se pone el traje, sube y sale. Ya tiene todo preparado. El “Lole” ha demostrado a través de la política que él no tiene esa capacidad estratégica, sino que tiene la capacidad de correr bien el auto que se lo han preparado. Esto hizo cuando al auto se lo preparó Menem, subió y ganó.
Ahora le prepararon el auto los del Pro, para que suba y tenga la senaduría, lo que pasa que ahora le sale un equipo al lado, hay que ver si los Pro de Santa Fe son más Pro radicales o Pro peronistas. Si son Pro radicales por ahí le hacen una trapisonda y le votan al candidato radical. Me parece que se confió mucho, subió al auto mucho antes de la carrera, no sé si llega a estar preparado para el día de la carrera que son las PASO.
Éstos son los cimbronazos que habrá en cada una de las provincias.
Sanz tendrá problemas en Mendoza, porque ahora se le vuelve Cobos a Mendoza y me parece que no va a quedar ni la hilacha de Sanz en Mendoza. Porque Cobos recuperará el poder en Mendoza y se volvió muy molesto. Morales en Jujuy, es otro caso distinto, el Pro no apoya nada en Jujuy. Seguramente va a manejar todos sus candidatos, es un caso que muy probablemente cambie con un discurso muy fuerte y se va acomodar a la situación rápidamente.
Al radicalismo le va pasando lo mismo que al peronismo. El peronismo dejó de ser un partido nacional y es una confederación de partidos provinciales, donde se acomodan según sus interesas. Muy pocos son los que mantienen las ideas del peronismo, los partidos peronistas provinciales.
Pensemos que esta alianza fuera exitosa y que llegaran al poder o perdiera Macri la elección final. Si pierde queda con muy poco poder, con el de la Ciudad de Buenos Aires que es el que tiene, el resto es probable que sea radical.
La Convención de Gualeguaychú se convirtió en una convención histórica del radicalismo por haber, de alguna manera, hecho esta alianza que cede poder aparentemente, y mucho, sobre todo la conducción. ¿A otro partido? No. ¿A una asamblea? No. A una persona con mucha plata.

 


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