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En papel o en pantalla, el hábito de leer crece con los más jóvenes

Por redacción
| 04 de septiembre de 2016
¿Enemigos? En el mundo de las letras, afirman que el libro impreso y el digital se complementan. Foto: Héctor Portela.

Libros por acá y por allá, de todos los tamaños, colores, géneros y estilos. Miles y miles de personas recorren los pasillos de las carpas, pasean por los puestos, hojean algún ejemplar, preguntan precios y consultan por sus autores o títulos predilectos. Frente a las profecías que dictaminan una crisis de la lectura y el libro impreso, la cuarta edición de la Feria del Libro de Villa Mercedes parece ser una demostración de que las historias en papel siguen vivas y laten con más fuerza que nunca. Sin embargo, es innegable que los hábitos y formas de leer atraviesan un proceso de transformación, motivado en gran medida por la multiplicación de tecnologías e internet.

 


De todas maneras, el debate que pone en veredas opuestas al libro impreso con los soportes digitales como el e-book o libro electrónico, sigue abierto y suscita opiniones de todo tipo. Por ello, El Diario dialogó con escritores y representantes de distintas editoriales que pasaron por el evento que se desplegó durante tres días en la Casa de la Cultura, para obtener un panorama de la postura de quienes están inmersos en el mundo de las letras. Y los consultados coincidieron en que las nuevas tecnologías lejos de eliminar al libro objeto, lo incentivan y lo alimentan, que hay una tendencia a la diversificación de la literatura y que los jóvenes son los grandes protagonistas de un resurgimiento del amor por leer.

 


Al finalizar la transmisión de su programa radial desde la ciudad de la Calle Angosta, Alejandro Dolina opinó que "quizás en esta época se lea más que nunca pero porque hay mayor facilidad para acercarse a la lectura. La red contribuye acercando un material que antes no estaba a disposición de nadie. Pero leer no significa acercarse las letras o a la literatura, uno puede leer las instrucciones para abrir el paquete de jabón", graficó con su habitual picardía. Y aventuró: "En general la gente se queja de que no se lee, pero si tuviera que apostar cien pesos, apostaría a que se lee más, no que se lee mejor, pero que se lee más. Sino no se editarían tantos millones de libros".

 


En coincidencia con la reflexión  final del conductor, los libreros afirmaron que no perciben una caída en sus ventas. Josefina Bianchi de la editorial “Bajo la luna” de Buenos Aires, afirmó: “Yo no veo una crisis del libro impreso. Por empezar, en Argentina no está bien desarrollado lo que es e-book y por eso no es competencia todavía. Pero de cualquier manera, el libro objeto tiene una gran importancia. El lector valora una buena edición, un buen papel, una buena traducción”.

 

Más allá de que para muchos la visita formaba parte de una actividad escolar, desde el comienzo pudo verse cómo los niños y adolescentes se adueñaron de la muestra y demostraron su interés en los distintos stands. En sintonía, muchas librerías optaron por tener una buena oferta de títulos para los más jóvenes. Pablo Britos, representante en la provincia de varias líneas editoriales especializadas en educación y literatura infanto juvenil, sostuvo que a pesar de contar con otras opciones audiovisuales, los adolescentes “siguen leyendo”. Aunque advirtió que “depende de cómo están acostumbrados desde su casa. El que no viene con el hábito, se inclina por leer algo visualmente más atractivo, mientras que el que ya viene acostumbrado, busca también contenidos que le interesen”.

 


Sin embargo, el vendedor aclaró que aunque el libro en papel tiene plena vigencia, las editoriales han tenido que adaptarse a los nuevos tiempos y ofrecer contenidos que se complementen con el uso de las computadoras. “Todos los libros escolares vienen con muchas actividades que se complementan a través de la web, vienen libros con cd y o exámenes que el alumno tiene que subir a internet, diccionarios con material online”, ejemplificó.

 


Es que la llegada de los jóvenes a las páginas escritas está acompañada por otros fenómenos y manifestaciones del arte. Uno de ellos, es el auge que tienen las sagas de historias fantásticas o de aventuras que luego tienen sus versiones en las pantallas del cine. Algunos ejemplos son Harry Potter, El Señor de los Anillos o los más recientes Crepúsculo y Los Juegos del Hambre. “Todas las sagas son muy buscadas por los preadolescentes y adolescentes. Cuando ven la película, se quedan con las ganas y van a buscar el libro antes de que salga la segunda parte”, afirmó Britos.

