“Desde que empezó a tomar aceite de cannabis mi hija ya no tiene convulsiones”

Yésica tiene 27 años, vive en Villa Mercedes, y como miles de mamás argentinas ansía que el Senado de la Nación apruebe la ley que permite el uso medicinal de la marihuana.

Su hija Melody, que actualmente tiene cinco años, nació con epilepsia. Cuando las convulsiones parecían que iban a atormentarla por el resto de sus días, el milagro llegó en una botella para cambiarle la vida. “Desde que empezó a tomar aceite de cannabis mi hija no tuvo más convulsiones”, aseguró Yésica. La nena ingiere dos gotas diarias desde el 22 de octubre pasado.

No les fue fácil conseguir resina de cannabis. Finalmente el aceite llegó a la vida de Melody gracias a la mamá de otra nena que padece epilepsia y se lo trajo de Chubut. En esa precursora provincia ya forma parte del vademécum médico.

“Mi amiga me dio una gran sorpresa, es aceite casero. Le di una gotita ese mismo día a la noche y el cambio fue rotundo: ahora come, ríe, está animada, duerme bien”, contó la joven villamercedina. En poco más de un mes, Melody volvió a sonreír con plenitud.

Un largo calvario

La hija de Yésica nació el 5 de febrero de 2011. Cuando vio la luz por primera vez lucía morada y no lloró, había estado cincuenta minutos en la panza de su mamá sin oxígeno. Ese mismo día fue derivada a la NeoClínica de Río Cuarto con convulsiones. A la mañana siguiente sufrió la segunda crisis.

Hasta los seis meses la pequeña fue medicada con Luminaletas, después dejó de tomarlo por indicación de su neurólogo. Los episodios habían desaparecido. Pero volvieron.

Melody tuvo otra crisis poco después de cumplir un año. “Las convulsiones empezaron a repetirse cada dos o tres meses. El neurólogo le recetó ácido valproico y Epamin, pero este último la ponía agresiva, irritable, lloraba, se tiraba del cabello. Por eso lo cambió por Clobazam”, recordó Yésica.

Las crisis se iban y volvían. Melody llegó a tener hasta tres convulsiones diarias. En una, que duró noventa minutos, sufrió un paro cardiorespiratorio.

Por eso la mamá decidió viajar con su hija a una clínica de Bahía Blanca (Buenos Aires). “La medicación que toma la está matando”, las palabras del médico fueron un verdadero golpe de knockout.

Yésica decidió dejar de darle los remedios a Melody y no quiso cambiarlos por otros sugeridos por el especialista. No estaba dispuesta a exponer a la pequeña.

Apoyada en las experiencias de “Mamá cultiva Argentina” buscó con desesperación el aceite de cannabis y lo consiguió.

“Este mes hubo tardes con temperaturas de 36 grados en Villa Mercedes. El calor siempre activó más crisis en mi hija, pero ahora ni lo sintió”, contó aliviada la mamá.

Melody lleva 38 días tomando el aceite y su vida dio un giro de 180 grados. Por eso Yésica le pide a la Cámara de Senadores de la Nación que “se ponga en sus zapatos y en los de todas las madres que luchan por sus hijos”.

Diputados ya le dio media sanción al proyecto que permite el uso medicinal de la marihuana. Ahora deberá decir el Senado.