SAN LUIS - Jueves 02 de Mayo de 2024

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Para no olvidar a los ídolos: la sala-museo de "Feco" Schmid

Por redacción
| 05 de agosto de 2015
Estandarte. El Gol con el que "Feco" corrió el último rally de su vida, "La Vuelta de Santa Rosa", donde salió segundo detrás de Edgardo Marcos. Hoy está en la sala-museo.


Una de las glorias del automovilismo provincial dejó un legado antes de morir. Federico “Feco” Schmid tenía planeado mucho antes de su deceso hacer un museo con todas sus pertenencias deportivas; autos, miles de trofeos y fotos, cuadros, ropa deportiva y todo cuanto sirviera para guardar y mostrar en un museo, abierto al público y que los visitantes miraran y se fueran con el convencimiento propio de que habían asistido a un templo del mundo motor.

 


Lamentablemente la muerte terminó con su último hilo de vida el 23 de junio de 2012 y ese proyecto, si bien no quedó trunco, nunca se abrió una puerta para plasmar en la realidad lo que el campeonísimo quería.

 


Sólo su esposa Gloria Jofré y sus hijas, Ana Cecilia y Belén entendieron el mensaje y hoy, donde antes era el taller mecánico se exhiben sus cosas. Un museo que da gusto verlo.

 


Estar como percibiendo el olor a los autos, al combustible,  el sonido de las herramientas, de escuchar los proyectos, es retroceder un poco al pasado en un lugar donde se vive y se siente la presencia de “Feco”.

 


"La idea había nacido un par de meses antes de que ‘Feco’ falleciera, pero después, con mis hijas Ana Cecilia  y Belén y con quien hoy es mi marido (Luis Garro) encaramos lo que sería el futuro museo. Habían pasado tres meses y nos pusimos a trabajar en idear cómo y dónde estaría mejor. El espacio es chico y no está a la vista de la calle, pero decidimos hacerlo acá porque éste era su lugar en la vida. En marzo de 2013, ya lo teníamos listo, y pasamos a denominarlo sala de museo Federico 'Feco' Schmid", detalla Gloria.

 


“Cuando planeamos todo ‑continúa‑, lo hicimos pensando en las comodidades que tiene nuestra casa; es chica, pero aprovechamos cada rincón del taller y sin descuidar nada, lo hicimos. Y si bien es cierto no está al frente, es válido”.

 


Asegura que su pequeña empresa (Constru-rent) encuadrada dentro del plan provincial “Nuevas Empresas de Jóvenes Sanluiseños” también les sirvió para promocionar su trabajo. "Los clientes que vienen miran y preguntan y el boca en boca es muy importante, así llega gente a ver la sala-museo”, expresa sobre el espacio que está en calle Almirante Brown entre Italia y Los Inmigrantes.

 


Gloria recuerda cómo se armó todo y cuántas fueron las horas y los días que les insumió rescatar y recuperar los cientos de recortes periodísticos y fotos que abundan en un gigantesco álbum, pintar el salón, armar el espacio y disponer las posiciones de las cosas. "Nos  llevó muchas horas, mis hijas y Luis fueron muy importantes en esos momentos porque cada cosas que tocábamos, tenía un significado, un recuerdo, una palabra o una frase de 'Feco”.

 


Agrega que el objetivo de la sala-museo es mantener viva la historia deportiva del piloto de autos más ganador de la provincia. "Como docente y como persona, pienso que los pueblos que no conocen sus orígenes, son pueblos que no tienen futuro”.

 


“De la misma manera ‑anticipa‑ servirá para mostrar a quienes vienen detrás, qué hicieron sus  antecesores por el automovilismo para seguir forjando y enriqueciendo la historia misma del automovilismo provincial y que la conozcan nuestros hijos y nuestros nietos”.

 


La intención de la familia es entregar a la provincia todos los bienes deportivos o sea todo lo que implica la sala-museo: dos de los cuatro autos, los trofeos, las fotos, los premios y cuadros, pero hasta ahora no tuvieron respuestas del Ministerio de Deportes. "Sería un orgullo muy grande poder entregar esto a la provincia, sería como cumplir un sueño”, se ilusiona Gloria.