 


El cómic es un género que también ha iniciado a muchos chicos en la lectura. “Me parece que el cómic es el puntapié inicial para engancharse. Cuando yo era chico me regalaban revistas y terminaba llegando a los libros. Hay personajes que empiezan en una historieta, pasan por películas y se convierten en libros, o al revés. Entonces uno va y vuelve, es un lindo camino”, dijo Augusto Caruso, organizador del "San Luis Comic Con", que también contó con su stand en la feria mercedina.

 


El programa “Contextos” de la Universidad de La Punta también llevó a la feria una demostración de la propuesta en la que trabaja desde el año 2007 en la incentivación de la lectura en niños de cero a nueve años. Una de las estrategias del programa es justamente aprovechar el uso de los celulares, las tablets y elementos audiovisuales para ingresar a las letras. “Yo no creo en esto de que el papel vaya a morir. A los chicos les proponemos que sea un juego, que puedan manipularlo y así empiezan a conocer los libros. No creo que haya una competencia entre los soportes, se complementan”, expresó Mariela Hoc, coordinadora del espacio.

 


Entre otras acciones, el programa tiene su propio canal de Youtube con lecturas de casi cuatrocientos cincuenta cuentos y un programa de radio que fue galardonado con el Martín Fierro Federal como mejor programa infantil. “Lo bueno es poder decirle al chico que tal película tiene un libro detrás y que podemos ir a leerlo. Entonces conviven perfectamente, y siempre está bueno volver al texto escrito para ver cómo lo podemos combinar con otras disciplinas”, dijo.

 


Adela Basch, reconocida a nivel nacional por sus textos y obras de teatro para los más chicos, fue contundente: “No tiene importancia el soporte. Si uno comparte sus momentos en los que el libro se convierte en una fuente de diversión, alegría, de verdadero aprendizaje, en un cofre de tesoros, los chicos van a querer el libro de papel. Si lo hace en otro soporte, no importa, lo esencial es poder compartir eso mágico de que uno los abre y aparecen historias, personajes, viajes, otras dimensiones de la vida”.

 


Los consultados sostienen también que hay una tendencia hacia lecturas cada vez más específicas y segmentadas. Enzo Maqueira es un escritor bonaerense que visitó por segunda vez la feria y destacó que “con el auge del internet, todo se está volviendo heterogéneo. Hay mercados y grupos para todo. También hay una cuestión que es muy típica de la literatura, de creer que hay una gran literatura o un gran autor y que el resto no sirve. Hay que darse cuenta de que hay mucha literatura, muchos autores. Ya no nos quedamos con un discurso único, ahora es más libre, cada uno arma su consumo cultural, hace su recorrido y se junta con gente que hace un recorrido similar".

 


El autor de la novela "Electrónica" resaltó también que “en un momento en que los chicos tienen tantos estímulos audiovisuales, quizás una manera de entrar al disfrute y el sabor por el libro, sea venir a una feria, ver los autores, el objeto libro y ver qué tanta gente se emociona con los libros como si fueran juguetes”.

 



Más que olor a papel

 


Los que se aferran al libro en papel resaltan el componente emotivo que tiene el acto de abrir las páginas y empezar a recorrer las líneas. Fiel a esa generación, Maqueira sostuvo que “yo soy de otra época y me gusta el libro papel. No estoy en contra del e-book, pero hay un gesto nostálgico en la lectura. Lo primero que hago al comprar un libro es olerlo, pero entiendo que a la corta o a la larga, todo va a ir hacia lo digital y eso sirve para que haya más literatura y se talen menos árboles, bienvenido sea”.

 


Marcelo Figueras, otro autor llegado desde Capital Federal que también ha escrito guiones en películas como “Kamchatka” y "Peligrosa Obsesión", coincide en que “el libro impreso va a existir muchos años más, porque sigue dando enormes ventajas respecto a los medios electrónicos. Puede sobrevivir en condiciones difíciles, si se moja puede sobrevivir, es difícil que se borre la memoria. También tiene enormes practicidades, lo podés doblar, puede guardar cosas adentro, de todo”, enumeró.

 


Pero además de esa relación física del lector con el ejemplar, la lectura estimula la creatividad, la imaginación, e invita al que lee a crear sus propias imágenes y a descubrir todo lo que está atrás de una historia. Mariela Hoc declaró que los chicos que leen con frecuencia “tienen otras herramientas para comunicarse, para estructurar su lenguaje y cuentan un vocabulario más amplio para expresar sus pensamientos. Y también les da la posibilidad de elegir, de tener un pensamiento crítico y conocer cosas, espacios, lugares, mundos, que no conoceríamos si no fuera por los libros”.  

 


   


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