Walterio, un campeón de la Rural en Paso Grande

Nunca pensé que iba a comprar un toro de este nivel, es la primera vez que hago algo así”. A Félix Novillo todavía le dura el asombro por la decisión que tomó, pero a la vez está feliz, se nota a la legua. Es que el productor ganadero acaba de adquirir un toro Hereford premiado en la reciente 129ª Exposición Rural de Palermo, en Buenos Aires. Para él representa un enorme paso adelante en la búsqueda de mejorar la genética de su rodeo porque este animal es ahora la estrella insignia de una cabaña, "La Redomona", que está en plena expansión y se encuentra en un campo cercano a la localidad de Paso Grande.

El establecimiento queda en el campo "Las Taperas", a unos 15 kilómetros al norte de Paso Grande, camino a San Martín. Allí Novillo cría 200 madres Hereford.

Desde muy joven Félix estuvo ligado al campo y la ganadería, una actividad que lo apasiona. Pero recién a los 58 años, después de pelearla bien desde abajo, acaba de concretar un importante logro para fortalecer la cabaña "La Redomona", un establecimiento que posee en su campo denominado “Las Taperas”, 15 kilómetros al norte de Paso Grande, camino hacia la localidad de San Martín. Todos saben en la zona que don Novillo se convirtió en el dueño del toro que obtuvo el 2º premio en la categoría Dos Años Mayor de la Exposición Rural de Buenos Aires y se lo comentan a cualquiera que se acerque a esta zona en la que las Sierras de San Luis comienzan a ser más y más imponentes.

“Yo siempre digo que las vacas son como las chicas, todas lindas, pero una te gusta a vos y una me gusta a mí. Vi al toro una tarde en la Rural y me encantó, aunque no sabía que estaba para remate, y mucho menos me iba a imaginar que terminaría siendo mío. Esa noche hubo una cena, una mesa compartida con amigos allí mismo en la Rural y de pronto lo ofrecen en el desfile de animales por el escenario; ya está, es mío dije”, cuenta Félix, a quien todavía le brillan los ojos cuando recuerda aquella noche mágica en la que cobró protagonismo y puso a San Luis en boca de todos en la exposición ganadera más importante del país. Fue así como el reproductor de 1.071 kilos enamoró a primera vista al hombre que nació en Pehuajó, en plena Pampa Húmeda de la provincia de Buenos Aires, pero que desde 1981 está vinculado a los campos de San Luis. “Me encantó la armonía de sus líneas, es muy elegante y tiene mucha prestancia. Para el peso que tiene no es un toro de tamaño grande, sino que es muy ancho, con muy buenos cuartos, muy buena presencia, y además muy ágil, muy dinámico y eso fue lo que me gustó. Además tiene muy buenos testículos, tiene un escroto de 42,5 centímetros, es decir que proyecta una muy buena performance hacia el futuro”, describió orgulloso el dueño del Hereford distinguido, casi como si fuera una persona.

El animal fue criado por la cabaña “Serranías de Lolen”, de Coronel Suárez, pero su genética se remonta incluso a la reconocida cabaña “Las Tranqueras” de la provincia de Buenos Aires. El presente y el futuro del animal estarán ligados a fortalecer la cabaña que Novillo posee junto al veterinario Marcelo Orlando desde el año 2010. “Orlando es un pilar fundamental de este proyecto, estamos codo a codo trabajando en la inseminación”, dice Félix.

“El objetivo es llevarlo a un centro de inseminación de una gente conocida en Río Cuarto donde hacen extracción de semen para los vientres propios o bien para poderlo vender a otros interesados en tener esta genética de primera. Es todo muy reciente, estamos tratando de darle forma y fuerza a nuestra cabaña, ahora sacamos a la venta 40 toros puros registrados y 50 vaquillonas puras registradas, veremos si los presentamos en algún remate de Mondino o de Ganadera del Sur. La idea es llevar el toro a competir, o mejor dicho a presentarlo a Río Cuarto y también a San Luis, para que nos conozcan y vean con qué calidad estamos trabajando”, señala el productor.

Félix explica que no es fácil ser ganadero en estos tiempos, pero que de todas maneras este tipo de esfuerzos, como fue su inversión, pueden contribuir a mejorar la genética Hereford en la Provincia de San Luis en general, más allá de su beneficio personal, algo que forma parte de su gratitud por los buenos años que ha vivido en estas tierras.

Su obsesión por la genética lo llevó a buscar los mejores reproductores para mejorar su rodeo. "Hasta ahora estuvimos inseminando con Alfredo, un gran campeón de la Cabaña Los Alfredos, y con Tío Rico a las vaquillonas, que también es un toro de Alfredo Vila. Los repasos los hacemos con Benjamín, un campeón de Santo Tomás de la Sierra ", cuenta.

“Además de la genética es fundamental la pujanza que uno tiene, las ganas de hacer, a pesar de que el gobierno nacional nos castiga a los ganaderos, pero igual seguimos apostando a la genética, a los mejores toros del país. En realidad esta actividad es una pasión, porque si uno se pone a analizar fríamente los números, no son fáciles de afrontar los gastos con la producción. También se reniega bastante, pero en el fondo uno reniega haciendo lo que le gusta, entonces se hace más llevadero”, dice.

Después de mucho trabajo y de acumular experiencia en distintos climas y terrenos, "La Redomona" ya tiene un plantel reconocido. La formación de machos se hizo a través de las mejores cabañas de Hereford: Caldenes (Rufino, Santa Fe), Los Alfredos, Las Lilas, la familia Lalor (Carlos Tejedor) y Terra Garba. Ahora, con su propio toro campeón, se va a dar el gusto de ser él quien pueda brindar genética a otros productores.

En nombre de la amistad

Todos los años Félix asiste a la Rural, lo hizo incluso durante una década en la que no pudo dedicarse a la hacienda. Explica que siempre va porque es el lugar de encuentro de los productores de todo el país, y también el momento de encontrarse con amigos y conocidos. Los contactos y la amistad son importante en la actividad ganadera en general, y también lo fueron para la llegada de este animal a la provincia.

En el registro genealógico otorgado por la Sociedad Rural Argentina el toro premiado figura con el nombre “Lolen X21 151 Retru”, pero su actual propietario lo rebautizó como “Walterio” en honor a un amigo que fue clave en esa noche de la Rural.

Según cuenta Novillo, mientras cenaba con amigos quedó atónito al ver que estaban por rematar justo el animal que lo había “flechado” horas antes. Fue tan sorpresiva la situación que no sabía cómo iba a pagarlo, pero quería el toro. “Fue todo inesperado, se dio la circunstancia y la situación. Yo la verdad que oferté y ni siquiera había llevado la chequera para pagarlo, y además era un trato con una firma que nunca había trabajado. Pero por suerte estaba mi amigo Walter, que es de San Luis pero está radicado en Buenos Aires, y me prestó los cheques para realizar la compra. Esa misma noche, entre risas con el resto de amigos, decidimos que al toro lo íbamos a llamar ‘Walterio’, en honor a quien me permitió su compra”, dice entre risas Félix, contento de haber logrado su cometido. Walterio, a unos metros de su nuevo dueño, pasta tranquilo, ajeno al futuro de grandeza que imagina su dueño.