Informe: El negocio millonario del Gobierno detrás del 4G

Detrás de las seductoras publicidades que ahora sacan a relucir el 4G como la vedette del momento, el gobierno nacional y las compañías telefónicas cerraron un negocio de más de 2 mil millones de dólares, correspondientes a la licitación del espectro, es decir al “aire” por donde transmitirán la nueva frecuencia y un restante para la tercera generación. Así, las empresas prometen aumentar la velocidad para la transferencia de datos (subir imágenes, jugar online o descargar películas) y descomprimir las redes existentes, lo que en teoría permitirá hablar por celular sin cortes mediantes.

La operación millonaria tomó la forma de una subasta de frecuencias de la cual participaron las empresas Movistar (Telefónica Móviles Argentina), Claro (AMX), Personal (Telecom) y Arlink (del Grupo Uno de los empresario Daniel Vila y José Luis Manzano). Esta última fue la gran sorpresa ya que en un principio esperaban la oferta de Nextel y Cablevisión, dos firmas que desistieron por considerarlo un proceso costoso y armado para las firmas “amigas”, una condición totalmente opuesta a la que vive la unidad de negocio del Grupo Clarín.

Pero más allá de los beneficios que significa la llegada de la cuarta generación, la maniobra responde a una misión permanente de la Nación: juntar dinero, y si es en dólares, mejor.

“Hay un claro objetivo recaudatorio en una licitación que vuelca tanto espectro todo junto al mercado. Se trata de la mayor subasta de espectro de la historia. Y es un hecho común en la región que los gobiernos salientes busquen cerrar concesiones o licitaciones de importancia que tienen al alcance de la mano, lo que les permite no sólo recaudar fondos de uso poco condicionado, sino también intervenir en la conformación del mercado y, en el transcurso, ganarse favores. Ésa fue, por ejemplo, la política de Carlos Menem con la licitación del espectro PCS en 1998/1999”, explicó el politólogo y especialista en telecomunicaciones, Gustavo Fontanals.

Mientras que la Secretaría de Comunicaciones de la Nación señaló que por el total de los 10 lotes ofertados recibieron “propuestas económicas” por 2.233 millones de dólares. “Gracias a la licitación de bandas de frecuencias de 3G y 4G, las empresas contarán con mayor espectro disponible dentro del cual operar y con ello ofrecer un mejor servicio para los usuarios. El correcto funcionamiento de la telefonía móvil no sólo depende de la disponibilidad del espectro sino también de las inversiones que las empresas hagan en distintos aspectos, por ejemplo, uno de ellos es las antenas. Además, en particular, el 4G funcionará como una autopista alternativa al 3G, ofreciendo un servicio de última tecnología con mayor velocidad de conexión y descarga, mejorando la calidad de las aplicaciones del móvil. Esto significa que descomprimirá las redes de 2G y 3G mejorando las comunicaciones de voz y datos en todo el territorio nacional. Las comunicaciones de voz funcionarán mejor, por un lado con el 2G y 3G, y el servicio de datos será más rápido, por el otro lado, con el 4G”, agregó el organismo que depende del Gobierno Nacional.

Consultado por El Diario de la República, el jefe de operaciones de Movistar en San Luis, Daniel Suarez dijo que piensa ofrecer el 4G en la Provincia para antes de julio. “La estructura está casi terminada. Y toda la región de Cuyo va a tener un despliegue muy importante”, aseguró, mientras que Claro contó que el armado de sus nuevas redes está dividido en dos etapas centrales: para junio tienen proyectado habilitar el servicio en Buenos Aires, Rosario, Córdoba y Mendoza, y para antes de fin de año, en San Luis, San Juan, Bariloche, Neuquén, Mar del Plata, Comodoro Rivadavia, Tucumán, Santa Fe, Resistencia, Posadas, Paraná, Jujuy, Corrientes y Bahía Blanca. Lo que establecería para el cierre del 2015, alrededor de 1.200 sitios activos para la prestación del "4G LTE", en su lenguaje más técnico (“Long Term Evolution”, es decir, la “Evolución de Largo Plazo”).

Los tiempos preestablecidos responden a una de las obligaciones que las compañías asumieron a la hora de ofertar. Entre ellas, exigen “cubrir las capitales provinciales, los corredores nacionales, provinciales y ciudades de más de 500 habitantes en un plazo máximo de 5 años, con metas intermedias”; “desplegar una tecnología 4G conforme a los estándares internacionales preestablecidos” y “compartir la infraestructura para promover la eficiencia del despliegue (reducción de costos, tiempo, impacto visual, etcétera)”, entre otros puntos.

A la espera de su llegada oficial, millones de usuarios –en casi todo el país- todavía reniegan por las deficiencias en la prestación de las mismas firmas adjudicadas, como la falta de señal para recibir mensajes, llamar o usar internet (a través del 3G). Sin embargo, toda promesa despierta algún grado de esperanza para cambiar o actualizar el equipo, una tendencia reflejada en cifras millonarias y motivada por el gran fenómeno de la comunicación digital.