 


Como si estuviera esperando los cinco segundo antes de largar un prime, en la sala-museo está el Gol número 15 con el que el ídolo sanluiseño corrió su último rally, "La Vuelta de Santa Rosa", donde llegó segundo detrás de Edgardo "El Turco" Marcos. Su por entonces esposa rememora aquella performance: “Feco' no podía correr, estaba muy enfermo, le acondicionaron el auto para que pudiera manejar dentro del habitáculo, ni siquiera tenía las cubiertas necesarias para correr, el domingo, Marcos le facilitó unas cubiertas y llegó segundo, fue una odisea y algo histórico. Él estaba increíblemente feliz, el público muy satisfecho por lo que había hecho arriba del auto”.

 


En el ex taller también está el Gacel, que si bien se encuentra en reparaciones, forma parte de la vidriera. En ese auto el piloto puntano hacía la hoja de ruta y era un "muleto"  porque era un todo terreno.

 


Falta el Fiat 600 que supo correr en la desaparecida categoría de los 850 centímetros cúbicos.  En él  logró grandes éxitos y dio clase de manejo a más de uno por los caminos provinciales, a tal punto se lo recuerda como al auto más ganador de Federico Schmid. “Ese auto está en la casa de Aroldo, su hermano, y pese a las promesas de sumarlo a la sala-museo, eso nunca se cumplió. No queremos conflictos familiares y nos debemos una charla más profunda, lo reclamamos oportunamente pero no se logró nada, pese a que con 'Feco' habían quedado de que ese auto estaría en la vidriera”, dice.

 


El Renault 12 es otra pata de la historia porque con él ganó 12 campeonatos provinciales, seis subcampeonatos y dos campeonatos nacionales, uno en la A6 y otro en la A7. “Ese auto está en el norte de la provincia. Según Oscar Scarpatti, lo tienen unos vecinos en Tilisarao, es cuestión de ver a la gente de esa localidad y hablar con ellos para sumar una máquina más. Creo que no habría problemas, siempre se mostraron predispuestos a colaborar”, se esperanza.

 


Las anécdotas se mezclan a cada instante, van y vienen como una ronda de mates. Gloria y  Luis recuerdan que en una oportunidad se encontraron con Gabriel Pozzo y Claudio Menzzi y se pusieron a charlar de las cualidades conductivas de “Feco” al tiempo que miraban el pequeño bólido en exhibición.

 


“Digan cuál es el secreto, qué le hicieron para que fuera tan ‘picante’?, preguntaron. Nadie dijo nada, lo pusieron en marcha y no vieron ninguna anormalidad, entonces Pozzo dijo: “El secreto está entre el volante y el asiento”.  Y era una gran verdad, allí reconocieron que el hombre de San Luis, era un gran piloto.

 


Todos recuerdan su Fiat 600, al que los críticos lo consideraban una máquina invencible e irrompible. Está fresco en la memoria de los “fierreros” aquel famoso prime de La Arenilla-Riocito, donde el sanluiseño le ganó a los 18 (de mayor cilindrada) y a toda la estructura de la Renault, dejándolos con la boca sabor a sal”, dice uno de ellos. O cuando el cordobés Gabriel Raies le dijo en la ruta: “Che Flaco, dejalo ganar a mi hijo algún prime”, a lo que él contestó. “Tu hijo tiene 18 años, decile que acelere si me quiere pasar” y ambos se reían de lo curioso del pedido.

 


La ronda de anécdotas se amplía y se hacen interminables, hay cientos de ellas, una más recurrente  que otra,  todas ligadas al automovilismo que fue pasión del deportista fallecido. Hoy la familia está totalmente de acuerdo en entregar al Estado la sala-museo con todas sus pertenencias para que tenga un destino educativo-ilustrativo y que las futuras generaciones conozcan la historia. “Sería un orgullo muy grande para nosotros que esto se diera a conocer como corresponde y como creemos que lo merece. Dios dirá, la familia espera que quien ame el deporte, se haga cargo de lo que nosotros queremos donar”,  asevera Gloria.

 


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