Todo es lindo en el mundo de “Hermano hormiga”. Las canciones son lindas, el boliche don Miranda es lindo, Raly y Lisandro son lindos. Fue la delicadeza en el límite con la exquisitez la línea que atravesó el concierto que el sábado a la noche los dos cantores populares dieron en Villa Mercedes ante casi cuatrocientas personas.
La comunión artística comenzó hace pocas semanas y consta solamente de una gira que abarca pueblos no muy habitados del interior del país, una decisión acorde con los orígenes de los protagonistas; Raly es de Frías, Santiago del Estero y Lisandro es de Viedma, Río Negro. Norte y sur de un país musical.
No habrá disco, no habrá más shows, posiblemente haya DVD, pero no habrá segunda vuelta en esta muestra refinada de arte efímero. Sólo quedará, entonces, la memoria de quienes lo vieron en vivo y los registros que captaron con sus celulares.
El show resultó una hermosa conjunción de las canciones de Aristimuño y Barrionuevo, más algunas de otros autores a los que respetan y reverencian. Y se desarrolló en un punto exacto y medio entre las chacareras de uno y el rock de otro. Raly es, posiblemente, el más rockero de los folcloristas argentinos y Lisandro coqueteó desde sus inicios con la música de raíz.
Entre el público mercedino se notó con claridad aquellos que fueron al show por el santiagueño (en su mayoría varones amantes del folclore renovador) y los que se dejaron atraer por el magnetismo del patagónico (en su mayoría chicas en busca de un corazón sensible). La convivencia y los abrazos fueron tan pacíficos y amenos como arriba del escenario.
Las canciones de Lisandro quedaron en el balance final como las más aplaudidas y coreadas, pero fue Raly quien recibió más muestras de afecto del público villamercedino. El cantor es un viejo conocido de El Boliche y ya tiene un público que lo ha visto varias veces, en tanto que el sábado fue el debut de su compañero en un concierto en esa localidad.
El aura del boliche Don Miranda rodeó a todo el recital de esa magia que solamente tienen los lugares especiales. A tal punto que (Viene de pág 22)
cuando se gestionó la llegada de "Hermano hormiga" a Villa Mercedes, Raly consideró que el sitio ubicado en la Calle Angosta era el lugar indicado para un show de este tipo en la provincia. Si no el único.
Esa cercanía permitió que el recital tuviera un único invitado, muy aplaudido. Carlos García, genial guitarrista villamercedino, subió algo tenso al escenario hasta que recibió el consuelo de Barrionuevo. "Tranquilo, Carlitos, usted haga lo que sabe".
Y Carlitos se lanzó con un punteo estremecedor de "De mi madre", la hermosa canción de "El Chango" Rodríguez que terminó con un aplauso reindinvicatorio.
Raly y Lisandro rieron con ganas al final de cada canción, se felicitaron por alguna improvisación y se secretearon sobre algún detalle desapercibido para la gente. Ambos salieron vestidos de negro (Lisandro con remera del David Bowie de "Laberinto", su compañero con una con el rostro de Roberto Fontanarrosa) y se entregaron a bromas también con el público.
Es difícil determinar un momento que se destaque en un recital sublime. Pudo ser "La Sixto violín", en donde los músicos recordaron a los inolvidable Raúl Carnota y Sixto Palavecino; pudo ser “Río y mar”, de León Gieco, notable influencia de ambos; pudo ser con “Ojalá que llueva café” con ukelele y deseo compartido; pudo ser con “El necio”, de Silvio Rodríguez o sobre el final con “Té para tres”, de Gustavo Cerati.
Pero también a ese punto cúlmine se pudo llegar con la delicadeza suave de “Tu nombre y el mío”, "La última prosa", "Plug del sur", "Azúcar del Estero", "Canción de amor" o la casi cuyana "Me hice cargo de tu luz", todas composiciones de Aristimuño. O en la certeza combativa de "Chacarera del exilio", en el amor dulce de "Niña Luna", el reggar chacarero de "Cómo danza la esperanza", o la sensualidad nocturna de "Cuarto menguante", algunos de los temas de Raly que se escucharon en el concierto.
Sombra de belleza
Tras el paso por Villa Mercedes, anoche el dúo tocó en Justiano Posse, en Córdoba. Antes de estar en San Luis, Raly y Lisandro pasaron por San Rafael, en Mendoza.
Al proyecto le queda poca vida si es que no se suman más recitales, algo que parece improbable por la agenda de ambos. El fin de semana que viene tienen previstas presentaciones en Río Colorado y Beltrán y con eso el camino laborioso de la hormiga habrá llegada a su destino definitivo.
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