Un “no”. Rafael Hugo “El Bujía” Coria le dijo a su defensor oficial, José Francisco Pérez, que no abusó de una nena, hace dos años, tal es la acusación por la que está arrestado y es investigado. Ahora, el defensor, que pidió una prórroga de la detención, espera que se concreten las medidas de prueba que le solicitó al juez que subroga en el Juzgado Penal Nº 1, Jorge Sabaini Zapata. Una es la declaración de la denunciante, la madre de la menor. Otra, el testimonio de un joven de apellido Aguirre, que habría estado con la víctima y el acusado en la casa de “El Bujía”, un rato antes de que ocurriera el hecho.
La mujer, vecina del barrio 500 Viviendas Norte de San Luis, hizo la presentación en la Fiscalía Nº 1, el 7 de enero de 2015. Por ese entonces, la nena atacada tenía 11 años.
Dijo que al llegar a su domicilio, hace exactamente dos años, el día de Reyes, una de sus hijas se acercó y, entre lágrimas, le manifestó que su hermanita –en referencia a la chica de 11 años– le había revelado que un día antes había sido violada. Fue, le preguntó si era así y se lo confirmó.
Le contó que a las 20 del 5 de enero fue al barrio Di Pascuo y se encontró con un amigo de unos 20 años, Franco Ezequiel Aguirre, y con otro de 14 años. Estaba con ellos cuando se acercó un hombre mayor, de unos 40 años o más, y los invitó a comer. Era Coria.
En un determinado momento, según la denunciante, el chico de 14 se fue a buscar al hermano de Aguirre. Coria le habría tocado la nalga a la chica, y ella le gritó que la soltara. Dijo que después él le pegó dos cachetadas y que sacó un cuchillo. Atemorizado por esa acción, Aguirre se fue, dejando a la menor sola con “El Bujía”. Ahí, el hombre la tiró sobre una cama, la tomó de las manos, le sacó la ropa y la sometió, según quedó plasmado en la denuncia.
La madre de la nena instó la acción penal, un trámite necesario para que avance a paso firme la investigación de un delito de instancia privada como lo es un abuso. Pero el defensor informó que le interesa que la citen ahora no sólo para que dé algunos detalles, sino también para preguntarle al respecto de la versión no confirmada, de que posteriormente fue al juzgado en algunas oportunidades a levantar la denuncia contra “El Bujía”, aunque finalmente no lo hizo.
También quiere consultarle por qué, a pesar de que fue citada y compareció cuatro veces para la Cámara Gesell, su hija no quiso hacerla. En esta causa no se ha incorporado informe de esa importante prueba.
Por otro lado, le interesa poder tener en frente a Aguirre para que abunde fundamentalmente al respecto de un pasaje de su declaración, en la que describe una situación que, según la interpretación del defensor, es extraña y podría dar cuenta de que no hubo un sometimiento, sino un consentimiento por parte de la menor.
El jueves declaró la forense Marcela Gómez, del Poder Judicial. Ella examinó a la chica un día después del abuso. Según el defensor, refirió que la nena tenía una desfloración que databa de 30 días antes de la revisación.
Pérez le consultó también si la chica se había higienizado cuando la vio. Para él, ese punto es importante, ya que a la menor le hicieron tres hisopados en la zona íntima, y aseguró que en ninguna de las muestras hallaron el perfil biológico del imputado. Es decir, no habría prueba científica que lo complique.
Otra de las medidas que le pidió al juez es que le solicite a la empresa de telefonía Nextel que confirme si Coria es el titular de la línea desde la que habría llamado “entre ocho y doce veces”, durante el tiempo que estuvo prófugo, a Jefatura Central de Policía, “para saber si había orden de detención contra él”. Quiere que le indiquen día y horario de las comunicaciones que habría hecho a la sede central de la Policía.
“Por todo lo que vivió –en referencia a que, después de ser denunciado, la familia de la nena fue a su casa, quiso lincharlo y luego le prendió fuego a la vivienda–, se fue”, a Rosario, acotó.
La intención de Pérez es demostrar que su defendido, que escapó por miedo a las represalias de la familia de la menor, intentó comunicarse con las autoridades, para estar a derecho, y que no pudo hacerlo, porque no le contestaron.


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