Frente a la falta de respuesta de la Universidad Católica de Cuyo (UCC), los estudiantes comenzaron a organizar, a través de las redes sociales, una segunda movilización para el mes de mayo para solicitar mejoras edilicias frente a la negativa de bajar los aranceles. Afirman que la institución les informó que no podían hacer nada y que no hubo cambios ni reparaciones. La primera vez que marcharon fue como respuesta a una suba del 40 por ciento en la cuota mensual.
“Nos dijeron que no van a cambiar nada, ni mejorar los servicios ni bajar la cuota. Por eso estamos organizando una nueva movilización para hablar con las autoridades para que nos den una solución”, aseguró Javier Martínez, estudiante de Diseño Gráfico.
Él, junto a otros alumnos, comenzó a movilizarse nuevamente a través de las redes sociales frente a la falta de solución de la institución. “Empezamos a cursar de nuevo y estamos en peores condiciones que el año pasado. Cada facultad habló con su decano y nos dijeron que nos iban a mejorar las cosas. La semana pasada nos informaron que no van a cambiar los sistemas de software de las computadoras que no van a asfaltar el estacionamiento, no van a mejorar las paredes, ni tampoco nos van a cambiar los bancos. Hace 4 años que nos vienen diciendo que lo van a contemplar y todo sigue exactamente igual”, puntualizó Martínez. La nota fue presentada ante la secretaria académica de la Facultad de Ciencias Económicas, Norma Paoloni.
La primera marcha fue en marzo y los chicos firmaron un acta, en presencia del decano de cada facultad, con sus peticiones.
El presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas, Augusto Ortiz, dijo que el conflicto empezó en febrero cuando dieron a conocer los nuevos aumentos. “Para los alumnos fue desmedido porque los dejaba en una condición de emergencia. Por eso se movilizaron con la primera marcha solicitando que bajen el costo de la cuota. Pero, por experiencia, sabían que no iban a hacer marcha atrás, así que optaron por pedir mejoras edilicias”, contó.
“Los ventiladores no andan, deberían colocar aire acondicionado en las aulas pero no lo hacen porque aseguran que no alcanza el presupuesto, hay aulas que se llueven y que por la humedad la pintura de las paredes se cae, hay puertas rotas, falta de baños en el edificio de medicina”, indicó Ortiz y añadió que los únicos arreglos inmediatos fueron la extensión del horario de la biblioteca de 8 a 20 y el cambio de la concesión del bufet.
El representante puntualizó que la carrera que tiene más necesidades es Diseño. “Los estudiantes pedían el software que usan en otras facultades y los bancos especiales para los de 1º año. Ellos trabajan con hojas A3 y no pueden trabajar en los muebles comunes. Lo que dijo la institución, es que ellos optan por el software libre y que no se van a adoptar a otros porque ellos no quieren ‘esclavizarlos con uno sólo’. Los equivalentes, según los alumnos, no son mismos y están desactualizados”, relató Ortiz.
Uno de los alumnos sacó con su celular unas fotos de las malas condiciones del edificio y las subió a una página de Facebook. “No buscamos no pagar la cuota, sino que los servicios que ofrece el establecimiento, que son casi nulos, estén a la altura del dinero que entra por mes con todos los alumnos, y no lo gasten en cosas innecesarias como por ejemplo un televisor LCD que se exhibe en la entrada al establecimiento y no cumple ninguna función”, dijo Facundo Heredia.
El presidente del Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas dijo que a los alumnos de Diseño iban a ponerlos, como primera medida, en un aula más grande para que tuvieran dos bancos cada uno pero, hasta ahora, no lo hicieron. “En nuestra facultad nos reunimos con el decano, Ricardo Silvera y la secretaria académica, Norma Pauloni. Los de Medicina tuvieron problemas porque justo estaban con cambio de autoridades”, mencionó Ortiz.
El Diario de la República intentó comunicarse con representantes de la UCC pero no obtuvo respuesta. Señalaron que estaban con cambios de autoridades y no podían atender porque estaban muy ocupados.
Adriana Sánchez, quien está cursando el último año de su carrera, indicó que cuando ingresó en 2012 pagaba $950. “Además, tenés que abonar una inscripción anual y nunca nos explicaron para qué, nunca vimos mejoras. Muchos de los materiales que tenemos que comprar no se consiguen en San Luis y tenés que pedirlos, o viajar, a Córdoba o Mendoza. La universidad no está preparada para dictar la carrera de Diseño Gráfico porque le falta material de estudio e infraestructura”, aseveró.
Inaccesibles
Debido al aumento de hasta un 40 por ciento este año, alumnos tuvieron que dejar de estudiar. “Muchos chicos optaron por cursar menos materias para abaratar los costos porque hasta 4 materias pagás cuota completa. Pero te atrasás en la carrera y eso no debería ocurrir”, afirmó Ortiz.
Pedro Correa, de 21 años, tuvo que dejar en el último año de la carrera porque no podía seguir pagando la cuota. “Estaba estudiando Licenciatura en Comunicación Visual y pagaba 1.200 por mes pero después pasó a 1.720 y no pude costearlo. Mi familia me ayudó con la inscripción para que pueda rendir finales y voy a ahorrar para volver el año que viene. Tengo otros hermanos que también están estudiando y tuve que sacrificarme para que ellos pudieran terminar”, lamentó.
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