Estamos a media cuadra de la Comisaría Primera y no tenemos seguridad policial”, reclamó Carlos Ochoa, quien vive en Pedernera entre Falucho y Lafinur. Su queja se suma a los reiterados reclamos de quienes habitan esa calle en las zonas aledañas a los boliches de la avenida Illia. Afirman que todos los fines de semana se sienten rehenes en sus propias viviendas y que la Policía observa pero no interviene en las disputas que los jóvenes generan frente a sus puertas.
Los actos que describen los vecinos son los mismos que se repiten hace meses en las calles cercanas a los locales de actividad nocturna (Ver "Un problema..."). Dicen que a la salida de los boliches, grupos de chicos y chicas borrachos golpean portones, gritan, hacen sus necesidades en veredas y jardines o se trenzan en peleas callejeras, provocando destrozos en residencias y vehículos.
A pesar de las denuncias y reclamos, los vecinos dicen que la Policía sigue sin actuar. “Es algo de no creer. Pasan en grupos de seis, ocho y hasta quince chicos, mareados o en muy mal estado. Se tiran al suelo, algunos se quedan dormidos y los roban. Es de lo más vulgar, hasta tienen relaciones intimas en la vía pública”, aseguró Carlos y agregó: “Están toda la noche y se quedan hasta la mañana. No podemos salir a comprar el pan a las 8 por temor a quedar en medio de una riña”.
Andrea Moyano contó que en su frente los jóvenes se sientan a conversar y a beber. Dijo que muchas veces quedan las secuelas de peleas en su vereda. “Siempre encuentro botellas vacías o vidrios rotos”, dijo y agregó que las dos veces que llamó a la Policía tuvo respuesta, pero que hace falta una presencia constante de la seguridad pública.
Otra vecina afirmó que a la salida de los boliches hay robos a los vehículos que están estacionados en la calle, incluso los que están adentro las cocheras. “A nosotros nos rompieron la luneta trasera de uno de los autos y el vidrio lateral del otro. Sale más de dos mil pesos repararlo y no nos sobra la plata”, afirmó Alicia Perino.
Además, relató que los jóvenes ingresan a su jardín y hacen sus necesidades o se acuestan. Afirmó que los gritos y peleas se producen alrededor de las 5. Explicó que llama al 911 todos los fines de semana. Pero cuando los agentes de Policía acuden, sólo permanecen parados en la esquina sin involucrase. “Se quedan a los costados mirando lo que hacen los chicos, no detienen ni evitan que hagan destrozos”, agregó.
Otra de las quejas es el elevado volumen que emite un pub y las vibraciones que eso genera en las viviendas cercanas. “Está prohibido poner discotecas en la zona céntrica y residencial”, aseveró Alicia.
“Falta seguridad. Muchas veces salí y después no pude volver a entrar a mi propia casa. Pasa de todo, vemos escenas de todo tipo”, expresó María Odicino. También detalló que sobre la Falucho se instalan los denominados “trapitos” y que piden dinero a quienes intentan pasar hasta su garaje. Aseguró que varios de los grupos convergen en esa calle y produjo que se volviera muy insegura. “No podés pasar caminando porque no sabés qué te puedan hacer y tampoco podés circular en tu vehículo porque tal vez te lo rompan”, opinó.
Zona de robos
Haydeé Marconi explicó que la cuadra se puso muy peligrosa en general. Dijo que no sólo tiene problemas los fines de semana con la actividad de los boliches, sino que a plena luz del día sufren hechos delictivos. “A los vecinos les robaron en días de semana entre las 17 y las 19. A la vecina de la esquina de la comisaría la asaltó un motochorro a plena luz del día. Esto no es solo un problema de fin de semana. Necesitamos que refuercen la custodia policial”, subrayó.
Varios vecinos aseguraron que sufren hurtos en los vehículos después de las 20. “No los podemos dejar a mitad de cuadra o perderlos de vista porque en un segundo los rompen y roban todo lo que pueden. Al menos una vez al mes algún auto sufre daños”, confirmó Paula López.
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